Hay quien opina que cruzar el puente es cambiar de ciudad. O era. Porque en los últimos años, el barrio de Triana, donde viven alrededor de 50.000 personas, ha experimentado cambios bastante sustanciales. Al llegar al Altozano, cada vez es más habitual ver ríos de turistas que vienen y van con maletas. Entran y salen de pisos históricos que en su mayoría ya tienen telefonillos 'modernos' para introducir una clave.
Esto no se ha inventado en este barrio sevillano, pero ya es una víctima más. Son sistemas con los que conseguir la llave de los apartamentos turísticos. Con una simple búsqueda en una de estas webs, uno encuentra alrededor de 600 apartamentos en el barrio que van desde los 18 euros hasta los 250 euros la noche en un fin de semana cualquiera de enero, fecha en la que Sevilla aún no ha entrado en temporada alta.
"No se parece nada a la Triana que conocí de niño". Antonio es un vecino de la calle San Jacinto que va a cumplir 76 años y que ha nacido en el barrio y vivido en él durante toda su vida, "toda Triana está infectada por viviendas turísticas". San Jacinto es la calle más transitada del barrio. Sin embargo, cada vez es más complicado encontrar un edificio que no esté destinado a este tipo de alojamientos. Además, gran parte de esta vía está ocupada por los veladores de bares y restaurantes que se llenan para comer más cerca de las doce del medio día que de las dos y media de la tarde. "Al que le toque un piso turístico tiene un problemón porque a los que vienen a pasárselo bien les da igual que sean las cuatro de la mañana", sentencia.
Una de las consecuencias de estos cambios en el día a día de Triana ha sido el encarecimiento de los alquileres. Andrea Oliver es una joven antropóloga que nació y creció en Triana, sin embargo, a la hora de independizarse ha tenido que buscar alternativas fuera del barrio. "Soy de una generación que no ha podido acceder a una vivienda en propiedad. La única oportunidad en el barrio era el alquiler hasta que la explosión turística ha encarecido los precios", explica sobre su experiencia. El metro cuadrado de alquiler ha pasado en el barrio de los 9,40 euros en enero de 2018 a los 11,40 euros actuales, según el portal especializado Idealista. El precio de la vivienda en propiedad, por su parte, ha crecido en un 5% en los últimos doce meses.
Precisamente, Andrea señala que "mi abuela es de las pocas personas que todavía tiene una vivienda en un corral de vecinos". Esta forma de vida era muy habitual en el barrio, aunque con el tiempo ha ido desapareciendo. Antonio, en su momento, los conoció muy bien y lamenta su extinción, "mantenían una forma de vida y de humanidad que no existe hoy en día. El problema de uno era el problema de todos".
"Se está expulsando a barriadas de la periferia a personas que llevan toda su vida en un barrio y quieren desarrollarse en él", dice Ismael Sánchez, candidato de Izquierda Unida a la Alcaldía de Sevilla. Sánchez se muestra claramente en contra de las políticas relativas al turismo y al comercio que se están llevando a cabo en Sevilla, pero también en otras ciudades de Andalucía y España, "los barrios se han convertido en parque comerciales. Pierden la identidad, se fomenta un tipo de ciudad que no es para la gente que vive en ella. Son espacios que no permiten la conciliación del turismo con la vida del barrio". Sobre esta cuestión, Andrea añade que "esta Triana no es en la que yo me he criado y la que me han contado. Fuera del romanticismo, las ciudades evolucionan, pero la clave es que sean sostenible con la forma de vida de quien se queda, no de quien viene de paso".
Para Antonio, sin embargo, no se trata de un fenómeno nuevo sino de algo que ya se viene produciendo desde hace varias décadas cuando muchos de los corrales de vecinos fueron desalojados y muchos de estos vecinos reubicados en otras partes de la ciudad. "Todo empezó cuando comenzó a explotarse el suelo. Un barrio con características propias fue desmantelado", señala este vecino de San Jacinto a lavozdelsur.es. "Se ha convertido en un barrio mas de los muchos que hay", apostilla mientras recuerda una letra de 'Naranjito de Triana' sobre la peculiaridad del barrio, "mira si soy trianero, que estando en la calle Sierpes, me siento como extranjero".
