Había colas en administraciones de Lotería de toda Sevilla desde hace semanas. O incluso meses. Porque esa Sevilla turística, la del centro, acaparaba miles y miles de números gracias a la llegada de visitantes, o a que los propios sevillanos aprovechaban el paseo por el centro para llevarse un número. Pero nada de eso. El Gordo se ha vendido en el centro comercial del Tamarguillo, en el Alcampo, que colinda con La Oliva, con la avenida de la Paz... Es el centro comercial donde va mucha gente del distrito Sur de Sevilla.
La euforia era total. "La verdad es que hace falta, es una sensación tan bonita, se llena el cuerpo de una magia... Esto es un barrio humilde. Las Tres Mil Viviendas, La Oliva, El Cerro del Águila, son gente trabajadora, humilde, que vienen todos los días, clientes que te acompañan todo el año... Qué satisfacción tan grande", dice el propietario de la administración, José María Nogales, visiblemente emocionado.
Su administración se llama 'El Atrapasueños'. Sueños que se han cumplido. Exmilitar, abrió la administración junto a su pareja, Paloma, aunque ella es farmacéutica y tiene su trabajo. José María explicaba que se había enterado del quinto premio que había dado a lo largo de la mañana mientras estaba en la ducha. Le había llamado su cuñado y empezó a gritar de la alegría.
"Me puse este chaleco", con motivos navideños, "y dije me va a dar suerte, no me lo quito porque voy a dar también El Gordo". Sabe de suerte porque ya en 2019 dio un primer premio. Ha comenzado a sacar botellas porque van dos grandes premios desde 2016, cuando se hicieron con la administración, y la ocasión lo merecía. Ha atendido a teles, periódicos, con la experiencia que le ha traído la suerte.
Paloma cuenta que al ver el premio ha sacado a la hija de ambos del colegio. "No quería que se lo perdiera", cuenta ella. "Yo se lo he dicho esta mañana a mi profesor", explica la pequeña, "que seguramente me iba a ir pero no porque esté mala. Yo sabía que iba a tocar".
Azucena y Lola son las empleadas que han estado al pie del cañón vendiendo décimos. Azucena ya vendió en 2019, y Lola lleva menos tiempo trabajando en la administración. Iban vestidas con motivos navideños, con cascabeles, como elfos de Papá Noel, y algo de eso tenían como ayudantes para llevar la alegría a los barrios alrededor del centro comercial de Alcampo.
El momento más emocionante de la mañana ha sido cuando Jorge ha ido a comprobar números que tenía. Las cámaras ya estaban arremolinadas alrededor de la administración. Han comenzado a oírse sus gritos. "Que lo tienes, que lo tienes", le decía José Manuel a Jorge, que ha contado que es chatarrero y no cabía en sí.
Azucena recuerda que hay mucha gente que rechazó el 'Gordo', el 88.008. "Lo he ofrecido muchas veces y me han dicho que no, que era muy feo. ¡Pues mira, que vea la gente que los feos y las feas también salimos!", decía con mucho arte.
José Manuel se preparaba para marcharse a ver "a la 'Mama'". No a su madre, sino a una vendedora de Lotería en el Polígono Sur. "Voy a verla y hoy se lía en Las Tres Mil". Esperaba aún que llegaran las camisetas que entrega la delegación de Loterías a los establecimientos donde se venden los premios. Para colmo, se había estropeado la impresora, así que han faltado dos imágenes típicas del sueño lotero.
Pero nada de eso importa. Lo cierto es que hay decenas de vecinos de los barrios más pobres de España que tienen mucho que celebrar. "Lo importante", reflexionaba Paloma, "es saber gastarlo". Y avisaba: "En 2019 no nos regalaron ni un queso después de dar el Gordo. Estuvimos semanas respondiendo whatsapp". "Nunca está de más una donación, pero estamos muy contentas", remachaba Azucena.