El delegado de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla, Juan de la Rosa, ha dado a conocer este lunes los detalles de la esperada ordenanza sobre pisos turísticos. Esta normativa llega tras la habilitación de la Junta de Andalucía, una norma que permite a los municipios decidir sobre la explotación de estas viviendas.
Así, Sevilla será la primera ciudad andaluza en poner en marcha esta regulación. La legislación andaluza entra en vigor el 5 de marzo, y se espera, si todo va bien, que a finales de abril esté en funcionamiento esta ordenanza en la ciudad.
La propuesta primero debe ir al pleno de la semana que viene. El gobierno local ejerce en minoría, pero la oposición, seguramente, reciba positivamente esta norma. Quizás la considere insuficiente, pero útil.
Según los estudios realizados desde Urbanismo, la clave está en qué barrios pueden tener más pisos turísticos y cuáles no. Y ha marcado un límite: un máximo del 10% de las viviendas de cada barrio para darle esa explotación. Se sobrepasa en varios barrios dentro del casco histórico y Triana.
Estos son los barrios donde se va a impedir que se den nuevas licencias: Santa Cruz, Arenal, Alfalfa, San Bartolomé, Feria, Encarnación-Regina, Santa Catalina, San Lorenzo, San Gil y, San Vicente, en el casco histórico; y en Triana Casco Antiguo.
La norma, eso sí, no tiene carácter retroactivo, pero igualmente se va a obligar que los actuales pisos turísticos se adapten a la nueva normativa en todos sus aspectos. Si incumpliera, podría decaer esa licencia, aunque es algo complejo. "En el centro sobran 2.500 pisos turísticos", ha señalado el Ayuntamiento, que deja entrever que de una manera o de otra irá, con la Ley por delante, contra ese exceso que sobrepasa el 10%.
Hay otros tres barrios del centro (o cerca) donde están cerca del 10%, pero no se llega, por lo que se podrán permitir nuevas licencias: San Julián, El Museo y San Bernardo. El resto de barrios de la ciudad tiene una tasa inferior al 5%, por lo que seguirá habiendo libertad para las nuevas licencias.
Tal y como explicaba el investigador de la Universidad de Sevilla Rubén Ibán Díaz Parra en un reportaje para lavozdelsur.es el pasado fin de semana, la clave de esta norma iba a estar en dónde se ponía la frontera, a qué barrios iba a afectar. Y son dos zonas concretas del centro donde se van a permitir licencias: San Julián y el Museo. Todo apunta, entonces, a que la inversión de crecimiento de estas viviendas irá hacia el entorno de la Muralla y Macarena, Los Remedios, Felipe II o Nervión, zonas que si bien no son centro, sí están cerca o bien conectadas.
"Nos comprometimos a que, en el momento que pudiéramos, haríamos todo cuanto estuviese en nuestra mano para la limitación de las viviendas de uso turístico porque tal y como hemos comprobado con la realización de este estudio en el casco histórico no cabe ni un apartamento turístico más", ha dicho Juan de la Rosa sobre esta esperada normativa.
Ahora viene la otra parte de la normativa: la inspección. El Ayuntamiento dice que, efectivamente, va a combatir aquellas viviendas que no cumplan escrupulosamente con la legislación andaluza. Lo hará con cancelaciones en el registro, expedientes disciplinarios e incluso con la colaboración del Colegio de Administradores de Fincas. "Habrá más control y por supuesto limitación, cumpliendo así mi compromiso y con lo que dicta el decreto de la Junta de Andalucía".