Iba a ser inaugurado en el año 1971. Era un proyecto de los hermanos José y Luis Coronil. Un precioso hotel en mitad de la Sierra de Grazalema que tenía previsto incluir todos los lujos de la época y una piscina. Contaba con cuatro plantas y un sótano.
Cerca de Benaocaz, con unas vistas impresionantes, todo apuntaba a que iba a ser un destino ideal para quienes buscasen paz y naturaleza. Sin embargo, aquel hotel Agua Nueva nunca llegó a terminarse y, desde entonces, está rodeado de leyendas y misterios.
El perfil Aventuras Entresierras ha realizado una visita a este emplazamiento en ruinas que constaba de apartamentos y habitaciones de hotel.
A pesar de estar abandonado desde hace décadas y de encontrarse en estado ruinoso, bajo su techo vive desde hace 23 años un hombre llamado Fernando, que no ha querido aparecer en el vídeo, pero que ha contado que el hotel, antes de ser proyectado, había sido una fábrica de chacinas.
El hotel, de hecho, se construyó sobre lo que era un matadero de cerdos, propiedad de los Bohórquez, que tuvo que cerrar al parecer por una partida de jamones en estado defectuoso.
Los muros del hotel guardan infinidad de leyendas. Además, aunque no han sido visitas turísticas, ha contado con la presencia de numerosos visitantes. Gente se ha quedado de acampada, que se ha perdido y se ha refugiado en el lugar durante unas horas o personas que han encontrado entre sus muros un sitio para consumir sustancias prohibidas.
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