Ir al contenido

José María, el vecino de San Fernando que ha perdido 170 kilos: "Andar es mi sueño"

"Lo que yo he pasado no se lo deseo ni a mi peor enemigo", comenta tra ocho meses de hospitalización. Ahora ya se levanta y está a la espera de que le practiquen una operación del balón gástrico

José María Fernández, en su habitación del Hospital Puerta del Mar.
José María Fernández, en su habitación del Hospital Puerta del Mar. MANU GARCÍA
14 de marzo de 2025

La luz entra por la ventana de la habitación de la quinta planta del Hospital Puerta del Mar desafiando a un cielo de nubes que se han hecho un hueco para que pueda ver el mar de Cádiz y llegar hasta casi olerlo. Él también le ha echado un pulso a su muerte anunciada que va ganando día a día recuperando vida y ganas de vivir. Se trata de José María Fernández Cervera (El Puerto, 50 años), el vecino de San Fernando con obesidad mórbida y elefantiasis que está hospitalizado desde hace ocho meses en el hospital gaditano. 

Llegó a pesar más de 350 kilos y estuvo cerca de un año encerrado en una casa que se convirtió en su cárcel y casi en su ataúd. “Yo veía que me iba a pudrir allí solo”. Sin apoyo de una red familiar, amigos o vecinos, José María sólo recibía la ayuda de los auxiliares de ayuda a domicilio. “Todo el mundo lo sabía, pero no nadie hacía nada”. Él, inmovilizado en la cama desde hacía seis meses, veía pasar un día tras otro encerrado entre cuatro paredes llenas de humedades.

[Estamos también en WhatsApp, en Telegram y en Bluesky. Síguenos]

Dos pérdidas importantes acabaron por hundirlo. Su amiga y su querida perra Loca, como se llamaba el animal. “Hoy justo hace 12 años que la cogí”. Dos caídas provocaron que se quedara sin movilidad alguna y que acciones tan naturales y necesarias como ir al baño se convirtieran en una odisea que rebajaron su autoestima hasta la inmundicia.

“Para limpiarme cogía el móvil, lo ponía en la pantalla de la tele y así veía por dónde tenía qué hacerlo. Después dejaba la bolsa en el pasillo”, explica entre el apuro y la franqueza de “contar las cosas como son”. Luego, se complicó aún más y ya era directamente encima en unos pañales que eran pequeños y que se ponía él mismo. 

JOSE MARI HOSPITAL PUERTA DEL MAR 02
José María, en la cama del hospital.  MANU GARCÍA

Eso contaba en un vídeo que hizo a modo de SOS. También se puso en contacto con la prensa local y de ahí, su caso saltó a todas las cadenas y medios nacionales. “Tenía que intentarlo porque no quería hacer otra tontería otra vez”, refiriéndose a los dos intentos de suicidio que ya había superado. 

Pero ¿cómo había llegado a esa situación? La pérdida de su padre con cinco años supuso un trauma que José María nunca ha podido superar. A los 16 años empezó a engordar, “cuando salí del colegio”, y los kilos ya caminaron siempre de la mano de la reclusión. “Me llevé cuatro años encerrado en mi casa, no quería salir”. Problemas familiares, explica. Su familia lo internó en un centro de discapacidad. “Fue lo peor que hicieron”, explica con un atisbo de rabia. Cinco años en los que “iba y venía” y cuando salió volvió a adelgazar. Pero como un péndulo, José María, ya en San Fernando viviendo, volvió a ganar peso y se plantó con 290 kilos. 

JOSE MARI HOSPITAL PUERTA DEL MAR 03
José María Fernández pesa ahora 180 kilos.  MANU GARCÍA

En su llamada de auxilio, la báscula había subido, superaba ya los 300 kilos y las infecciones iban aumentando. “Nadie me curaba la pierna y las humedades me estaban matando”. Su caso despertó la solidaridad de mucha gente como la de Casilda Varela y Eugenio Belgrano, “que se partieron la cara para ayudarme”, así como la de Jesús Sánchez, nutricionista, y la de los dueños de Asador de Pollos El Gordo, “que me traían el almuerzo y la cena todos los días”.

Y así hasta el 18 de julio del pasado año, cuando bomberos del Consorcio Provincial de Bomberos de Cádiz lograron sacarlo de su casa por la ventana en un dispositivo nunca antes visto para ser ingresado en el Hospital de Cádiz. “Yo tengo vértigo, pero no tuve miedo en ningún momento, yo lo que sentí era una alegría inmensa de poder salir de esa casa. Me estaba matando”, recuerda.

