El Ayuntamiento de Sevilla ya tiene presupuestos. Pero son provisionales. Así lo ha anunciado el alcalde, José Luis Sanz, en una comparecencia este martes. Ya ha pasado el plazo de un mes desde la moción de confianza, en el que la oposición tenía que presentar una alternativa para acceder a la Alcaldía y, si no, quedaban los presupuestos aprobados. Pero ahora se abre un nuevo plazo. Porque los presupuestos provisionales abren un periodo de 15 días para que la oposición penste enmiendas, aportaciones a las cuentas, que serían debatidas, aunque se necesitaría mayoría en el pleno para sacarlas adelante. En resumen, si no hay enmiendas de la oposición, el presupuesto será firme desde el 31 de julio. Si las hay, hasta el 8 de agosto.
Eso rompe con algunos planes, dice el Ayuntamiento. El deseo del Ayuntamiento era que en el verano estuvieran en marcha muchas obras en colegios. "Nos parece gravísimo el estado en el que están", dice el Ayuntamiento. Sí hay en marcha un proyecto de repintado y algunas intervenciones, pero el grueso, dice el ejecutivo, de esas mejoras, llegarían con el presupuesto. Y no da tiempo.
Tampoco a que el Lope de Vega esté reabierto antes del mes de diciembre. No contará de aquí a final de año la ciudad con uno de sus espacios más emblemáticos. "Era una prioridad", señalaba el regidor. Ha vuelto a criticar a la oposición, a lamentar "el bloqueo" que sufre la ciudad. "Son intereses personales de los portavoces" los que han retrasado la conformación de unas cuentas que, en el fondo, son la norma más importante para el ámbito municipal: en qué gastar y de dónde surtir las partidas para llevar a cabo políticas. "No se podrá ejecutar el 100% del presupuesto, pero nos vamos a dejar la piel hasta final de año para adelantar las inversiones que se contemplan".
El alcalde ha enumerado "65 actuaciones prioritarias" que dependerán de cómo de rápido se pueda actuar en el contexto de la premura que necesitan estas licitaciones. Mejoras en entorno de mercados, itinerarios escolares, reasfaltados, reurbanizaciones, adecentamiento de los cuatro puentes, restauraciones en los pasos inferiores de Bueno Monreal y el Tamarguillo, o por ejemplo, el proyecto de reforma de Plaza Nueva, que se va a después de Semana Santa de 2025.
Otras partidas clave son obras que se pondrán en marcha como la de la Casa del Pumarejo, la casa natal de Luis Cernuda, Santa Clara o la Fábrica de Artillería, además de actuaciones en los barrios, en polígonos industriales o sustitución por luminarias led. Y una de las claves que se quiere afrontar antes de final de año: la contratación de 200 personas en el último trimestre para Lipasam, para que la ciudad esté más limpia, quizás la primera razón de campaña de José Luis Sanz antes de las pasadas elecciones, por lo que tiene un gran carácter simbólico.
Reconoce el alcalde que el movimiento de aprobar unos presupuestos con una vía legal casi inédita, la moción de confianza, para hacerlo en minoría, quizás "no haya sentado bien" a los grupos políticos. Y que a cuenta de ello, sea más difícil la relación con los partidos. Sanz ha mencionado el no a la regulación de pisos turísticos. "Les hubiera gustado tenerme hipotecado el resto de la legislatura. No sé cuántas licencias se podrían haber denegado en este mes, porque no cabe ni un piso turístico más en muchas zonas de Sevilla".
Esa ordenanza, tras tres lunes seguidos de reuniones con la oposición, volverá al pleno de julio. "Soy un iluso, a lo mejor, o demasiado optimista, pero espero que les den prioridad a los intereses de los sevillanos frente a los intereses políticos o personales. Es un tema fundamental". Y ha mandado un mensaje a los partidos: "No podemos ir más allá de lo que regula el decreto de la Junta, porque sería ilegal", ha dicho sobre una denegación sistemática a estas licencias en toda la ciudad, como piden los portavoces de la oposición.
El alcalde, antes o después, logrará el presupuesto. Pero él mismo reconoce no saber si ahora la relación con los partidos, si los puentes que se construyeron para medidas fundamentales como las ordenanzas fiscales, aprobadas con el PSOE, están hoy derruidos. Es el nuevo escenario. Pero remachaba el regidor: "Yo no creo en la polarización".
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