La Feria de Sevilla ha arrancado el domingo. Porque hasta la noche no se encendió el Alumbrado, cuando ya era 14 de abril. Y porque es el primer día de trajes de gitana, de almuerzos en el Real... Un primer día completo, al que no le ha faltado de nada. Ni calor.
Hasta paraguas se han visto en Los Remedios. No ha sido la lluvia. Parece mentira que hace unos días se llevara un chubasco los farolillos. Porque este abril ha sido de verano. Quizás el primero o el segundo. Un día de calor y de color.
Bastaba ver la tradición de las calles. A un lado, sombra, y un mogollón. Al otro, el vacío. Como en los toros o en los campos de fútbol, habría que ver si más de uno estaría dispuesto a pagar algo más por tener la caseta en zona resguardada durante estas tórridas tardes.
Y para el calor, dirá alguno, rebujito. Bueno, sí. Pero también las atracciones del agua. Como si fueran el Metro, a ratos tenían colas que merecían la pena.
Ha llegado la Feria con ganas, si es que algún año no lo hace. Después de darse dos besos para despedirse de la Feria a las cinco de la mañana, más de uno ha esperado a la media tarde para enfundarse su traje -de gitana o de corbata, faltaría más-.
Y como si fuera la Ronda un martes a las 2, las calles del Real han tenido su propio atasco durante la tarde, el de los coches de caballos en un día de exhibición. Algún cochero bien haría en repasarse el manual de la DGT. A este paso, habrá que poner semáforos en el albero, o aquellos policías de rotonda de silbato y casco blanco. Muchísimo caballo en el Real y en la ciudad, haciendo la ruta de los hoteles. Eso sí que es categoría.
A todo esto, quizás el año que viene no haya 'primer domingo' de Feria. Habrá que ver, después de un día tan familiar, con tanto niño, si el referéndum, como se espera, sale que se acorte... o se mantiene el sistema. El pueblo es sabio y hoy, parece, se lo ha pasado de escándalo.
Lo peor del día, que en las primeras horas de Feria ya ha fallecido un caballo. Esa es la única sombra en un recinto donde, si hace falta algo, es sombra. O sombrillas. Relléneme usted la jarra. No se le olvide el hielo. Pero no se pase.
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