La situación no sólo al presente, sino también al proyecto de vida. Por ejemplo, a la hora de tener hijos. "Necesitas soporte familiar si quieres tener un proyecto con hijos. Tengo amigas necesitan proximidad con su familia para esto y están precarizando su vida por asumir el coste de la subida del alquiler", explica Andrea sobre las situaciones de su entorno.
La liberalización de horarios comerciales, ¿causa o consecuencia?
En las últimas semanas se ha conocido que se van a ampliar las Zonas de Gran Afluencia Turística en varios municipios de la comunidad. Triana fue de los primeros barrios en tener esta declaración, lo que supone la liberalización de los horarios comerciales. Ahora, también afectará a la Cartuja, por lo que Torre Sevilla, en una de las entradas de Triana, también podrá aumentar los días festivos de apertura. Nervión será otro de los distritos incluidos en esta normal. Si bien todo es a propuesta de los ayuntamientos, CCOO denuncia que estos actúan buscando un 'mal menor' ya que, en caso de no proponer, existe el riesgo de que la administración autonómica declare todo el municipio durante todo el año.
No está claro si la declaración de Zona de Gran Afluencia Turística es causa o consecuencia de la turistificación del barrio de Triana. Lo que sí queda demostrado es que es parte de un proceso que como última consecuencia tiene la pérdida de identidad del barrio. Esther Izquierdo es responsable Institucional de Grandes Almacenes de Federación de servicios de CCOO en Andalucía y explica que "no es una reivindicación de los turistas" sino de las "grandes superficies". Sin embargo, estas medidas "acaban con el modelo de comercio mediterráneo. Se destruye la vida de barrio", comenta Izquierdo a lavozdelsur.es.
Desde el sindicato denuncian la falta de transparencia por parte de la Junta de Andalucía a la hora de publicar estudios que justifiquen estas medidas y, al mismo tiempo señalan que ocasiona el empeoramiento de las condiciones laborales de los trabajadores. "Hemos defendido el modelo de comercio andaluz porque genera vida en los cascos urbanos". Ismael Sánchez añade que esto beneficia a las grandes superficiles y provoca que se pierda "un tipo de comercio que es el que activa la economía en la zona". "Los vecinos que tienen comercio en su propios barrios retroalimentan la economía en sus propios barrios. Con este modelo el dinero se va a terceros países", afirma.
Antonio lleva toda la vida en el barrio y cuenta que ahora, cuando se le acerca un turista y le pregunta qué puede ver allí, le responde que nada porque todo lo tradicional ha desaparecido, "los negocios se han ido acabando, ya no existe el pequeño comercio. Sólo hay bares, bares y bares". Este vecino insiste en que esas calles han cambiado demasiado, "para ver Triana hay que tener una máquina del tiempo".
Por su parte, Andrea recuerda lo sucedido con la juguetería El Turia, que cerró sus puertas hace dos años. "Se fue con un cartel en su puerta de que se han ido luchando por el barrio, pero no han podido con la presión", cuenta sobre el adiós de otro de los comercios tradicionales. Como este, muchos más han ido cerrando sus puertas ante el avance del turismo y sus consecuencias. La situación ya ni siquiera se circunscribe al casco antiguo de Triana, "en el extrarradio del barrio te encuentras franquicias, hoteles, kebas o promociones de vivienda de lujo. Hay gente que no ha podido dedicarse al oficio tradicional porque se ha visto desplazada por los precios de los alquileres. Eso provoca que llegue gente nueva con un poder adquisitvo más alto y dedicados a otro tipo de profesiones".
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