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El CAR de La Cartuja de Sevilla, de la gloria de sus deportistas a un estado "deplorable"

El parlamentario socialista Rafael Recio se reúne con miembros de los equipos de rugby y atletismo, que denuncian las pésimas condiciones en las que entrenan en la 'cenicienta' de las instalaciones deportivas junto a La Cartuja

02 de febrero de 2025
El parlamentario socialista Rafael Recio, en días pasados, durante su visita al CAR de La Cartuja, en Sevilla.
El parlamentario socialista Rafael Recio, en días pasados, durante su visita al CAR de La Cartuja, en Sevilla.

Tras un largo y fuerte aguacero en mitad de una tarde fría y desapacible, el parlamentario Rafael Recio se encontraba en la puerta de acceso de las instalaciones del Centro de Alto Rendimiento (CAR) de la Cartuja con algunos padres y técnicos de las jóvenes promesas del atletismo y el rugby sevillano para visitar las instalaciones y poder comprobar el lamentable estado en el que diariamente entrenan los usuarios de estas instalaciones deportivas situadas a la espalda del Estadio Olímpico de Sevilla.

Un estadio en el que, paradojas de la vida, actualmente se están ejecutando unas obras de remodelación de cara a la Copa del Mundo de Fútbol de 2030, cuyo valor roza los 100 millones de euros. Y que para ampliar su aforo hasta los 70.000 espectadores eliminará la pista que acogió muchas de las pruebas del mundial de atletismo en 1999. Aún más cargados de razón, si cabe, padres, madres y técnicos denuncian el deplorable estado en el que a diario tienen que entrenar los jóvenes atletas sevillanos, cuyas buenas marcas han llevado a muchos de ellos a defender los colores nacionales en campeonatos de Europa, del Mundo, y hasta en los Juegos Olímpicos. 

Sin embargo, como comenta Ángel Sánchez —uno de los padres que asiste a la reunión—, "es casi un milagro que bajo las condiciones y en el estado que se encuentran las instalaciones, a día de hoy, atletas y técnicos logren alcanzar esos resultados". La explicación, en su opinión, "se hará evidente con una sencilla visita a las instalaciones". Un paseo en el que conducen al diputado socialista, desde la entrada hasta "la parte noble", que es como ellos llaman al denominado Cartuja Club.

Una obra de nueva construcción que aloja, salas de cycling, aerobic, gimnasio, vestuarios y taquillas, ya que en la actualidad, la cafetería se encuentra cerrada por hallarse en proceso de licitación. "Un ejemplo más de como hace las cosas el actual gobierno de la Junta de Andalucía". Tras recorrer dichas instalaciones y visitar la zona de golf y padel, es Miguel Mora, monitor y entrenador nacional quien toma las riendas de la visita a la zona dedicada al atletismo y al rugby, a la que ellos denominan “las instalaciones no rentables de la Cartuja”.

Obviamente, lo de no rentables lo dice cargado de sorna e ironía, dado que, desde el punto de vista de los logros deportivos, la parte que ocupan los atletas y los clubs de rugby sevillanos es muchísimo más rentable que la del golf, padel y Cartuja Club. Por eso, aclara, que lo de "no rentable lo dice desde un punto de vista económico. Ya que tanto el atletismo como el rugby son deportes minoritarios, que por la razón que sea no son una prioridad para los actuales responsables políticos de la Consejería de Cultura y Deportes, a pesar de que éstas sean unas instalaciones públicas".  

Algo que se visualiza nada más acceder a la pista de atletismo y comprobar cómo dos de las cuatro torres de luces están completamente apagadas, al tener fundidos todos los focos desde hace meses. Mientras que las otras dos apenas tienen varios focos en funcionamiento, lo que obliga a los atletas a entrenar, prácticamente, a oscuras desde las seis de la tarde. Mientras, Rafa Recio se dirige al centro de la recta de tribuna para encontrarse con un grupo de entrenadores y entrenadoras que lo están esperando para reunirse con él y trasladarle sus quejas por el deplorable estado de las instalaciones en el que tienen que hacer su trabajo y la cada vez más decadente situación a la que se enfrentan.

