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El equipo femenino de 'walking football' en Sevilla que hace frente al cáncer (y a muchas cosas más)

Un grupo de excompañeras de universidad y una cerveza en Triana fueron el germen de un club para mujeres mayores de 40 años que ahora compite por Europa

Dede, Mercedes, María José, Eu y Diana, jugadoras del Íberas Walking Football.
Dede, Mercedes, María José, Eu y Diana, jugadoras del Íberas Walking Football. MAURI BUHIGAS
30 de marzo de 2025 a las 08:50h

Cuando Mercedes estudiaba magisterio de Educación Física en la universidad, la aplicación de WhatsApp ni se intuía. Nada le podía hacer presagiar que varios años después, una aplicación de su teléfono móvil le permitiría volver a reunir a varias de sus compañeras de clase de forma semanal. Mucho menos para practicar un deporte llamado 'walking fútbol' que es prácticamente desconocido en España.

Consiste en jugar al fútbol, pero sin poder correr. Apenas se pueden dar tres toques al balón. Mercedes, o Dede, como le conocen todas, llegó a él casi por casualidad. La fundación del Betis promocionaba esta modalidad gracias a una subvención llegada desde Europa y un contacto, Alfredo, le propuso entrar en uno de los últimos grupos. Además, Dede llevaba un par de años en un proceso de separación "difícil", según sus propias palabras.

Probó y le gustó a pesar de la poca presencia de mujeres. Ello le hizo contactar con chicas de Portugal que ya lo practicaban, pero el desplazamiento de forma periódica era inviable. Sin embargo, una de las fotos que compartió recibió respuesta. Era una antigua compañera que, precisamente, la animó a comentarlo en el grupo de la universidad. "Empezamos a moverlo y quedamos en octubre de 2023", cuenta a lavozdelsur.es.

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Recientemente han participado en un torneo continental en Portugal.   MAURI BUHIGAS

Una cerveza en Triana hizo el resto aunque el comentario mayoritario era '¿esto qué es?. De la Fundación del Betis salieron varios equipos, pero todos ellos masculinos, por lo que Dede consiguió convencer a Alfredo para empezar a darle forma a un equipo que ahora es club. El Íberas Sevilla Walking Football. Llegaron las gestiones y en apenas unos meses se embarcaron en la primera gran aventura: un campeonato en Portugal. "Flipamos con la conexión entre un grupo de mujeres que éramos antiguas compañeras de la universidad y decidimos quedarnos en esto", dice Dede a sus 53 años. Y es que una de las características del equipo es que todas son mayores de 40 años y la mayoría superan los 50.

En esa cerveza de Triana estaba presente Mercedes Malaver, quien actualmente tiene 55 años. También fue compañera de universidad de Dede y durante su juventud practicó deportes como el fútbol sala a nivel nacional. Sin embargo, en 2020 le diagnosticaron un cáncer de ovario. "Los dos primeros años no podía hacer gran cosa", cuenta. Sin embargo, en 2023, cuando llega la propuesta, es una de las que lidera el proyecto.

"Lo más bonito para mí, que he tenido experiencias sanadoras desde que me diagnosticaron, ha sido conocer a un grupo que ha venido de fuera, la unión de darnos energía positiva de motivarnos", confiesa Mercedes. Tras muchos años compitiendo, esta sevillana comenta que la risa y el pasárselo bien es lo que más le ha ayudado. Además, se trata de un deporte donde la salud no se pone en juego por las normas que lo rigen.

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Las componentes del club se consideran una gran familia.    MAURI BUHIGAS

Hace algunos meses, a Mercedes le han diagnosticado un nuevo cáncer. Esta vez de páncreas. La enfermedad la tiene apartada de los terrenos de juego, pero ella sigue vinculada al equipo y con mucha ilusión. "Tengo ganas de que la oncóloga me diga que puedo jugar", afirma a lavozdelsur.es. El equipo se ha convertido en una familia y su caso no es el único. "He traído a compañeras que han acompañado a pacientes de cáncer. No sólo hay pacientes en el equipo, sino también cuidadoras que se desahogan. Somos mujeres que nos sentimos arropadas por un grupo", comenta.

Una de las amigas de Mercedes es María José. Ella no fue compañera del resto en la universidad, aunque conocía a una de las fundadoras del club. María José comenzó en 2019 a sentirse mal, pero no fue hasta 2022 cuando le diagnosticaron y le intervienen de un cáncer de ovario. Apenas podía hacer ejercicio y su vida se volvió muy solitaria.

Una jornada en el Virgen del Rocío

Sin embargo, en mayo de 2024 acudió junto a Mercedes a unas jornadas para supervivientes en el Virgen del Rocío. Aunque ya había escuchado hablar de las Íberas, veía imposible practicar deporte. Sin embargo, ese día apareció Dede con la camiseta del club. Eso hizo que María José pensara, "tengo 45 años y estoy con la camiseta del cáncer mientras ellas están con camisetas de deportistas".

