No hay casas de una planta y un inmenso porche con césped a la entrada. Ni siquiera esos garajes que tantos genios ha dado al mundo de la informática. No suena Ventura Highway de America en los coches de los oriundos. Es Carmona, provincia de Sevilla. Polígono Industrial El Pilero. Allí, en una nave clásica por fuera, pero llena de I+D en su interior trabaja a destajo por su sueño Luis Miguel Sánchez, CEO de Estoica Engineering.
Originario de Trebujena, pero con fuerte vinculación con Sanlúcar de Barrameda, Sánchez encontró en Carmona no sólo su hogar por amor, sino también el terreno fértil para desarrollar un proyecto que quiere revolucionar la movilidad urbana: la electrificación de motocicletas italianas Vespa. Su historia es un reflejo del ingenio, la dedicación y la capacidad de innovar en un sector tradicional, emulando el espíritu emprendedor de las start-up de Silicon Valley, allá en California.
Estudió Ingeniería Técnica Industrial y Mecánica en la Universidad de Sevilla. Su carrera comenzó en la industria aeronáutica, un sector en el que adquirió una valiosa experiencia y conocimientos técnicos que más tarde aplicaría en su propio negocio, pues “pude entender la importancia de la precisión y la calidad en la fabricación de componentes. Ese conocimiento me ha sido invaluable en Estoica”, comenta Sánchez.
La transición de la industria aeronáutica a la movilidad eléctrica no fue inmediata. Sánchez fundó Estoica Engineering con la visión de crear soluciones innovadoras y sostenibles. Cuando llegó al polígono, no tenía nada en la nave. Estaba vacía. Lo primero que hizo fue “recorrer los alrededores con mi equipo de ingeniería para identificar proveedores locales que pudieran suministrarnos materiales. Fue una sorpresa muy grata encontrar todo lo que necesitábamos tan cerca”.
Vespas enchufables
El proyecto estrella de Estoica Engineering, en su rama Estoica Motor es la electrificación de motocicletas Vespa. La Vespa es un icono de la movilidad urbana, por eso apunta que “electrificarla no es únicamente un reto técnico, es una forma de preservar su legado y adaptarlo a las necesidades actuales de sostenibilidad”.
Este proceso implica un rediseño completo de componentes clave. “No utilizamos componentes comprados. Todo está diseñado específicamente para nuestras necesidades. Por ejemplo, los motores eléctricos requieren un rediseño de la caja de cambios y otros elementos para adaptarse a las revoluciones y espacios distintos”, explica con pasión.
Una subvención ha permitido impulsar el proyecto
Gracias a una subvención del programa MOVES Singulares II del Gobierno de España y la Unión Europea, Estoica Motor ha podido desarrollar doce kits eléctricos y otra media docena de vespas eléctricas completas. “Esta subvención nos permite cubrir hasta el 60% del costo total del proyecto, lo cual es una gran ayuda para llevar nuestras ideas a la realidad”, indica.
Creciendo desde dentro hacia afuera
Este carmonense de orígenes trebujeneros no se detiene en las clásicas motos italianas. La visión de su empresa abarca la creación de una línea completa de vehículos eléctricos. Es ambicioso, pero sin alocarse. De hecho, se encuentra trabajando en el desarrollo de una motocicleta eléctrica completamente nueva, “algo natural después de electrificar las Vespas, ya que hemos aprendido mucho en el proceso y estamos listos para aplicar ese conocimiento en un diseño propio”.
Además de los vehículos eléctricos, Estoica Engineering está explorando otros campos de la ingeniería. El conocimiento que adquirimos en cada proyecto nos abre nuevas puertas. Ya hemos trabajado en la fabricación de componentes para aviones, concretamente para Airbus o Alestis, entre otras muchas, y seguimos buscando oportunidades en esa área”.
Los conflictos internacionales, unido al coronavirus, puso en jaque al comercio internacional. Esto hizo que muchas empresas miraran a su alrededor para el suministro materiales. Es, sin duda, uno de los aspectos más destacados de Estoica Engineering: su fuerte conexión con la red de empresas locales de Carmona y sus alrededores, pues “no sólo reduce los costos y tiempos de entrega, sino que también fortalece la economía local”, explica. Esta red incluye proveedores de materiales, como acero y aluminio, y fabricantes de componentes. Pero su red de contactos se extiende hacia Alcalá de Guadaíra o la Zona Franca de Cádiz.
Más empleo e internacionalización
La internacionalización es un objetivo clave para Estoica Engineering. No quiere limitarse al mercado local. “Hay una gran demanda global por soluciones de movilidad sostenible, y creemos que podemos competir en ese escenario”, apostilla. Para ello, la empresa está trabajando en la homologación de sus productos en diversos mercados internacionales, lo que les permitirá expandir su alcance y aumentar su impacto. “Cada mercado tiene sus propios desafíos y oportunidades”, explica Sánchez. “Nuestro objetivo es adaptarnos y responder a las necesidades específicas de cada región”.
De hecho, el crecimiento de la empresa también ha tenido un impacto positivo en la creación de empleo en Carmona y sus alrededores, bien de forma directa, bien de forma indirecta. Es uno de sus objetivos a medio y largo plazo. “A medida que crecemos, necesitamos más talento y estamos comprometidos a ofrecer oportunidades de trabajo”. Actualmente, la empresa emplea a un equipo multidisciplinario de ingenieros, técnicos y personal administrativo, y tiene planes de expandir su plantilla en los próximos años.“La creación de empleo no es solo una meta económica, sino también una responsabilidad social”, añade.
Sánchez tiene una visión clara para el futuro de Estoica: ser líderes en la movilidad eléctrica y en soluciones de energía sostenible. Un ambicioso objetivo que requiere una combinación de innovación continua, expansión estratégica y un compromiso inquebrantable con la calidad: “No se trata solo de crecer, sino de crecer de manera sostenible y responsable”, enfatiza. A largo plazo, Sánchez imagina una Estoica Engineering que no solo compita en los mercados globales, sino que también lidere con el ejemplo en términos de sostenibilidad y responsabilidad social.
“El amor me trajo a Carmona, pero la innovación me mantiene aquí”, concluye con una sonrisa, reflejando la mezcla de sentimientos y ambiciones que lo impulsan. No sabemos si ese flechazo que le hizo hacer vida en la capital de Los Alcores fue montado en una vespa clásica como aquellas imágenes del cine neorrealista italiano surcando la costa amalfitana. El futuro de la movilidad, no obstante, se fragua en la vetusta Carmo con filosofía de Séneca. Una Andalucía, ésta sí, imparable.
Comentarios