El día a día del servicio de atención a animales en Sevilla es "un caos". La falta de personal impide que con algunos ejemplares se trabaje de forma adecuada. Así lo denuncian desde el sindicato CSIF, una de las fuerzas sindicales mayoritarias en el Ayuntamiento de la capital. En algunos casos, la situación es extrema: algunos animales se han llevado sin salir más de dos años de las taqueras de tres metros cuadrados por culpa de la falta de personal. En cualquier caso, "no se acostumbra a sacarlos, y más si son 'peligrosos. No salen a zonas de esparcimiento, no hay". Estas taqueras, también llamados boxes o chelines, son pequeñas 'celdas' individuales de tres metros que dan al exterior.
Rafael Román, portavoz de CSIF en el Ayuntamiento, explica que en el zoosanitario se sigue a rajatabla la política de muerte cero, salvo en casos extremos de atropellos de animales o enfermedades no tratables. Pero eso conlleva que haya animales hacinados. La peor situación es la que viven los perros intervenidos que se dedicaban a las peleas. Esos perros "vienen con enfermedades mentales, pero no se puede realizar el tratamiento psicológico necesario". Es infrecuente que salgan a la zona exterior. En el mejor de los casos, si se encuentra a una persona que cumpla los requisitos para tener un perro con estas características, pasan solo unos meses. Pero ha habido casos con más de dos años en que si salen a una zona de esparcimiento habilitada. Y todo, cuando el personal ni siquiera ha recibido la aptitud para manejar perros en esas condiciones previas. Ante la gran cantidad de perros y gatos, además de otras especies como caballos, burros, serpientes o gallos de pelea (estos más numerosos en los últimos tiempos), el poco personal trabaja como puede.
"Los perros que eran usados para peleas necesitan al menos dos técnicos especializados para que puedan salir de la taquera. No hay espacios habilitados suficientes. Se les da tratamiento veterinario, se baldea la taquera varias veces al día, se les ponen vacunas, se les alimentan bien". Pero su salud mental no mejora porque, si ya vienen enseñados desde el nacimiento para pelear, su tiempo en las instalaciones del zoosanitario no hace más que empeorar su estado, explican. "Hace un tiempo, uno de los técnicos sufrió en 2017 una agresión en un brazo y ha quedado incapacitado para su trabajo. Tiene adaptación del puesto por secuelas personales", recuerda Román. Y, en general, los trabajadores del servicio sienten "angustia por no poder hacer frente a todo el trabajo. Si las cosas van saliendo adelante es por las ganas de los trabajadores municipales".
En el zoosanitario hay dos negociados: uno, el de atención a estos animales, y otro de desratizaciones en la ciudad, a lo que se une en ambos la atención al público, tareas administrativas, dentro de las instalaciones donde están los animales que se intervienen en las calles o servicios similares. "De tres puestos en la RPT del Ayuntamiento de Sevilla para la atención al público, no hay nadie. Quien atiende es una persona que en realidad tiene otras funciones administrativas más". Así, el trabajo va desde informes sobre desinfecciones y peticiones concretas de la ciudadanía (avisos de presencia de animales o insectos, por ejemplo) hasta atender a quienes desean adoptar a un animal. Eso, al final, no hace más que empeorar el hacinamiento de ejemplares en el zoosanitario. "El tratamiento dentro es exquisito, pero a menudo se da el caso de que encontramos el perro de una familia que se ha escapado. Mientras no se le atiende, se genera una sensación de oscuridad sobre cómo estará el animal".
Por más que se intenta desde la plantilla aliviar la situación, "desde las dos de la tarde, hasta la mañana siguiente, la atención a los animales es nula". La empresa externa que se dedica a recoger animales tiene hasta 20 sitios en sus instalaciones para albergarlos hasta que lleguen al centro público. "Pero cada día lo que hay son dos o tres espacios libres, no más". Algunas soluciones de emergencia pasan por juntar a dos perros con buen comportamiento, pero el colapso es total, a pesar de que hay previsión de seguir ampliando espacios. "Los cachorros de perro están en gateras, en los espacios para los gatos".
Respecto a la investigación abierta en un juzgado tras la denuncia por el trato a los animales, interpuesta por una organización animalista, desde CSIF insisten en que no hay nada de cierto en esas acusaciones, y que el problema se deriva únicamente de la falta de trabajadores, llegándose a situaciones difíciles para muchos animales hacinados y que no pueden recibir el tratamiento psicológico que precisan. Subrayando, una vez más, que reciben perfecta atención veterinaria, de higiene, alimentación y cuidados.
El Ayuntamiento quiere contar con más personal y con apoyo de las asociaciones
Preguntado por este asunto, desde el gobierno local afirman que los espacios ocupados por cada animal en sus chelines "son idóneas y ajustadas a normativa", y que se está estudiando "ante el aumento de abandono animal, la posibilidad de aumentar las plazas dentro de nuestras instalaciones, consultando con expertos del sector sobre las diversas posibilidades y soluciones".
