La librería Caótica de Sevilla necesita ayuda urgente para su supervivencia por una orden de desahucio

Maite Aragón Navas atiende a lavozdelsur.es para explicar los motivos que han llevado a este espacio cultural a realizar un llamamiento de auxilio a la ciudadanía, después de un complicado 2022

Imagen de los socios trabajadores de la librería Caótica.
Imagen de los socios trabajadores de la librería Caótica.

Maite Aragón Navas encuentra un hueco de la mañana, entre llamadas, mensajes y comunicados para atender a lavozdelsur.es. Atenta y cariñosa, una de las socias fundadoras de la librería Caótica, en Sevilla, no da a basto tras hacer pública la situación en la que se encuentra el espacio cultural. Después de dos años y medio en los que ha dado tiempo a todo, una pandemia, crisis por la guerra entre Rusia y Ucrania, la subida de las materias primas, inflación, gentrificación mediante y olas de calor sin precedentes, y a pesar del esfuerzo y la imaginación, Caótica necesita ayuda económica para hacer frente a una demanda de desahucio por el impago de tres cuotas de alquiler. 

"Personalmente estoy hecha un flan porque no ha sido fácil sacar todo esto a la luz, pero hablo también por todos mis compañeros, ya que tomar la decisión ha sido difícil", inicia visiblemente emocionada. Maite insiste en el intento de "resistir el máximo tiempo posible sin tener que hacer esto", pues confiaban en que iban a ser capaces de revertir la situación solos. "Estamos muy curtidos en reinvenciones y como el estado natural de lo libreros es la crisis, creíamos que con nuestras ideas podíamos lograrlo", admite.

La creatividad y la innovación son marca de la casa Caótica, pero esta vez, no ha sido suficiente. "Desde 2022 hemos recibido un golpe tras otro, situaciones adversas que nos han impedido levantar cabeza, así que ahora estamos nerviosos e inquietos, y algo pudorosos por exponernos de esta manera, pero también felizmente abrumados porque nos estamos sintiendo muy arropados, recibiendo mucho cariño y respuestas positivas", asegura Aragón, quien agradece especialmente el cuidado.

El proyecto de Caótica lo inician tres socios, en 2017, como cooperativa mixta sin ánimo de lucro, con la vocación de fomentar la lectura y la cultura del libro, y de poder vivir dignamente de ello. "El proyecto siempre fue hacia fuera con el fin de enriquecer el territorio en el que nos insertamos", aprecia Maite. Su estructura societaria la integran los socios trabajadores y los consumidores. Ambos persiguen las mejores condiciones laborales y comerciales posibles. "Nuestros consumidores tienen el máximo de descuento permitido por la Ley del Libro –5%, salvo en la Feria del Libro y el Día del Libro, que permite un 10%–, además de contar con otra serie de ventajas en las compras, además del acceso a la biblioteca de lecturas indispensables, nuestro gran proyecto del que sentimos un gran orgullo", avala una de sus fundadoras. Cada socio, cuando entra en la cooperativa, elige un libro que considera una lectura indispensable y ese libro se queda en la biblioteca de socios para que todos puedan acceder a él en forma de préstamo. "Una de las ideas para afrontar esta crisis es convertir parte del catálogo de la librería en biblioteca de préstamo para que no se pierda la relación con el libro", revela Maite.

Actualmente son 6 socios trabajadores y 200 socios consumidores. "Hasta hace poco éramos más, pero con el devenir del 2022, la bajada del consumo de libros, muchos de los socios consumidores también se han dado de baja de sus cuotas, algunos de manera temporal y otros definitiva, precisamente por reducir sus gastos familiares", explica una de las fundadoras, a la que le gustaría pensar que "esta llamada de auxilio haga que la plataforma de socios vuelva a cobrar vida y suba el número de socios consumidores o, por lo menos, que no siga cayendo". Para Caótica este aspecto es muy importante, ya que supone el compromiso de una cuota de consumo mensual a partir de 20 euros. "Todos los socios tienen derecho a retirar, a cambio de ese importe, su consumo de libro o ir acumulándolo si no se retira", aclara Maite. Además, con esa cuota, pueden afrontar mejor los gastos fijos de la librería, ahí radica su importancia. "Si la comunidad de socios crece, podremos saber hasta qué punto nuestros fijos son asumibles", apunta.

