El Ayuntamiento de Sevilla ha iniciado una nueva etapa este martes con el anuncio de la reactivación de las negociaciones de los presupuestos municipales. El delegado de Hacienda, hombre fuerte del gobierno local de José Luis Sanz, ha comunicado a los grupos políticos de la oposición (PSOE, Vox y Podemos-IU) que inicia una ronda de consultas para tratar de aprobar las cuentas municipales.
El año 2023 finalizaba con cierta posibilidad de que PP y PSOE alcanzaran un acuerdo. Pero las conversaciones fracasaron. Ahora, la filtración de que hubo negociaciones con Vox para aceptar la condición casi única para aprobar las cuentas, su entrada en el gobierno local, ha iniciado un nuevo tiempo. El PP, en todos sus estamentos, ha dicho que no al acuerdo, e incluso se niega que hubiera conversaciones. El ejecutivo local ha decidido, entonces, volver a activar lo que en febrero dijo que daba por perdido, llegar a un acuerdo con los partidos políticos de la oposición.
"Nuestra intención es que el Presupuesto para Sevilla sea aprobado por una amplia mayoría y así lo hemos trasladado hoy a los grupos políticos. Queremos que los sevillanos puedan contar con unas cuentas que desde el inicio hemos planteado sin líneas rojas", ha dicho Juan Bueno. "Sin líneas rojas" significa "apostando por el diálogo y el consenso".
Y eso significa no cerrarse a ningún grupo. Podemos, su concejala, Susana Hornillo, presentó enmiendas al primer borrador de presupuestos, algo que enfadó a IU, a Ismael Sánchez, su compañero de bancada. Finalmente, la formación morada contó en una entrevista con lavozdelsur.es que esas enmiendas nunca eran una puerta abierta a negociar con el PP, sino que eran aportaciones pero que nunca darían su voto afirmativo a los presupuestos de Sanz. Este martes, Bueno ha dicho que no han aprobado esas enmiendas de Podemos "porque suponía una paralización y retraso en la tramitación del Presupuesto, porque ya sabíamos de antemano que su aprobación no iba a condicionar la aprobación del presupuesto, como ya nos habían advertido". Una cuestión de plazos.
Y es que el Ayuntamiento va a llevar, con consensos o sin él, las cuentas a un pleno en la primera semana de junio. El calendario será corto, casi sin margen para negociar con la oposición. No se cuenta por puro sentido común político con Podemos-IU. No se cuenta Vox si no hay entrada en el gobierno local -la formación de Abascal, de hecho, tiene razones para enfadarse porque el Ayuntamiento les ha puesto de mentirosos al negar las propias negociaciones de las semanas pasadas-. Y el PSOE apenas tendría margen para negociar desde la semana que viene (27 de mayo) y llegar al pleno de junio (entre el lunes 3 y el viernes 7) con un posible acuerdo sobre un documento tan complejo como es el presupuestario.
No tiene razones el PSOE, tampoco, para dar su apoyo al PP en plena campaña de las europeas. En la provincia de Sevilla, y en Andalucía, probablemente esgrimirán los socialistas que el PP tiene visos de pactar con Vox aunque Sanz lo niegue, y el PP se reafirmará en que Vox no va a entrar en el gobierno local, como ya ha insistido todo el mundo en sus filas, incluyendo la voz más importante en la comunidad, el propio Juanma Moreno.
Entonces, ¿qué va a ocurrir? Probablemente, que Sanz abroche sus presupuestos a una cuestión de confianza en el pleno. Preguntará a los concejales si aprueban sus cuentas. Al ser que no, preguntará si aún tiene la confianza para seguir siendo alcalde. Si es que no, la oposición deberá presentar un candidato. Si éste no tiene mayoría (como una moción de censura), entonces Sanz será alcalde pero además se darán por aprobados los presupuestos. Un camino poco habitual pero que permite evitar el bloqueo de las cuentas.
Razones no le faltan al alcalde y su equipo para desbloquear la situación. Actualmente están en vigor unas cuentas que no son las suyas, sino las últimas del PSOE, las de Antonio Muñoz. Sevilla ha cambiado, hay más recaudación, y al haber cambio de color político, nuevas prioridades para desarrollar una agenda de gestión. ¿Cuál? La de las prioridades que marca Sanz: arreglar colegios, que Sevilla esté más limpia, apostar por grandes eventos, viviendas públicas, arreglos en general.
"Confiamos en que la oposición sea capaz de pensar en el bien de la ciudad y anteponer el desarrollo de la ciudad y el bienestar de los sevillanos a fines partidistas o sillones". Así, ha subrayado, "invitamos a la oposición a que no niegue a los sevillanos 150 millones en inversiones, que no niegue a los sevillanos que la ciudad siga creciendo, que se pongan en marcha proyectos que generen riqueza y empleo, viviendas asequibles, que mejoremos los centros educativos, las instalaciones deportivas o podamos dar pasos adelante en mejorar la calidad de vida de las personas que más lo necesitan".
Comienza la cuenta atrás. Y si la operación sale bien, una nueva etapa en Sevilla.
Comentarios