La borrasca Nuria ha dejado estampas insólitas en Sevilla este viernes, pero una de las más llamativas se ha registrado en el parking del centro comercial Lagoh. Las fuertes lluvias provocaron auténticas cascadas de agua que caían sobre los vehículos aparcados, creando una imagen tan espectacular como preocupante para los dueños de los coches afectados.
El fenómeno, captado por varios testigos y compartido masivamente en redes sociales, mostraba cómo el agua se precipitaba desde las alturas del aparcamiento con tal intensidad que algunos usuarios bromeaban con que el centro comercial ofrecía "lavado gratis" de coches. Las imágenes, que rápidamente se hicieron virales, no dejaban lugar a dudas sobre la fuerza con la que la borrasca Nuria estaba descargando en la ciudad.
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La tromba de agua que azotó la capital hispalense y su área metropolitana al mediodía ha causado serios problemas. Los barrios de El Plantinar y Tiro de Línea, cercanos al centro histórico, han sido de los más afectados. Las calles se convirtieron en ríos improvisados, con el agua alcanzando el nivel de las aceras y cubriendo parte de las ruedas de los coches, debido principalmente al colapso de las alcantarillas.
Preocupación por la Semana Santa
El temporal no ha respetado ni siquiera los monumentos más emblemáticos. La Catedral de Sevilla ofrecía una imagen insólita, con cascadas de agua precipitándose por su fachada gótica. Un espectáculo natural que, sin embargo, genera preocupación a pocos días del inicio de la Semana Santa, cuando miles de cofrades y visitantes llenarán las calles.
La situación también fue crítica en el barrio de La Calzada, donde las aguas amenazaron con entrar en la iglesia de San Benito, sede de la Hermandad del Martes Santo. Al igual en otros puntos de la ciudad, el nivel del agua llegó a igualar el de las aceras, creando un paisaje urbano transformado por la fuerza de la naturaleza.
La Aemet mantiene el aviso amarillo en la zona, mientras los servicios municipales trabajan para drenar las calles y recuperar la normalidad. Los parques de la ciudad permanecen cerrados como medida de precaución ante los fuertes vientos y las continuas precipitaciones.
El episodio ha reavivado el debate sobre la capacidad de drenaje de la ciudad ante fenómenos meteorológicos extremos, cada vez más frecuentes. Mientras, los sevillanos miran al cielo con preocupación, conscientes de que estas lluvias podrían afectar a los preparativos de la Semana Santa, una de las citas más importantes del calendario local.