Este cinco de noviembre se cumplen 60 años del fallecimiento de Luis Cernuda. Murió en México, apartado de la pulsión literaria de su juventud en España. El poeta tímido. Cuentan Ángel y Ana Yanguas, sobrinos del poeta (él, catedrático jubilado de Lingüística; ella, doctora en Arquitectura; ambos docentes universitarios) que "el tío Luis" era en carácter como su abuela, la madre del poeta. "Pero para nada de carácter castellano o seco, era del que es tímido y andaluz". Y de los múltiples literatos que pasaron por la casa de ambos cuando eran chavales, quienes le conocieron hablaron de él como una persona cariñosa, cercana.
Ambos son los representantes de la familia que han acudido este sábado a la presentación del proyecto de la Casa Natal Luis Cernuda, en el número 6 de la calle Acetres. Desde ella, la calle se abre exactamente para mostrar La Giralda. Es el paisaje de los primeros años del poeta de la Generación del 27. Explicaba en un corrilo José Luis Sanz, alcalde de Sevilla, que la recuperación de esta casa es el inicio para un aniversario, los 100 años de aquella generación que recibe su nombre por una reunión en el Ateneo en 1927 para recordar a Góngora.
La Casa, un inmueble del siglo XIX y cuyas llaves tiene el gerente de Urbanismo, Fernando Vázquez, cuenta con 500 metros cuadrados y llevaba este sábado en el proyecto el epíteto 'Espacio Museístico'. No se llamará Museo, porque esa es otra historia burocrática. La inversión para recuperar el espacio superará el millón y medio de euros, a lo que se sumarán otras inversiones de acondicionamiento para exponer el legado de Cernuda. Vázquez, cuentan, es quien está directamente implicado en el proyecto de la vivienda y se conoce de principio a fin los detalles. De hecho, se tomarán como referencia muchos textos de Cernuda para recordar la vivienda que describe de su infancia, recordando "la fresca penumbra" que menciona en Ocnos:
"Recuerdo aquel rincón del patio en la casa natal, yo a solas y sentado en el primer peldaño de la escalera de mármol. La vela estaba echada, sumiendo el ambiente en una fresca penumbra, y sobre la lona, por donde se filtraba tamizada la luz del mediodía, una estrella destacaba sus seis puntas de paño rojo. Subían hasta los balcones abiertos, por el hueco del patio, las hojas anchas de las latanias, de un verde oscuro y brillante, y abajo, en torno de la fuente, agrupadas, las matas floridas de adelfas y azaleas".
El siguiente paso será la licitación de la obra y todo apunta a que antes del verano comenzarán las obras, que tendrán un periodo de 16 meses. Por tanto, si nada se retrasa, el espacio estará en funcionamiento entre 2025 y 2026, ya con un fondo cernudiano propio. Si bien, sobre ese fondo, no se han trasladado excesivos detalles, porque es aún conversación pendiente.
La historia de Cernuda, ahora, puede contarse desde el principio. Porque esta es la casa natal. Una casa que nunca fue propiedad de la familia, por cierto, porque aquel militar que fue su padre, Bernardo Cernuda, procedente del Puerto Rico aún español, vivía de alquiler por la dificultad de echar raíces en su gremio. A aquel padre lo llamó "taciturno" Cernuda en un poema. A su madre, la sevillana Amparo Bidón, "melancólica". La comitiva ha preguntado a los familiares si sabían en qué habitación nació "el tío Luis". No hay idea. La costumbre en la época en este tipo de viviendas era pasar el verano en la planta baja y el invierno en la superior. Luis Cernuda nació un 21 de septiembre, aún en verano, por lo que quizás fuera en estancias inferiores.
Explica Ana Yanguas que conoció a Octavio Paz (Premio Nobel de Literatura mexicano) y éste le aseguró que era la más parecida a Luis Cernuda. "Él mismo me hizo una trenza y me puso un bigote", rememora. Cernuda es el tercer apellido, así que se les ha perdido a los hermanos en el DNI. Son nietos de la hermana de Cernuda. Lógicamente, no conocieron personalmente al poeta, que después de la Guerra Civil no volvería a España.
