Decir San Fernando es decir la Venta de Vargas. La Isla no puede tener una entrada más característica. Al cruzar el Puente Zuazo uno encuentra de frente lo que ha sido y es un templo gastronómico, pero también cultural y del cante. Tal es así que entre sus paredes queda reflejado que allí fue donde Camarón de la Isla se curtió como cantaor flamenco. Un azulejo lo recuerda para siempre y el museo colindante lo hace inmortal.
Sin embargo es muy posible que dentro de poco la Venta de Vargas ya no sea lo mismo que ha sido. La familia Picardo ha decidido dar un paso al lado y poner en venta el establecimiento, tal y como ha adelantado Diario de Cádiz. No obstante, la decisión de la familia no ha sido reciente, sino que fue tomada hace un año. Sin embargo, la intención de traspasarlo no se había hecho pública y tan sólo se comentaba en petit comité.
Actualmente hay ocho herederos, dos de la tercera generación y seis de la cuarta. Desde lavozdelsur.es hemos podido contactar con uno de ellos, Lolo Picardo, quien ha explicado la situación a este medio. "Cuando mueren los propietarios, mi padre y mi tío, y vemos que no hay quinta generación, nos ponemos a pensar qué va a ser de la Venta Vargas", señala.
Sin embargo, hubo un acontecimiento que precipitó la decisión. "Murió de pronto un camarero muy querido, Pepe Nieto, por un aneurisma y nos hizo pensar que nos podía pasar a cualquiera y, entonces, qué sería de la Venta", añade Picardo.
Pese a que la noticia ha sido una auténtica 'bomba' y el agente inmobiliario que se encarga de la venta del local tiene el teléfono 'echando humo', Picardo también lanza un mensaje tranquilizador a través de lavozdelsur.es para todos aquellos que quieran acudir en los próximos días. "La Venta de Vargas sigue bien, funciona perfectamente. Va a estar abierta porque lo mismo tarda un mes que quince años. Mantenemos la misma agenda y los mismos espectáculos flamencos", comenta.
No obstante, no puede ocultar que están "muy apenados y tristes". "Nos ha costado la misma vida, pero es el único camino que podemos tomar. Nuestro padre y nuestro tío estarían super orgullosos de que con nosotros acabe la etapa de los Picardo en la Venta", asegura.
"Mis hijos son sanitarios, no les voy a pedir que dejen sus estudios para dedicarse a la hostelería. Pensamos que la única opción es venderla, con mucho dolor porque somos enamorados", dice este heredero del mítico establecimiento. Picardo reconoce que "lo ideal es que alguna administración se hubiera hecho cargo porque es un elemento cultural de primer orden". Sin embargo, el Ayuntamiento, de momento, no ha manifestado interés.
Esto supone que el lugar pueda sufrir modificaciones. No en su cara exterior, porque está protegida, pero sí en todo lo que hay dentro. "Puedo poner un condicionante verbal, pero tampoco le puedo decir a nadie lo que tiene que hacer. Hemos decidido venderla en el mejor momento y no cuando vaya peor".