El delegado territorial de Sostenibilidad y Medio Ambiente, Óscar Curtido, y el presidente de la Fundación Iberdrola España, Fernando García, han visitado el Parque Natural Sierra de Grazalema. Junto al equipo técnico y al director de este espacio natural protegido, José Manuel Quero, han acudido a supervisar las actuaciones de refuerzo de poblaciones de pinsapo en este enclave, un proyecto que lleva desarrollándose desde 2020.
El pinsapo ha pasado de ocupar 250 hectáreas en los años 70 del siglo XX a unas 500 hectáreas, si bien continúa catalogado en peligro de extinción. El Plan de Recuperación del Pinsapo, dependiente de la Junta de Andalucía, identificó diversas áreas susceptibles de repoblación para conectar poblaciones de esta especie en las que la Fundación Iberdrola España ha llevado a cabo la plantación de más de 3.300 pinsapos, así como la siembra con golpes de semilla, siembras a voleo y labores de mantenimiento de dichos pinsapos y otras especies procedentes de repoblaciones anteriores.
La superficie de actuación es de 35 hectáreas; potenciando así la mejora de la población en su conjunto y su resiliencia ante la amenaza del cambio climático. También ha colaborado en el acercamiento de la población de las localidades cercanas para que tomen conciencia de la importancia de cuidar estos abetos y actuar en favor del medio ambiente.
En 1977 la UNESCO designó como Reserva de la Biosfera a la Sierra de Grazalema, siendo una de las primeras en España, junto con Ordesa- Viñamala. Óscar Curtido ha puesto el acento en “la importancia de la colaboración entre las administraciones públicas, empresas y fundaciones, cuya actuación suma enteros a las acciones en pro de la conservación de las especies y los hábitats”.
Durante la visita, Fernando García, presidente de la Fundación Iberdrola España, ha señalado que “la fundación desarrolla su actividad en diversas áreas en pro de la integración con la acción social y la formación, el arte y la cultura y la defensa del medio ambiente.
En los últimos años la población de pinsapos se está expandiendo gracias a la disminución de la presión sobre estos bosques, pero su carácter relíctico y asociado a unas condiciones de humedad y temperatura muy determinadas le hacen extremadamente vulnerable ante el cambio climático.
Sierra de Grazalema, Reserva de la Biosfera
Uno de los principales valores que motivó a la UNESCO para declarar a esta especie y la Sierra de Grazalema como Reserva de la Biosfera y fomentar su protección, fue que las poblaciones existentes de pinsapo, un abeto endémico de la Península Ibérica y con una presencia muy restringida, han quedado reducidas a algunos reductos de la Sierra de las Nieves y Sierra Bermeja, en Málaga, y Sierra del Pinar en Cádiz, donde encuentran su acomodo en las zonas más umbrías y con mayor humedad, entre 1.000 y 1.600 metros de altura.
Asimismo, el pinsapar constituye un referente paisajístico para las poblaciones locales, siendo muy deseable contribuir a la afección emocional de la población con su territorio a través de esta especie. Uno de los compromisos de Iberdrola, a través de su fundación, es promover la biodiversidad y preservar ecosistemas sanos como clave para el crecimiento sostenible, y apoyar la descarbonización para mitigar las acciones del cambio climático.
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