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En el taller de Charo Bernardino: medio siglo de bordados para hacer brillar la Semana Santa

El negocio se ha encargado de realizar el manto de la Virgen de la Consolación de la Hermandad de la Sed, el estreno más importante del año en Sevilla

Detalle de una de las obras que está realizando el taller de Charo Bernardino.
Detalle de una de las obras que está realizando el taller de Charo Bernardino. MAURI BUHIGAS
12 de abril de 2025 a las 09:51h

Con todo entregado para la Semana Santa 2025, deberían ser unos días de tranquilidad. Sin embargo, las agujas siguen a pleno rendimiento por el encargo de una hermandad que en los próximos meses celebrará un aniversario con un gran estreno. El taller de Charo Bernardino, ahora con su hija Reyes a la cabeza, no para desde que abriera sus puertas en 1972, como reivindica una placa en la puerta.

Aunque ahora el taller lleva su nombre, Charo comenzó a bordar con 11 años en el negocio de Elena Caro, otro de los referentes de la ciudad. Con 15 o 16 años Reyes comenzó a seguir los pasos de su madre. "La había visto desde que nací trabajando en esto", recuerda. El oficio, no obstante, te tiene que gustar. Si no, hubiera sido imposible recibir el Premio a las Artes de Semana Santa que el taller ha recogido este año.

Las fotos de las dolorosas agraciadas con alguna de las piezas realizadas por el taller decoran un local que sigue trabajando como antaño. No existen las máquinas de coser. Todo es artesanal. El dorado lo opaca todo. Algunas imágenes recuerdan los inicios de Charo Bernardino. Las agujas y los dedales ocupan una parte importante de las diferentes mesas. En definitiva, es un lugar en el que no parece haber pasado el tiempo.

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Charo Bernardino empezó en el taller de Elena Caro, otro de los importantes.   MAURI BUHIGAS

La responsable de este negocio reconoce que no es fácil hacerse cargo del legado. "Es muy duro porque no sólo es venir y trabajar. Hay muchísimo trasfondo en hablar con Hermandades y organizarlo todo", afirma, aspectos que van de la mano con el bordado pero que, a diferencia del trabajo manual, no se enseñan en casa. "Cuando empecé a bordar algunas de las cosas técnicas no sabía ni cómo se llamaban, pero vas aprendiendo con el tiempo y le vas dando forma".

La Semana Santa de Sevillano se entiende sin estos majestuosos bordados. Los talleres han ido cambiando, pero el gremio siempre ha estado arraigado, principalmente, gracias a la Semana Mayor. Esto también ha supuesto un aumento de la competencia. "Antes había tres talleres en Sevilla y hacían todos los bordados de todos sitios. Ahora hay muchísimos y muchísimas personas que emprenden porque evidentemente la Semana Santa también ha evolucionado y ha cambiado en forma y cantidad". 

Charo Bernardino sigue siendo uno de los referentes y para muestra el encargo reciente de la Macarena para restaurar el manto de los Cisneros. El taller, eso sí, no sólo vive de Sevilla. En las fotos de las paredes se puede ver el encargo de una Hermandad de Cuenca, pero Charo Bernardino ha llegado a restaurar mantos para una Hermandad de Guipúzcoa. 

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El taller tiene el trabajo de todo el próximo año cerrado.   MAURI BUHIGAS

Antes, Sevilla y los sevillanos podrán ver el gran estreno de este año, obra de este mismo taller. La Virgen de Consolación de la Hermandad de la Sed estrena un manto que, hasta el momento, sólo ha recibido buenas palabras. "Verla en la calle tiene que ser impresionante", asegura Reyes. Este manto ha estado en el taller siete años por culpa de varios baches. Uno de ellos fue un problema de diseño, otro, lógicamente el covid. 

Todo el mundo mira al cielo durante estos días. Y es que la lluvia puede hacer verdaderos estropicios más allá de que el mencionado manto pueda lucirse por las calles de Sevilla. "La lluvia afecta porque trabajamos con tejidos que cuando se mojan se encogen, los almidonados se despegan y afectan a la obra".

La diferencia entre los talleres andaluces y Pakistán

En la mesa de trabajo llama la atención el brillo de un hilo dorado. Es de plata con un baño de oro. El agua, como no podía ser de otra forma, también le afecta. El taller también emplea hilo de oro fino e hilo de oro entrefino dependiendo del encargo de la hermandad en cuestión. Materiales que quedan muy lejos de usarse en Pakistán, el tema estrella dentro del sector de los bordados esta Semana Santa. Un manto en el país asiático puede costar alrededor de 12.000 euros. "Con eso no tengo yo ni para empezar", afirma Reyes. El kilo de oro fino sale a 3.000 euros y un manto puede llevar unos 20 kilos. "Haz cuentas", dice.

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Reyes Bernardino es la actual responsable.   MAURI BUHIGAS

"Ahora mismo no nos está afectando. Pero creo que no puede llegar a ser competencia nunca si lo miras desde el punto de vista artístico y de calidad porque no ofrecen lo que nosotros ofrecemos. No puedes hacer de la noche a la mañana un manto o un palio con la misma calidad que nosotros después de 35 años", insiste Reyes antes de dejar claro que esas piezas "no son patrimonio para las hermandades".

El trabajo no falta y de hecho el próximo año y parte del siguiente ya está cubierto. No obstante, el sector tiene problemas de cara a incorporar nuevos trabajadores. "Hay poca formación, en la capital es difícil encontrar talleres que den clases y para nosotros con la cantidad de trabajo que tenemos es muy difícil formar a personas". No obstante, el taller tiene cierto futuro asegurado, si no con Reyes, con May, su hermana pequeña, también presente en el local. Otro de los handicaps es la falta de ayudas. Ni Junta ni Ayuntamiento otorgan ayudas directas.

Detalle de una de las obras que está realizando el taller de Charo Bernardino.
Aunque debería ser una semana tranquila, una extraordinaria ha provocado que el taller siga trabajando.  MAURI BUHIGAS

Con el trabajo ya hecho, sólo queda verlo en la calle. "Piensas que está bien, pero ahora hay que ponerla y que quede bien. Siempre hay nervios", reconoce la bordadora mientras clava la aguja en el próximo trabajo que tendrán que entregar. Pese a ello, rechaza elegir la obra más especial del taller. "Todos los trabajos se acogen con cariño". Esto no impide que reconozca que el manto de Consolación provoca mucha curiosidad.

"El bordado es un tanto por ciento muy grande de la Semana Santa de Sevilla porque engrandecemos el museo que ponemos en la calle. Si no existieran los talleres, el museo sería un poco más pobre", añade a la vez que pone en valor a sus compañeros de orfebrería y todo lo relacionado con el Arte Sacro. "Nosotros engrandecemos a las procesiones".

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Emilio Cabrera.

Emilio Cabrera

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