El nacimiento de un bebé de forma prematura es todo un reto. Un momento de enorme vulnerabilidad en la vida. Porque para la criatura recién nacida como para los padres, es un momento en el que estar absolutamente vigilantes con todo. Y si algo no va como debiera, las necesidades se multiplican.
Elena nació con solo 24 semanas de gestación. Muy lejos de los nueve meses (en realidad, 40 semanas). Pero en el Hospital Virgen del Rocío han cuidado de ella, en la Unidad de Neonatología.
Irene es la madre y tuvo que enfrentar este tiempo posparto sin la presencia constante de su bebé. Antiguamente, lo habitual era que el bebé siguiera desarrollándose en una incubadora, un ambiente controladísimo, aséptico, alejando los riesgos para la salud y con una vigilancia a tiempo completo.
El piel con piel mejora el desarrollo del bebé
Pero la ciencia ha avanzado muchísimo y no son las mismas soluciones ahora que antes. Porque se tienen en cuenta elementos como el bienestar o el desarrollo natural de las cosas para los tiempos venideros.
Una de esas soluciones es el llamado piel con piel o método canguro. Según explican en el Hospital Virgen del Rocío en un vídeo, en los casos de neonatos "no sólo el personal sanitario es clave, sino también los propios padres. Su participación activa mejora el bienestar del recién nacido y fortalece el vínculo".
En Neonatología, se fomenta el citado contacto piel con piel a través del método canguro. "Se trata de una práctica basada en evidencia científica, que mejora el desarrollo neurosensorial del recién nacido y fortalece el vínculo materno-paterno filial, aportando beneficios físicos y emocionales".
El piel con piel de Irene y Elena
Irene explica su caso. "Elena nació de forma prematura, con 24 semanas, y pesó 700 gramos. La primera vez que pude tener a Elena en mis brazos fue una situación muy reconfortante. Sentí ese vínculo amoroso con mi bebé, que me ayudó a sobrellevar la situación y sacar fuerzas". Una situación difícil pero que ha ayudado al bebé, "estoy muy agradecida".
En este método de piel con piel, "la seguridad de la unidad de neonatología es una pieza clave que garantiza los resultados. Una correcta limpieza de las manos antes de tocar al bebé reduce el riesgo de infecciones y protege su salud".
Entre los beneficios del método canguro, se encuentra, por ejemplo, el incremento de la oxitocina en la madre, que es clave para la producción de leche materna. Instintivamente, en ese piel con piel, el bebé buscará instintivamente el pecho.
Además, se reduce el cortisol, una hormona relacionada con el estrés, se regula el latido, la respiración, mejorando su desarrollo posterior. El contacto con la madre expone además a Elena a bacterias que fortalecerán su sistema inmunológico, que es clave en la salud para el resto de la vida.
"La implicación de los padres no solo favorece el bienestar de su bebé, sino también refuerza el papel esencial de las familias en los cuidados neonatales", remachan desde el Virgen del Rocío. Un método que también se ha puesto en marcha en hospitales como el de Motril.