Villaluenga del Rosario, en plena Sierra de Cádiz, ha batido un nuevo récord de precipitaciones. En lo que va de año, el municipio gaditano ha superado ya los 1.000 litros por metro cuadrado de lluvia acumulada, un dato excepcional que está dejando imágenes únicas en su entorno natural y, por supuesto, está contribuyendo a llenar los embalses.
Entre los efectos más llamativos de este fenómeno destaca el renacer de uno de sus enclaves más emblemáticos: la Catarata del Chorrero, que ha despertado con todo su esplendor gracias al aumento de caudal provocado por las lluvias. La catarata más grande de la provincia de Cádiz es todo un espectáculo estos días.
La abundancia de precipitaciones, y la llegada de la primavera, ha transformado el paisaje de este pequeño municipio de la Sierra de Cádiz, en pleno Parque Natural de Grazalema, una de las zonas más lluviosas de España. El entorno natural luce ahora más vivo que nunca, con cursos de agua rebosantes y vegetación exuberante.
Antes y después: el efecto del tren de borrascas en los embalses de la provincia de Cádiz

El embalse de Guadalcacín, en marzo de 2025
El nivel del agua ha subido sobremanera en el 'gigante' de la provincia, que está por encima del 40%.
Los embalses de la provincia de Cádiz superan la mitad de su capacidad tras el tren de borrascas de las últimas semanas, que han traído fuertes lluvias. De estar en una situación muy delicada, a encontrarse al 54,48% de su capacidad (datos de Hidrosur, a 23 de marzo) en pocas semanas. Más de 988 hectómetros cúbicos atesoran, cuando hace justo un año eran 406 hectómetros cúbicos los que tenían. Con esta aguaembalsada, tras el subidón de las últimas semanas, superan la media registrada a estas alturas de año en los diez últimos ejercicios, que está en 920 hectómetros cúbicos, poco más del 50,53% del total.
Y es que las lluvias de este tren de borrascas han inyectado, en todo el país, más de 4.300 hectómetros cúbicos a los embalses en apenas diez días.
La reserva hídrica nacional se encontraba al 58% el pasado 4 de marzo, con 32.510 hectómetros cúbicos de agua embalsada, de acuerdo con cifras del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco).
El último informe ministerial recoge que este porcentaje ha aumentado hasta el 65,7%, con un total de 36.867 hectómetros cúbicos. Más de un 8% de subida en apenas diez días de lluvias.
Para ilustrar el espectacular cambio experimentado por algunos de los embalses de la provincia de Cádiz, se hace un recorrido en esta galería fotográfica por el pantano de Bornos, por el manantial de Tempul, por el pantano de Guadalcacín y por distintos puntos que reflejan la espectacular diferencia.
El antes y el después. Escenas hasta hace muy poco inimaginables, de agua en abundancia, que hace mucho tiempo que los lugareños no veían. Que alegran la vista y las perspectivas hídricas, al menos a corto plazo. Para dejar de hablar de las consecuencias de la sequía, al menos durante unos meses.

El embalse de Guadalcacín, a mediados de 2023
La falta de agua hacía que se vieran las farolas y parte de las torretas de la antigua presa de Guadalcacín.

El embalse de Bornos, a 'media altura' en verano de 2024
El verano pasado, el pantano de la localidad serrana presentaba un estado muy diferente al actual.

El embalse de Bornos, a rebosar en marzo de 2025
Al 92% de su capacidad está, a finales de marzo, el pantano de Bornos tras las últimas lluvias

Una 'lengua' de agua en el manantial del Tempul, en verano de 2024
Así lucía el manantial del Tempul, que surte a varias poblaciones del Jerez rural, el pasado verano.

El agua brota a borbotones del manantial del Tempul, en marzo de 2025
El estado actual del manantial del Tempul nada tiene que ver con el de hace menos de un año.

El río Majaceite apenas se vislumbra a su paso por Puente Picao en 2023
Un pequeño hilo de agua discurre por esta zona de la provincia, donde la sequía se hace muy presente.

El tramo de Puente Picao, rebosante de agua, en marzo de 2025
El hilo de agua que había años anteriores ha dado paso a una acumulación hídrica mucho mayor.

El mirador del Guadalete, en Bornos, en verano de 2023
El agua del pantano bornense se sitúa a muchos metros del mirador.

El mirador del Guadalete, de Bornos, en marzo de 2025
El agua casi rebosa por el mirador tras la crecida provocada por el tren de borrascas.

Ovejas pastan en el embalse de Bornos, en una imagen de 2022
El pastor del rebaño, gran conocedor de la zona, comentaba que hacía muchísimos años que no veía el embalse tan seco.

El embalse de Bornos, casi lleno en marzo de 2025
Donde antes pastaban ovejas, ahora apenas hay espacio por el alto nivel del agua.

La 'playita' de Bornos, en verano de 2022
Este espacio abarca 3.000 metros cuadrados de zona recreativa y 600 metros cuadrados de baño.

La 'playita' de Bornos, en marzo de 2025
Con las últimas lluvias, los más de 3.000 metros de playa artificial han quedado bajo las aguas del embalse.

La ermita del Mimbral, en octubre de 2024
La ermita quedaba bien visible en mitad del embalse de Guadalcacín.

La ermita del Mimbral, en marzo de 2025
La infraestructura vuelve a estar casi anegada, después de salir a la luz por la sequía.
El propio alcalde, Alfonso Moscoso, ha compartido este hito en redes sociales, donde ha calificado el momento como un verdadero “ récord ” y ha destacado la belleza que está dejando la lluvia en el municipio. “ Villaluenga ha registrado más de 1.000 litros de lluvia desde el inicio del año y nos regala la impresionante imagen de la Catarata El Chorrero en su máximo esplendor ”, ha señalado.
Un atractivo turístico en auge
La catarata del Chorrero se ha convertido en una de las joyas naturales más admiradas de la zona, atrayendo la atención de vecinos y visitantes, especialmente cuando se activa tras períodos prolongados de lluvias como el actual. Su potente caída de agua ofrece un espectáculo visual de gran valor ecológico y paisajístico.
Villaluenga del Rosario, catalogado como Pueblo Mágico, continúa ganando protagonismo en el mapa del turismo de naturaleza. Su singular orografía, sumada a fenómenos meteorológicos como este, lo convierte en un lugar privilegiado para el disfrute del medio ambiente.
Con este registro histórico de lluvias y la recuperación de parajes tan especiales como El Chorrero, Villaluenga reafirma su identidad como referente natural y paisajístico en la Sierra de Cádiz.