El día en el que el Gobierno de España decidió decretar el estado de alarma, Zahara de la Sierra se separó del mundo. El pequeño pueblo de apenas 1.500 habitantes se aisló aún más de lo que está entre las montañas del Noreste de la provincia de Cádiz. En dos semanas muy duras para el país, la medida ha funcionado y no se ha registrado, al menos por el momento, ningún positivo por coronavirus, algo que ha llamado de la primera cadena norteamericana de información, CNN.
El alcalde, Santiago Galván, ex delegado de Hacienda en el Ayuntamiento de Jerez, elevó las restricciones para impedir entradas y salidasfuera de control. "Hemos permitido sólo un acceso a nuestro municipio, estamos intentando evitar que se propague". En esa entrada, voluntarios y personal del Consistorio, equipados con equipos de protección, desinfecta cada vehículo que llega.
Además, los contactos con personas del exterior son los menos posibles, siempre con medidas de seguridad y distancia. Si un proveedor llega, se hará todo lo posible para impedir que pueda contagiar a alguien. En general, todo el pueblo se desinfecta dos veces por semana, gracias a muchos voluntarios. Galván cuenta que por ser enclave turístico, tuvieron que rechazar las visitas de turistas despistados, que no pensaban que el pueblo estaría totalmente fortificado.
Eso, asimismo, no quiere decir que se hayan relajado otras medidas restrictivas. Haber aislado al pueblo no significa en ningún caso que dentro del pueblo se transite con normalidad. Cuadrillas de vecinos voluntarios y empleados de pequeños comercios reparten, siempre con gran seguridad, las compras que requieran los vecinos. Además, les ayudan con cuestiones básicas, para cocinarles si algunos no pueden y dejando la comida en la puerta, una labor de la asociación de mujerez Zaharilla.
"Llevar la compra a la casa a todos como yo que no puedo, me parece bien. No te ves agobiado", señala Ana Vázquez para CNN.
En esta localidad, de hecho, una cuarta parte de los vecinos tiene más de 65 años, lo que incrementa el riesgo de consecuencias nefastas. Esto, además, genera "tranquilidad en nuestros vecinos, que saben que nadie desconocido puede entrar en el pueblo".
Para los más pequeños, que acostumbrados a corretear por las empinadas calles y plazoletas de Zahara, el Ayuntamiento ha puesto en marcha un vehículo con luces y música para entretenerles en sus balcones que ahora apenas les conectan con el exterior.
Y para los empresarios, Galván ha puesto en marcha medidas financieras que cubran los costes fijos durante la pandemia, aunque el que fuera delegado de Hacienda tendrá que volver a llamar a Madrid para pedir cobertura. "Necesitaremos una especie de pulmón financiero", señala el alcalde para CNN.
La experiencia de Zahara también ha sido mostrada en Televisión Española en su Telediario y está previsto que el programa Sálvame, uno de los líderes de la parrilla, entreviste al primer edil. Una situación ejemplar que, aunque no asegura al 100% mantenerse a salvo del virus, sí permite respirar a un pueblo que, acostumbrado a abrirse a turistas de todo el mundo, ha sabido enclaustrarse con éxito hasta el momento. Y la CNN lo ha visto.