A Sara Casas la Junta de Andalucía le retiró la custodia de su hijo Emilio en el verano de 2020 por un presunto desamparo que esta madre de Dos Hermanas (Sevilla) ha demostrado, mediante un informe pericial, que no existía.
Una negligencia médica tuvo la culpa, y no ningún tipo de abandono, de la supuesta intoxicación con antidepresivos que hizo que la administración pública declarara al niño en estado de desamparo y fuese internado en un centro de menores.
El informe forense detalla que existe una prueba cruzada entre uno de los fármacos antiepilépticos que le dan al niño y la detección de antidepresivos tricíclicos como la amitriptilina. El tratamiento, por lo tanto, era totalmente incompatible con el síndrome de Pierre Robin que sufre el pequeño Emilio. Una enfermedad rara que provoca parálisis cerebral, malformaciones, paradas respiratorias y anomalías de diverso tipo.
Además de demostrar que hubo negligencia médica en el caso de su hijo, Sara también ha tenido que probar, mediante una serie de informes, que no padece ningún tipo de patología psiquiátrica, como se le había acusado apuntando a un posible Síndrome de Munchausen, una enfermedad mental que induce al maltrato infantil.
Tras demostrarse la negligencia, el juzgado de instrucción número 3 de Sevilla acordó el sobreseimiento provisional del caso y el archivo de la causa por la supuesta intoxicación del menor por culpa de su madre.
Pero, a pesar de esto, la situación de Sara con respecto a su hijo no ha cambiado. Emilio sigue en un centro de menores y su madre ni siquiera tiene derecho a recibir información suya en caso de hospitalización, algo que ya sucedió hace unos meses, tal y como informamos en lavozdelsur.es.
"Me han amenazado con detenerme"
El último de los capítulos de injusticia que está soportando esta madre nazarena ha llegado en la jornada de hoy, cuando no ha podido acceder al Hospital Virgen del Rocío para informarse sobre la intervención quirúrgica que iban a realizarle a su hijo por un problema en el estómago. Cuando ha intentado entrar al centro hospitalario, le han dicho que no podía y que llamarían si insistía a la Policía. "Me han amenazado con detenerme. Yo solo quería darle un beso a mi hijo antes de la operación. No sé si va a despertar o no. Es un niño que tiene una enfermedad delicada y puede dejar de respirar y morir en un quirófano. No hay derecho a esto", destaca Sara a este medio.
"Lo he intentado por las buenas, pero me dicen que como el niño está tutelado, no tengo ningún derecho"
La indignación, ante la negativa de poder acercarse a su hijo y tener información sobre la operación del mismo, ha llevado a Sara a tomar la decisión de encadenarse a las puertas del hospital. "Lo he intentado por las buenas, por todos los medios, pero me dicen que como el niño está tutelado, no tengo ningún derecho. Y todo después de que he demostrado que no existió ningún desamparo. He podido probar que hubo una negligencia médica. Lo que me están haciendo es algo inhumano", apunta.
Sara lleva dos semanas sin ver a su hijo. A través de una llamada del centro de menores, le indicaron que iba a ser hospitalizado. Y le añadieron que si había algún contratiempo en la operación, ya la llamarían. "Ellos tienen la responsabilidad sobre mi hijo. La otra vez entró en una operación para tres horas y se quedó en coma. ¿Qué pasa si a mi hijo le ocurre algo?", se pregunta.
Su abogado, Álvaro Castillo Fontalba, va a poner una denuncia por lo sucedido. Menores no da marcha atrás y hay un juicio pendiente para el 23 de noviembre por la oposición al desamparo. Pero, mientras llega esa fecha, Sara no piensa quedarse de brazos cruzados sabiendo que el tiempo corre en su contra y en la de su hijo. "Voy a estar encadenada aquí hasta que me informen sobre cómo está mi hijo. Y después me voy a encadenar en el centro de menores, en los juzgados y donde haga falta. Mi hijo tiene una enfermedad muy grave y esto no puede seguir así".
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