"Con cada nacimiento de los hermanos mandaba a casa una carta y un regalo", recuerda Ángel Yanguas, que tenía diez años cuando falleció Luis Cernuda. "En esas cartas venían dólares, que imagínate lo que suponía en la España de los cincuenta". Estudioso de su obra, explica que prácticamente han tratado con todo seguidor en Sevilla del poeta. Una obra que ha ido redescubriéndose. En el instituto, recuerdan, se nombraban poetas del 27 como Lorca, y Cernuda entraba en la categoría de 'otros poetas menores'. Eso ha cambiado. Ángel Yanguas, que algo sabe de literatura como catedrático, es tajante: Cernuda ha dejado su huella en los poetas posteriores a él, tanto del siglo XX como del XXI.
Su homosexualidad, explican en la familia, fue un importante condicionamiento toda su vida. Pero algunas más, como el exilio. "Todas esas vivencias son importantísimas para una persona. Te cambian la vida". Muere con apenas 61 años. "Ves las fotos", dice Ángel, "y es un viejo con esa edad". "Bueno, no", le replica Ana, "un viejo tampoco". Debaten y llegan a una conclusión: la tristeza le invadió en México, lejos de Madrid, de Málaga, ciudades que le marcaron, y también de su Sevilla natal. En las fotos que no eran posados, sí parecía muy mayor y estropeado, algo que contrasta con la imagen que ha quedado para la historia de hombre galán y vestido casi como una estrella del cine negro, bien peinado y elegante.
Otra de las conclusiones de ambos descendientes es que quizás lo mejor que pueda ocurrir con la obra de Cernuda es que no haya un poema popular. Lo tienen, de la Generación, Alberti y Lorca. No hay un Marinero en tierra, o un Verde que te quiero verde. "¿Sevilla conoce bien a Cernuda?", se les pregunta. "Quien tiene que conocerlo, sí, muy bien". Ambos han vivido rodeados de cosas de su tío, tanto las que dejó Cernuda en la casa de Madrid, antes de exiliarse, como las que recuperaron tras su muerte procedentes de México.
La Casa Luis Cernuda es "un paso más. Llevamos implicados en esto desde que éramos chicos". 'En esto' es en tener un espacio para el poeta en Sevilla. El alcalde, José Luis Sanz, explicaba que aún tienen pendiente una charla sobre qué se mostrará en esta Casa Natal. La primera parte del trabajo la realizó el anterior equipo de gobierno. Especialmente, se activó con Antonio Muñoz a la Alcaldía, aunque antes ya había avanzado como concejal de Cultura. La familia está trabajando a plena disposición de las instituciones.
A esta Casa Cernuda, seguramente, lleguen ropas, manuscritos e, incluso, algún texto no editado. Si bien se ha estudiado ya en profundidad su obra, no toda creación queda siempre catalogada para un autor prolífico de estas características. Además, poseen aún mobiliario original de aquel tiempo, por lo que podrá recrearse el lugar donde vino al mundo el poeta. "Ya en los ochenta comenzaron las conversaciones, por parte de nuestro padre. Es importante no solo para la figura de Cernuda, no solo por la poesía sevillana, sino también porque Sevilla no está actualmente en la red de casas museo del siglo de la llamada Edad de Plata", decía en la presentación Ángel.
"Sevilla tiene que ser referente cultural y literario", añadía por su parte el alcalde, justo a pocos metros y en los mismos días en los que se está celebrando la Feria del Libro, que quiere que sea "mucho más potente". Habrá en la Casa Cernuda exposiciones permanentes, itinerantes, actos relacionados con la cultura y, se espera, habrá también una sede administrativa permanente que permita mantener abierta la casa. Es decir, que estará activada culturalmente, con vida más allá de la referencia a Cernuda.
Cuenta la familia que si hay un libro para comenzar a explorar a Cernuda, ese es 'La realidad y el deseo'. Un libro que se redescubre en cada lectura. Que vale tanto para un enamorado en la juventud como para un veterano. Sería simplificar al poeta sevillano, al "tío Luis", hacer un juego fácil de palabras para titular esta pieza con eso de que sera 'realidad' el 'deseo' de la familia de ver recuperada una casa que hasta hace no tanto fue una cristalería. Una cursilería que no hay que permitirse, quizás.
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