¿Cómo llegan a la situación de desahucio?

Durante la pandemia se habló de los libros como un bien de primera necesidad, sobre todo en el confinamiento duro. Las grandes plataformas aprovecharon esa vuelta al libro para desarrollar una competencia desleal frente a las pequeñas librerías que se encontraban cerradas. "Mucha gente recurrió al 'gigante innombrable' para tener sus libros en casa a las 24 horas y sin gastos de envío. Frente a eso, muchas librerías no estábamos preparadas para dar ese servicio", indica Maite, quien recuerda la carrera inicial de la plataforma todotuslibros.com, promovida por libreros a nivel nacional, para hacer una competencia lo más eficiente posible. "Nosotros preferimos proteger a los mensajeros y a sus familias, así que quienes se repartieron el pastel fueron las grandes plataformas y los grandes grupos editoriales, que son los que tienen el capital para reaccionar rápidamente al consumo de libros y los envíos masivos", argumenta.

Caótica llegó lento y tarde, sostiene una de sus fundadoras. "En un primer momento, para nosotros fue más difícil recoger beneficio de todo ese movimiento y cuando pudimos abrir, hubo un aumento de las ventas que generó un incremento de la gestión. Esto, para las librerías independientes, conlleva más gastos. Durante los años 2020 y 2021 "aguantaron el tirón" por aquello de que las librerías "siempre estamos en un circuito de huida hacia adelante" y que las ventas eran favorables. Todo cambia a partir de los meses de febrero y marzo de 2022. "Caen las ventas por la crisis de las materias primas, las consecuencias de la guerra de Ucrania y el discurso del miedo cala en el consumidor", resume Maite. Por si fuera poco, durante la primavera, los proyectos culturales que se acogieron a los préstamos ICO en la pandemia tienen que empezar a devolverlos. "Ahí se crea la tormenta perfecta para que tengamos una situación económica bastante dura de asumir. Sumado a la llegada del verano, donde las librerías entran en un valle de depresión de venta, que se ha agudizado con las olas de calor y ventas mucho más bajas que en veranos anteriores", reitera Aragón.

Esta suma de circunstancias ha provocado que Caótica no pueda asumir el alquiler de los últimos tres meses. "Hablamos con la propiedad para explicarle que estábamos viviendo una situación complicada y ver si nos daban cancha. Además, estamos esperando el pago de unas subvenciones del Ayuntamiento de Sevilla que tenían que haber llegado el 31 de julio. Tenemos constancia de que están haciendo todo lo posible para desbloquearlas, pero la propiedad no puede esperar más y en vez de recurrir al pago de los tres meses de alquiler por el aval, ha recurrido a la demanda de desahucio", lamenta una de las fundadoras.

Ayuda a la librería

En vista de que el Ayuntamiento de Sevilla no va a poder sostenerles de manera inmediata, han recurrido "a la desesperada", cuando no han visto más soluciones, a la plataforma de apoyo. "Sobre todo para afrontar la demanda de desahucio, pagar las costas y recuperar nuestro contrato de alquiler, que creemos que será posible. Pero no solo para salvar el tema del desahucio, también necesitamos un impulso económico para darle la vuelta a la situación económica del 2022, que no sabemos si lo conseguiremos", remarca Maite, quien aclara que "hacer un llamamiento a la comunidad nos daba cierto reparo porque creemos que no es la comunidad la que tiene que salvarnos, sino que necesitamos el apoyo institucional y la sensibilidad de lo público. Si conseguimos esto, habremos logrado el objetivo".

 

Sobre el autor:

Carmen Marchena

Carmen Marchena

Gaditana. Periodista feminista por vocación y compromiso. Empecé en las redacciones de Ideal Granada y Granada Hoy. He pasado por eldiario.es/Andalucía. Parte de El Salto Andalucía desde sus inicios. Tengo dos ídolas: mis abuelas Carmeluchi y Anita. Defensora de los Derechos Humanos y la Memoria. Sin más dilación, papas con choco o barbarie.

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