Archivada la denuncia contra el delegado de Urbanismo de Sevilla por la copa navideña pagada por Sacyr

El juzgado señala que es "una costumbre muy española las llamadas comidas navideñas en el ámbito laboral y funcionarial, y se invitó a la totalidad de miembros de la Gerencia", por lo que no aprecia delito

Juan de la Rosa, delegado de Urbanismo de Sevilla, en un pleno.

El Juzgado de Instrucción número 18 de Sevilla ha decretado en un auto el archivo de la causa contra el delegado de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla, Juan de la Rosa, y contra el administrador de Sacyr, por la copa de Navidad que la constructora pagó el pasado mes de diciembre. Una invitación cursada por Sacyr, encargada de la explotación de las Setas de Sevilla, y que fue replicada por mail desde la Gerencia a toda la plantilla.

En el auto, al que ha tenido acceso lavozdelsur.es, se repasa la tesis de la Fiscalía, que elevó la denuncia ante los tribunales para iniciarse la instrucción. Rechaza el juzgado que el mero acto de invitar a la plantilla suponga "sin más un acto criminal".  Porque el delito de cohecho "se trata de asegurar no sólo la rectitud de la función pública, sino también de garantizar la incolumidad del prestigio de esta función y de los funcionarios que la desempeñan, a quienes hay que mantener a salvo de cualquier injusta sospecha de actuación venal".

Así, el juzgado considera que no quedan conectadas esta copa de cualquier beneficio para Sacyr. "no se aprecian indicios delictivos pues la copa y almuerzo sufragados por la empresa Sacyr tuvo lugar el día 19 de diciembre, es decir, en el marco de los días previos al inicio de la Navidad". Añade que esta es "una costumbre muy española las llamadas comidas navideñas en el ámbito laboral y funcionarial; y se invitó a la totalidad de miembros de la Gerencia, inclusive jubilados, sin más propósito que el agasajo".

Reconoce el juzgado que esta es la circunstancia que retira sus sospechas. "Distinto hubiera sido que la invitación se circunscribiera al gerente y mandos de la Gerencia y/o a los funcionarios tramitadores de los expedientes administrativos que afectan a los dos ciudadanos de los que parten las denuncias, pues ello podría hacer pensar en que el agasajo buscaba una influencia que pueda tener lugar aún inconscientemente para el funcionario".

Sí pega un tirón de orejas el auto a la clase política: "sería conveniente que por ética los funcionarios municipales y las concejalías no aceptasen agasajos, ni aún los más banales a fin de 'no acortar las distancia' respecto a ningún administrado, pero se insiste, la conducta examinada carece de trascendencia penal viniendo de aplicación el principio de mínima intervención penal. Por lo razonado, procede declarar la atipicidad penal y archivo de la causa".

Con todo ello, queda, a falta de cualquier posibilidad de recurso, queda cerrada una causa por la que la oposición pidió reiteradamente explicaciones al delegado, Juan de la Rosa, y al alcalde, al que incluso se sugirió que debiera cesar al concejal de sus funciones en el gobierno municipal.