En el interior del campo de rugby, un entrenador da instrucciones a sus jugadores, que corren, también a oscuras, de un lado a otro, en mitad de un patatal, otrora templo del oval sevillano y andaluz. No en vano, lleva por nombre Juan Antonio Arenas, en honor al entrenador de aquel legendario quince del Monte Ciencias al que condujo a la gloria, al tiempo que elevaba el nivel de dicho deporte en una ciudad en la que por entonces no se hablaba de otra cosa que de Betis y Sevilla.

Quizás aquella generación y aquellos derbys entre el Universidad de Sevilla y el Monte Ciencias, fraguasen una afición y una cantera que andado el tiempo hicieron posible que en el año 2022 el Estadio Olimpico acogiese el HSBC World Rugby Seven. 

Sin embargo, un veterano jugador de rugby que, ahora ejerce de entrenador y prefiere mantenerse en el anonimato, informa al diputado sevillano de que "el deplorable estado en el que, actualmente, se encuentra el terreno de juego se debe a que en las instalaciones de la Cartuja entrenan muchos equipos de distintas categorías. Algo que no sucedía antes. Este terreno de juego solo lo utilizaban los primeros equipos del Monte Ciencias y el Uni. En cambio, hoy juega cualquiera. Y si no se racionaliza el uso del terreno, no se cuida y se mantiene como debería, ni se construyen otros campos de entrenamiento y otras instalaciones en las que el rugby de base pueda desarrollarse e ir creciendo en proporción al crecimiento que nuestro deporte ha experimentado desde que se inauguraron estas instalaciones en el año 89 hasta nuestros días, el resultado es el que estamos viendo. Si comparamos el estado del césped del campo de golf con el del césped artificial del terreno de entrenamiento y del Juan Antonio Arenas, sobran las explicaciones, porque como se suele decir, una imagen vale más que mil palabras".

El recorrido por las instalaciones de Rafael Recio, lo conducirá hasta unas salas de musculación, unos almacenes de material y unos vestuarios en los que nada más entrar, resulta inevitable el comentario en voz alta del parlamentario, al ver el estado de las pesas con viejísimas mancuernas dobladas, maquinas rotas e incluso algún que otro roedor que cruza de un lado a otro ante la sorpresa de los visitantes, ya que atletas y entrenadores conviven a diario con su presencia. Cuando Miguel Mora, muestra el almacén, "por llamarlo de alguna manera", en el que Maribel Pérez, atleta olímpica sevillana, guarda los tacos que utiliza en sus entrenamientos, porque las instalaciones ni siquiera disponen de unos accesorios, indispensables, para que velocistas y vallistas puedan entrenar las salidas, el diputado se termina de echar, literalmente, las manos a la cabeza.  

El recorrido termina con una improvisada reunión entre la zona de lanzamiento de peso, disco y jabalina y la de salto de pértiga y altura. En ella, Carmen Rodríguez, Antonio Pachón, Francisco Vallés, Beatriz Bachero, David Amores, José Antonio Pérez, Elena Urbina, Sergio Repiso, además de los ya mencionados, Ángel Sánchez y Miguel Mora, ponen en común sus quejas que vienen a coincidir, independientemente, de la especialidad deportiva que como técnicos los ocupe.

Unas vallas rotas y amontonadas a la intemperie hacen al mismo tiempo de testigo y corolario para que el diputado saque conclusiones y se comprometa con todos los presentes a que la voz y las quejas de todos los presentes se oirán, próximamente, entre las paredes del Parlamento de Andalucía. Él mismo se encargará de hacerle llegar a la actual consejera, Patricia del Pozo, el estado y las condiciones en las que los y las atletas y los jugadores y las jugadoras de rugby sevillanos están desarrollando sus respectivas disciplinas, en unas instalaciones que en otro tiempo fueron Centro de Alto Rendimiento.

Frente a instalaciones nacionales como las de la Blume, Sant Cugat del Vallés, o andaluzas como las del CAR de Sierra Nevada o las de remo y piragüismo de Sevilla, a menos de 400 metros de allí, hace pensar aquello de las comparaciones son odiosas.  

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F. Jiménez

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