Se ponen delante de los pasos a gritar vivas de manera desaforada. Son los llamados chilladores, una nueva especie dentro del mundo cofrade, que ha sido rechazada por la Iglesia en Sevilla. El arzobispo de la capital hispalense, José Ángel Saiz Meneses ha manifestado que "los histerismos hay que cortarlos de raíz porque no añaden nada a la Virgen".
Sobre los gritos y las expresiones desorbitadas, también ha comentado que la Virgen no los necesita, ni a la Iglesia, ni a la hermandad, ni a la sociedad ni a Sevilla".
A esto se le llama DEVOCIÓN.#CentenarioCerrodelÁguilapic.twitter.com/wobXPrvJQt
— Pasión de Sevilla © (@PasionDSevilla) September 25, 2022
Saiz Meneses entiende que "los vivas a la Virgen y las expresiones de amor y de cariño hacen que, a veces, la emoción se exalte un poco y eso forma parte de la normalidad y de la vida humana".
Francisco Vélez, presidente del Consejo de Cofradías de Sevilla, cree que estas exaltaciones "vienen de otros lugares. No proceden en la ciudad, ni están relacionados con lo nuestro. Aquí no se han hecho las cosas así".
Estos gritos se han producido últimamente en traslados como el de la Esperanza de Triana o en algunas salidas extraordinarias como la de la Virgen de los Dolores del Cerro, donde un costalero de la hermandad del Cerro del Águila, recriminó a varias personas que no dejaron de chillar durante toda la procesión.