Asimismo, respecto a la imposibilidad de sacar a los perros por falta de personal, "aparte de contar con los recursos actuales, este equipo de gobierno está valorando la posibilidad de contar con las distintas asociaciones para poder llevar a cabo colaboraciones que incluyan estos beneficios para los animales". "Al igual que ocurre con los programas de adopción conjuntos con los distintos agentes del bienestar animal, incluyendo al Colegio de Veterinarios".
Respecto a la falta de personal para atención al público, "están solicitadas todas las plazas y se está a la espera de contar con ellas. Esas plazas estaban siendo ocupadas normalmente por funcionarios que, tras el concurso de traslado, han decidido promocionar a otros ámbitos de nuestra administración, no habiendo sido solicitadas con carácter ordinario por ningún funcionario que pudieran suplir dicho traslado voluntario".
Una primavera de ratas y cucarachas en Sevilla
El caos del que habla CSIF sobre el día a día tiene que ver con esa falta de empleados, que hacen lo que pueden. Y afecta a otras cuestiones de la ciudadanía, como la desratización. En este contexto, hay que recordar que la sequía y el tempranero calor (con un enero inusualmente cálido) provocan que los ciclos de reproducción de roedores o insectos se haya adelantado.
Los empleados municipales tienen entre sus funciones desratizar espacios municipales, desde centros cívicos, centros policiales en distritos o el propio Ayuntamiento. "Todo esto no se está produciendo de forma calendarizada, con prevención, sino que desde hace años se trabaja cuando surge el problema". No se interviene correctamente en coníferas para evitar las procesionarias de los colegios, no se eliminan los focos de parásitos de areneros en zonas de preescolar, no se tratan las larvas de cucarachas en el subsuelo y "todo eso incide en el bienestar en los centros de trabajo municipales y en el de la propia ciudadanía".
Al igual que en la denuncia pública realizada por el sindicato CSIF respecto a la reciente agresión a una funcionaria municipal en Amate, todo tiene detrás "el incumplimiento de este Ayuntamiento y del anterior sobre lo que incluye el capítulo 1 del presupuesto", el de personal. Es decir, se asignan fondos para trabajadores para cumplir la RPT, "y desde Recursos Humanos sabemos que se pide a Hacienda que se cubran las vacantes, pero igual que la anterior corporación, la actual acaba obligando al ahorro". "Y eso provoca servicios desestructurados, el zoosanitario es uno más de ellos", insiste Román.
Una de las funciones del personal acaba siendo la revisión del trabajo realizado por las contratas. Y con ellas no se trabaja de forma coordinada, denuncian desde CSIF. Se da el caso de que quizás se decida desratizar las calles de un barrio. Pongamos, por ejemplo, el Tiro de Línea. La consecuencia de no realizar una buena previsión implica que los roedores acaben siendo más numerosos y evidentes en barrios colindantes. Póngase, El Plantinar o El Porvenir. Unas zonas de la ciudad donde se aprecia, como en otros, un aumento de roedores, por lo que el ejemplo no es casual. "Para empezar, nuestro trabajo también consiste en repasar el trabajo que hacen esas contratas". Y, por otro lado, "no se trabaja con la previsión de trabajar en los barrios cercanos cuando se actúa en uno".
Eso, en el contexto de sequía y calor, hace prever una primavera de ratas, cucarachas... y abejas. "Ya ha pasado en otras ocasiones. ¿Qué ocurre si una procesión se encuentra con un panal y una aglomeración de gente?". Y lo peor es "si ocurre un sábado por la tarde". Porque, alerta CSIF, la empresa concesionaria del servicio de intervención y recogida de animales fuera del horario de la plantilla municipal finaliza su contrato este mes de febrero. "Aún no se ha realizado el expediente. ¿Qué pasa si aparece un caballo de madrugada en la SE-30? ¿O si un caballo se desploma a cualquier hora en la Feria? ¿O si encuentran un avispero en Semana Santa? Dependerá de si un bombero, por casualidad, tuviera la formación para intervenir".
El Ayuntamiento, por su parte, defiende su actuación en este ámbito y explica que el control de actuaciones corresponde a la plantilla. "Cada vez que se contrata a una empresa externa, esta no actúa nunca de forma independiente, sino que lo hace conjuntamente con los técnicos del centro. Son ellos quienes organizan la actividad conforme a su amplio conocimiento y experiencia en la materia. La empresa actúa conforme a las previsiones, las indicaciones y las programaciones que desarrollan los propios trabajadores municipales". El gobierno local asegura que, en cualquier caso, para la situación que se derivará a partir de febrero, "se está estudiando la viabilidad de diferentes opciones, estamos trabajando con el servicio de contratación externa".