JOSE MARI HOSPITAL PUERTA DEL MAR 11
Un detalle de la pierna de José María.  MANU GARCÍA

Calcula que ha bajado a los 180 kilos y ahora le restan algunas pruebas médicas, como un TAC, antes de que por fin llegue la operación del balón gástrico tan deseada. “No sé si incluso me la van a hacer porque estoy perdiendo kilos por día” pero, en todo caso, “yo quiero seguir adelante y, aunque todas las operaciones den miedo, sé que tengo dos opciones: operarme o irme al otro lado. Sé que corro riesgo, pero la situación que vivía era insoportable, estaba dejado de la mano de Dios. Todos los días eran iguales, no tenía ganas de nada, sin nadie que se preocupara de uno, sin una llamada de atención de alguien”. 

Y dirige su mirada de agradecimiento a los cuadros de las imágenes del Cautivo y María Santísima del Dolor de la Hermandad del Dolor y Sacrificio de El Puerto de Santa María y la estampa de la Hermana Cristina que tiene colocados junto al ventanal de la habitación. “Ellos me han ayudado. Desde que le pedí a una vecina que los pusiera en la habitación de mi casa, se hizo el milagro. Yo sólo me preguntaba por qué me estaba pasando esto a mí y entonces vinieron a ayudarme”, rememora con fervor.

Ahora se muestra satisfecho de ser él el que da aliento a muchas personas que se han puesto en contacto a través de las redes. “El vídeo llegó a países como México, Alemania, Estado Unidos y me ha escrito mucha gente. También mi caso ha permitido que se pueda plantear ayudar a otras personas que están sufriendo lo mismo que yo, como es el caso de una señora de Toledo y un hombre de Francia”. 

JOSE MARI HOSPITAL PUERTA DEL MAR 09
José María Fernández, atendiendo a este periódico. MANU GARCÍA

Tiene también palabras de agradecimiento para el personal sanitario, aunque “esto está cada vez peor. Falta personal y falta de todo”, mientras entra un auxiliar con la merienda: dos lonchas de jamón cocido y un batido. Para desayunar, lo mismo; un menú de patología biliar como almuerzo y jamón cocido, de nuevo, con un tomate, para cenar. “No echo de menos para nada la comida. Se me han quitado las ganas de comer”. Su objetivo está claro: recuperar la movilidad. “Si me dicen esto hace un año, ni me lo creo”, señalando a la butaca donde ya puede sentarse. Cada logro queda registrado en sus redes donde va dando cuenta de su transformación y su proceso de superación personal. “Ya me puedo levantar y que eso motive a otras personas que están como yo es muy emocionante porque lo que yo he pasado no se lo deseo ni a mi peor enemigo”. Su lucha, dice puede ayudar a los demás y sus sueños están cada vez más cerca de cumplirse. “No sé cuánto se puede demorar la operación, pero yo creo que las uvas no me las tomo aquí”. 

Y en ese futuro cercano, andar es su meta. “Yo tengo que ir a dar un paseo por la calle Real y que todos me vean”. También quiere ir a ver la suegra de una de las limpiadoras del Hospital que, con 94 años, ya no se quiere levantar del sillón. “Cuando salga de aquí voy a ir a verla y a convencerla de que se puede” y “el año que viene, creo que voy a poder salir en la Hermandad como hacía antes”.  

JOSE MARI HOSPITAL PUERTA DEL MAR 08
José Mari lleva ocho meses hospitalizado.  MANU GARCÍA

“Mi otro sueño es cambiar de casa”. Ni la situación en la que se encontraba el inmueble, ni la relación con su casero ni todo lo vivido hacen viable imaginarse de nuevo allí. “Si volviera, sería como si hubiera perdido la batalla”. Por eso, lanza un mensaje de ayuda solicitando un piso bajo que le pudiera hacer su vida más fácil. José María ya no tiene límites y su lista de deseos, continúa. “Quiero sacarme el carnet de conducir, que es una asignatura que tengo pendiente y montar una asociación para personas que hayan estado como yo o que, por otras circunstancias, se encuentren igual de solas”. En definitiva, “mi sueño es ser feliz; vivía en un infierno y ahora estoy en la gloria”. 

Sobre el autor

Vanesa Perondi.

Vanessa Perondi

Ver biografía

Lo más leído

Ahora en portada