El Ayuntamiento de Sevilla ha alcanzado un acuerdo con la Asociación Casa del Pumarejo para que, por fin, este Bien de Interés Cultural del siglo XVIII vuelva a brillar. Ese acuerdo ha implicado que se suspenda temporalmente la concesión demanial, y de forma parcial, tanto la de la asociación como la de algunos negocios en el palacio. El proyecto de rehabilitación, por 18 meses, supondrá una inversión primeramente de 4,7 millones de euros. Con una segunda fase, la intervención supondrá casi 8 millones de euros.
Una vez finalizadas las obras, "la asociación volverá a un espacio en condiciones adecuadas para seguir desarrollando su actividad de servicio público al barrio y a los vecinos", ha dicho el delegado de Urbanismo, Juan de la Rosa. Es una fórmula para "impulsar el comercio tradicional y la hostelería de barrio y recuperar el casco histórico como punto de encuentro de todos los sevillanos y de modos residenciales acordes a nuestro patrimonio vivencial".
Esta zona del centro cuenta con una particularidad, y es que mantiene una cierta identidad, frente a otros barrios que han ido turistificándose en los últimos años. Y eso, dice el Ayuntamiento, se va a salvaguardar: "Nuestra manera de entender la rehabilitación del patrimonio, apostando siempre por mantener nuestro tejido asociativo, nuestro comercio y hostelería de barrio y las costumbres de nuestros vecinos".
Desde Urbanismo, explican que la intervención prevista para la recuperación integral del inmueble se va a efectuar en dos fases, de forma que la primera –cuya contratación comienza ahora- afectará a la mitad trasera del edificio, comprendiendo 2.339,34 m2 de superficie total construida entre las plantas baja, la entreplanta, planta alta y castillete. A ello hay que sumar la recuperación del patio trasero, con 125 m2 de superficie, y de otros pequeños patios menores no accesibles. El coste de estas obras asciende a 4,7 millones de euros y el plazo de duración estimada es de 18 meses.
Una vez se concluya la rehabilitación de la zona trasera del edificio, se contratarán las obras de la parte restante de la casa –la zona delantera- completando así su entera recuperación. Las obras en su totalidad están valoradas en 7,9 millones de euros y afectan a todas las estancias y espacios además de las fachadas exteriores. El objetivo último es devolver a la edificación unas condiciones de conservación y habitabilidad adecuadas.
"Es lo que reivindicábamos"
Desde la Asociación Casa del Pumarejo, que tiene buena parte de esas concesiones de locales, celebran el acuerdo. "Recibimos la noticia con alegría, es por lo que llevamos luchando más de 20 años", explica un miembro del colectivo, Kiko Bellouard. Eso sí, con cierta lógica preocupación: "Esperemos que se cumpla con lo prometido". En ningún momento cesarán su actividad, ya que, mientras se desarrollen las obras en cada fase, irán centrando sus acciones en cada zona que sea habitable, dependiendo de cada fase de la obra. "La promesa es que nunca suspendamos actividades".
Este colectivo ha sido clave para impedir la gentrificación en esta parte del Casco Histórico: "Es la reivindicación inicial, que no se convirtiera en un elemento turístico, que no pasara a ser un hotel".
Un desalojo de última hora lleno de dificultades
Desde Urbanismo, se ha trabajado para llegar a acuerdos con los concesionarios. Y ha habido que lidiar con una situación difícil. La antigua Peña Esperanza Macarena contaba con una barra en su interior que era explotada por una familia desde hace años. Aquella asociación, según explica el Ayuntamiento, dejó de ocupar el local, y de hecho incluso habría dejado de existir.
Sin embargo, un miembro de esa familia encargada de la barra del local, del bar de la asociación, continuó accediendo. En los últimos tiempos, varios testimonios hablan de que se trata de una persona problemática, que habría llenado de enseres la casa. Sin embargo, esta persona asegura que es la beneficiaria de la concesión para el uso del local.
"Mi hijo está viviendo aquí", explicaba la madre del hombre, de alrededor de unos 40 años de edad. Fuentes municipales aseguran que esta persona ha sido realojada a través de Emvisesa en una vivienda de titularidad pública. Sin embargo, hace unas dos semanas volvió al local, explican fuentes de la zona. Y este miércoles, la Policía Local, junto a personal de Lipasam, han intervenido para desalojarla.
En ese momento, se han vivido momentos de cierta tensión, con gritos a los agentes. La madre asegura que la familia es propietaria de ese local, que habría sufrido el derrumbe de un techo. "Nos la dieron hace 50 años, aunque tenemos que buscar los papeles".
Desde el Ayuntamiento, insisten en que se ha trabajado con mucho cuidado respecto a la situación de esta persona y que se está trabajando para ayudarla. En cualquier caso, una vez solventada esta situación, donde se insiste desde varias partes que ha habido mucha 'mano izquierda', el proyecto de rehabilitación sigue adelante.
Los detalles del proyecto
Según ha informado el Ayuntamiento, el proyecto global redactado plantea intervenir a todos los niveles desde el máximo respeto a los sistemas constructivos existentes. En relación a las fachadas, la actuación va encaminada a recuperar el aspecto homogéneo del edificio, manteniendo y recuperando la disposición original de los huecos y sus carpinterías. Se han previsto también medidas de conservación para la portada, el escudo y el balcón esquinado. Respecto al zaguán y al patio principal, se proponen intervenciones destinadas al mantenimiento y conservación de los elementos de interés, como balaustrada de piedra, columnas de caoba del patio y pasamanos igualmente de caoba de la escalera principal. Por su parte, la actuación en las galerías, tanto de la planta baja como de la primera, va a consistir en eliminar los aditamentos construidos para mantener la estructura original del edificio.
En cuanto a la escalera principal, se propone recuperar la lectura de este significativo elemento en todo su desarrollo, eliminando el tramo que sube actualmente a la cubierta plana de la primera crujía y que se identifica claramente como un añadido. Por otro lado, las escaleras secundarias se extenderán hasta la planta baja para conectarlas con esta zona del edificio al tiempo que se reconstruirán los tramos actuales por su mal estado de conservación.
Además de las mejoras proyectadas sobre los elementos constructivos ya existentes, dentro de esta rehabilitación se incluye la ejecución de un nuevo ascensor y núcleo de escaleras que den respuesta a los problemas de accesibilidad actuales de las dos viviendas ocupadas en la planta alta.
A nivel de cubiertas, se propone la devolución de la cubierta original inclinada de teja al patio principal, eliminando el forjado plano actual realizado con viguetas de hormigón.
Por último, en el patio trasero, se demolerá el edificio añadido en este espacio para construir en su lugar uno nuevo del mismo volumen pero de mayor calidad constructiva y mejor distribución, de manera que se dispondrán dos viviendas en la planta alta y dos locales en la baja.