Acuciante falta de oftalmólogos en la sanidad pública andaluza

Actualmente se están citando para consulta en Sevilla a los pacientes de mayo de 2023

Imagen de archivo de una entrada de Urgencias de la sanidad pública.
Imagen de archivo de una entrada de Urgencias de la sanidad pública. JUAN CARLOS TORO

Las consultas de Oftalmología de la sanidad pública andaluza son unas de las especialidades que tienen mayor retraso para atender a los pacientes. Como ejemplo concreto citamos el de la capital andaluza, Sevilla, que puede ser extensivo al resto de provincias. Cuando el usuario acude a su médico de cabecera, previa cita que ha tenido que conseguir, y pide ser derivado al oftalmólogo, hay que concienciarse que el tema será lento y complicado. Se supone que los pacientes, cuando pasan más de 60 días sin tener una respuesta por parte del centro sanitario de especialidades correspondiente, tiene derecho a reclamar, pero en la mayoría de los casos no sirve para nada. Se presenta la reclamación (indicando los datos personales, el motivo de la queja y si la respuesta de la administración sanitaria se quiere recibir por  teléfono, correo electrónico o postal), a continuación facilitan a la persona interesada una copia con el sello y registro y le dicen "lo pasamos al responsable". Estas demoras en la asistencia sanitaria se producen especialmente en las revisiones anuales, pero también en las intervenciones quirúrgicas.

Vamos a exponer dos casos reales de personas que necesitan ser atendidas con diligencia por médicos oftalmólogos y que van a tener que esperar entre seis meses y un año. El primero es un hombre, autónomo, de unos 59 años, que con la edad está perdiendo visión del ojo izquierdo y cada vez ve peor; su médico de familia le pidió cita en noviembre de 2023 y ahora lo han llamado para ser atendido en la segunda quincena de mayo en el Centro de Salud de María Auxiliadora. El segundo es una funcionaria, de 62 años que solicitó a principios de  febrero de 2024 una cita con su especialista, ya que tiene la vista muy delicada (miopía, cataratas, blefaritis, tratamiento de láser por haber tenido casi un desprendimiento de retina, etcétera), y requiere de revisiones anuales. Como no le contestan en el plazo establecido (tres meses), acude al Centro de Especialidades Fleming y le contesta el personal administrativo que "ahora se están llamando para atender a los pacientes de mayo del año pasado", ya que hay mucho retraso; así que la señora pone la correspondiente reclamación y a esperar. 

A nivel provincial, si llamamos al Hospital Público Comarcal de Osuna, contestan que hay retraso de más de un año porque no hay oftalmólogos suficientes, hacen falta al menos tres para atender la demanda y están esperando que los médicos terminen el MIR para contratarlos. La lista de espera es de un año y ahora se están llamando a los pacientes de mayo de 2023, al igual que ocurre en el centro de Fleming de Sevilla capital.

Ante esta situación, el sufrido paciente se ve obligado a apuntarse en una compañía privada o gastarse el dinero en una consulta o centro privado oftalmológico del cual tenga buenas referencias (que es el supuesto más frecuente) y que, como mínimo, una revisión normal puede costarle 100 euros. Si se acude a través de una compañía de seguros médicos, también tiene que aguantar retrasos, cosa que no ocurre si se acude como paciente particular (en dos semanas puede conseguir una cita). Y todo ello para obtener cita para revisión anual. Por supuesto, las personas que tengan un desprendimiento de retina, hayan sufrido un accidente con lesión grave de los ojos, tengan una enfermedad o cualquier otro problema muy delicado de visión, tienen que acudir inmediatamente a Urgencias del SAS para ser atendidas el mismo día, con la consiguiente espera debido a la masificación y falta de personal médico-sanitario.

¿Por qué esta acuciante falta de oftalmólogos? Según las fuentes consultadas, las razones son varias. La convocatoria de plazas MIR de especialidades médicas que oferta el Ministerio de Sanidad es totalmente insuficiente y especialmente en Andalucía, la región más poblada de España.

