Por esas cosas que LaLiga parece que no tiene en cuenta, al Real Betis y el Villarreal le pusieron su partido en Sevilla para este Domingo de Ramos. Una decisión como poco controvertida, aunque la ciudad está más que preparada para albergar un evento deportivo a la vez que se vuelca en la seguridad de la Semana Santa.
Lo cierto es que el Domingo de Ramos es uno de esos días grandes, dentro de que grandes sean todos, pero es que, al ser inicio, y al ser festivo, se dan todas las circunstancias para que los sevillanos puedan salir a la calle, y para que vengan muchos de fuera.
La Paz ha sido la primera en salir este domingo, por unos minutos algo antes que la Hiniesta. No es que esté al lado, pero San Sebastián, en el Porvenir, sí está en el entorno amplio del Estadio Benito Villamarín.

El encuentro, a las 18:30 horas, no ha llegado a coincidir con el trayecto de La Paz, pero sí con el desembarco previo de muchos aficionados que en zonas como Diego Martínez Barrios o Ramón Carande pasaban hacia la Palmera (la Borbolla, lógicamente, estaba cortada).
Además, el Villarreal tenía su hotel de concentración en el NH Collection, apenas a cinco minutos de la iglesia de San Sebastián, además a camino del Parque de María Luisa, que es un lugar de visita para muchos aficionados visitantes antes de ir al partido.


Por eso, a las puertas de San Sebastián, minutos antes de la salida, cuando aún llegaban algunos nazarenos, había aficionados del Villarreal 'flipando' con aquello que quizás no habían visto nunca pero de la que tanto habrían escuchado, la Semana Santa de Sevilla.
Además, algún aficionado bético de otras provincias, asociaciones y peñas, han buscado el Villamarín y por el camino se han encontrado a la procesión en el parque de María Luisa. Había otros que, siendo de aquí, han buscado el doble plan: pasos por la mañana antes de ir a la previa. Bufandas y camisetas verdiblancas frente a La Paz. Es otra pasión, la del fútbol. Que ni mucho menos son excluyentes una de otra. Una imagen curiosa de una ciudad que sigue con su vida mientras además están los pasos en la calle.