El Puente de Barrida, o Puente del Realejo, tiene más de siglo y medio, y desde hace un año es posible atravesarlo hasta en los días más lluviosos, dado que ha contado con una importancia actuación de recuperación y rehabilitación.
Esta joya del patrimonio de Ubrique, en la Sierra de Cádiz, se comenzó a construir en 1861 sobre una estructura anterior, por lo que incluso también se le conoce como puente romano de la localidad ubriqueña.
Tras la inversión de la Junta de Andalucía, el puente es una de las grandes novedades en cuanto a los atractivos turísticos de un municipio serrano donde hay mucho que ver. Desde la exposición permanente Manos y magia en la piel, dedicada a la larga tradición peletera y marroquinera de Ubrique, hasta el yacimiento arqueológico de Ocuri, del siglo VI a. C., donde estos días de Semana Santa hay visitas guiadas.
Situado en la cima del Salto de la Mora, cerro calizo situado a un kilómetro del casco urbano de Ubrique, desde el yacimiento se controla el paso natural hacia la Manga de Villaluenga por un lado y la salida hacia el sur de la sierra por el otro. Esto da una idea de que en torno a la localidad hay mucho sendero y ruta que realizar llegada la primavera. Dos de estos senderos son el del Mojón de la Víbora o Puerto Calvito.
Al margen del casco histórico y de otros encantos ubriqueños, la gastronomía también merece especial atención. "La gastronomía ubriqueña disfruta de la herencia del aprovechamiento y la supervivencia en el campo. Multitud de sopas, cocías, de espárragos, de tagarninas o de tomate, gachas o migas cocidas, eran platos diarios en el campo, que hoy día conservan su elaboración tradicional y su paladar", cuentan desde la oficina de Turismo ubriqueña. Y abundan: "Los montes de nuestros parques naturales también proporcionan carnes de caza, como el jabalí o el venado, cocinadas de miles de maneras. Entre las carnes más degustadas en nuestros establecimientos encontramos las carnes al carbón, ibéricas de cerdo o ternera".
Comentarios