Actualmente, uno de los principales problemas es la dificultad para encontrar campo de entrenamiento.
Actualmente, uno de los principales problemas es la dificultad para encontrar campo de entrenamiento. MAURI BUHIGAS

Dede insistió a todas para que probaran. María José no lo vio de inicio, pero siguió dando pasos en su vida. Pidió el alta para evitar la incapacidad y poco después se encontró con otra componente de las Íberas que también la animó. La convenció y fue a probar. Antes, había intentado deportes como el piragüismo, pero no le terminó de convencer. Desde septiembre es una más de las Íberas.

"Mi vida ha cambiado completamente tanto física como psicológicamente. Te vienes arriba porque el equipo te da energía y vitalidad. Soy otra persona, antes no encontraba esto en ningún espacio", como muchas otras futbolistas de este club, está deseando que llegue el miércoles para entrenar. Pero la clave de este club no sólo es lo que pasa dentro del terreno de juego. "No paran de hacer actividades y proponer actividades. Soy muy feliz y bajo ningún concepto me planteo dejarlo".

Dentro de unos meses, María José tendrá que volver a pasar por quirófano. "En la medida que pueda ir, seguiré yendo aunque sea a verlas entrenar. La energía que hay allí es muy positiva y constructiva tanto para las personas que hayan tenido enfermedad como para las que no".

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Una de las cosas que más valoran las jugadoras es que es un deporte con bajo riesgo de lesión.  MAURI BUHIGAS
Una de las integrantes del equipo.
Patricia Sosa, una de las integrantes del equipo. MAURI BUHIGAS

Dede también fue el motivo por el que Diana decidió entrar en el club. Habían coincidido en triatlón y les unía una gran amistad. "Entré porque sé como es y como mueve a la gente. Estando ella se iba a generar un buen ambiente", asegura. Diana buscaba un sitio para compartir con gente diferente. "A partir de cierta edad cuesta encontrar objetivos colectivos. Si quieres hacer deporte de equipo con esta edad, este deporte te lo permite", señala en referencia a las responsabilidades que tiene una persona adulta.

Aunque el Íberas se ha convertido en un sitio de integración, Diana tiene claro que es un club para toda la que quiera. "Todo el mundo pasa por procesos. El que más o el que menos tiene algo a ciertas edades. En mi odo de vida el deporte está integrado y viene bien para muchas facetas físicas o mentales. Va más allá de un momento determinado".

María Eugenia es militar y en un momento de su vida se acumularon las malas noticias. Su padre falleció de cáncer, su madre sufrió un ictus y a su pareja le detectaron también un cáncer. Todo ello le hizo caer en depresión. "La fui llevando como podía con psicoterapia".

Un día cualquiera vio una publicación de Mercedes y se interesó por el club. Eu, como la conocen en el equipo, había realizado media maratones, pero su situación personal le hizo dejar el deporte. El walking football ha cambiado su vida. "Me ha hecho retomar el deporte". Tras hablar con Mercedes fue acogida como una más. "Mi mejor psicoterapia es cada entrenamiento porque es un chute de energía y todas te aportan algo". 

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El equipo de las Íberas al completo, actualmente son más de 20 integrantes.   MAURI BUHIGAS

María Eugenia reconoce que este deporte le ha permitido tirar para delante. De hecho, su pareja, aunque no juega, es una más en los viajes. "Se lo pasa bien porque la gente es muy positiva. El grupo en sí es fantástico y hay mucho respeto entre todas". A la mayoría las ha conocido en el propio club, pero parece que lleva toda la vida con ellas. "Me ha dado un impulso distinto y e ha reforzado a ver las cosas de otra manera".

Un futuro esperanzador

En apenas año y medio, pese a las dificultades que existen para encontrar un terreno de juego propio y los quebraderos de cabeza económicos que supone planificar cada uno de los viajes que realizan, todo ha superado las expectativas de Dede. "Ha sobrepasado lo que pensaba", comenta la fundadora del equipo. "En ningún momento pensamos que iba a llegar tan lejos". Sin embargo, la gente que conocía a Dede, como Diana, sí intuía este desarrollo. "Tenía claro que podía ocurrir. Además, al empezar con fondos europeos saben que esto se puede expandir. Si funciona en Inglaterra por qué no va a funcionar aquí".

Hay muchos planes de presente y de futuro en un equipo que ya es una familia prácticamente sin haberlo buscado. "Cuando estamos juntas no vemos esas barreras mentales y físicas, ni te lo planteas", dice Dede sobre la integración que han logrado. No obstante, Mercedes lo tiene claro, "el objetivo es ganar con buen rollo. Que la diversión no se pierda y la sonrisa tampoco. Estar en el diagnóstico, nunca en el pronóstico".

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Emilio Cabrera.

Emilio Cabrera

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