A lo cual se une la pérdida evidente de profesionales, ya que es sabido que el SAS paga poco tanto a los médicos especialistas como a los de Familia, los cuales tienen que trabajar para complementar su sueldo en compañías o en la privada. En el caso de los jóvenes médicos oftalmólogos, una vez que superan los cuatro años de residencia cobrando unos sueldos míseros y machacados por guardias permanentes que les ayudan a cobrar un poco más, tienen la opción de trabajar en la sanidad pública o en un centro oftalmológico privado u hospital concertado. Es muy probable que muchos de estos nuevos oftalmólogos, después de 10 años de estudio intensivo (6 de la carrera y 4 de especialización) decidan irse a trabajar fuera de Andalucía, ya que es una de las comunidades autónomas que peor pagan a sus médicos especialistas; e incluso optarán por irse al extranjero, perdiéndose un potencial muy necesario.

Foto 2. Entrada Centro de Especialidades Fleming de Sevilla
Entrada al Centro de Especialidades Fleming de Sevilla

Otro de los motivos es que apenas hay reposición de plazas (sobre todo a causa de las jubilaciones y en menor medida a bajas) en el SAS (les llaman "plazas amortizadas"). Es decir, los médicos especialistas se van jubilando y no se suelen cubrir; hay menos médicos, más carga de trabajo y más retraso. Es la pescadilla que se muerde la cola. Otro ejemplo: en el Centro de Consultas Externas Virgen de los Reyes (Marqués de Paradas) desde hace siete años no hay oftalmólogos, los quitaron y los llevaron a Urgencias del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. El único oftalmólogo que atendía consultas se jubiló y no se cubrió su plaza. 

Recientemente, la Sociedad Andaluza de Oftalmología (SAO) se ha adherido al comunicado emitido en abril por la Sociedad Española de Oftalmología (SEO), en el que se muestra en contra de la incorporación del óptico-optometrista en la Atención Primaria del Sistema Nacional de Salud, como posible medida para paliar las listas de espera planteada en la Comisión de Sanidad del Senado.

"La principal razón es que un paciente, según sentencia 2527/2016 TS, tiene que ser atendido siempre por un médico en la puerta del sistema sanitario (que es la Atención Primaria), y no por un óptico-optometrista que carece de los conocimientos, formación y capacitación necesarias para ello. Por ello, la SEO sigue manteniendo su propuesta de incorporar a los ópticos-optometristas a los equipos de Oftalmología en Atención Especializada, siempre bajo la supervisión de los médicos oftalmólogos", dice el comunicado.

"Los médicos oftalmólogos recuerdan que los ciudadanos pueden acudir a las ópticas a graduarse la vista, adaptarse gafas y lentes, y a recibir consejos sobre salud visual. Pero, en ningún caso, estos profesionales pueden identificar o detectar problemas o trastornos oculares que puedan afectar negativamente a la salud visual de la población, labor que corresponde exclusivamente a los médicos oftalmólogos", añade en su nota la SEO.

La Sociedad Española de Oftalmología aclara, además, que la posibilidad de introducir a los ópticos para aliviar las listas de espera no sería una solución efectiva, sino justamente todo lo contrario, "provocando demoras y retrasos diagnósticos, al ponerse la salud de los ciudadanos en manos de profesionales no cualificados ni acreditados para la detección de enfermedades oculares, salvo para los defectos de refracción, debiendo tenerse en cuenta que, detrás de una aparente buena visión o un simple defecto de refracción, pueden ocultarse graves enfermedades oculares que pueden conducir a la ceguera y que solo el médico oftalmólogo puede diagnosticar y tratar".

Las enfermedades oculares son muy diversas (las que afectan a la córnea, la mácula, retina, órbita, los glaucomas, la tensión ocular, la uveítis o inflamación de la úvea... ). En los jóvenes está aumentando la miopía, debido al consumo excesivo de los móviles y las pantallas que van deteriorando los ojos. A ello se une el progresivo envejecimiento de la población, con el consiguiente incremento de la presbicia, las cataratas, problemas de mácula o falta de visión.

Sobre el autor:

Rosa Cárcela

Rosa Cárcela

Periodista y doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla. Miembro del Grupo de Investigación en Estructura, Historia y Contenidos de la Comunicación (Grehcco) de la US.

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