Una mente inquieta y una creatividad sin límites
Zanbaq es el primer largometraje de la joven realizadora María Casado, estudiante de Comunicación Audiovisual en la Universidad de Sevilla. El proyecto, que comenzó como su Trabajo de Fin de Grado (TFG), se centra en la historia de Alba, una bailaora flamenca —como ella— del Sacromonte granadino, y su esposo Sidki, de origen marroquí, quienes ayudan a refugiados a escapar por la costa de Huelva durante la España de la posguerra. La trama está inspirada en las inundaciones que afectaron al barrio del Sacromonte en 1953.
El rodaje de Zanbaq se ha planificado en diversas localizaciones de Andalucía, incluyendo la Peña Tío José de Paula de Jerez, por su riqueza histórica y cultural, así como por ser la cuna del flamenco. La película busca rendir homenaje al flamenco y a figuras emblemáticas, integrando este arte como un elemento central de la narrativa.
María Casado ya ha sido reconocida por su cortometraje Rachí, un homenaje a las mujeres jornaleras de su pueblo natal, Pedrera. Este trabajo, realizado en blanco y negro y sin diálogos, utiliza la música como principal vehículo narrativo, destacando la capacidad de Casado para contar historias profundas a través de recursos audiovisuales innovadores.
Actualmente, el equipo de Zanbaq continúa con el proceso de financiación de esta autoproducción, recurriendo a diversas iniciativas como sorteos y colaboraciones con empresas locales para llevar a cabo el proyecto. La directora espera difundir la película tanto a nivel nacional como internacional, especialmente en España y el norte de Marruecos.

Respuesta. Pues fue justo después de rodar Rachí —un 3 de marzo— y tres días más tarde de acabar el cortometraje informé al equipo que tenía el guion de otro proyecto. Nos volvimos a sentar, les conté la idea y entre todos decidimos tirar hacia adelante.
Cuando tienes un equipo involucrado, lo primero que buscas es rodar un teaser y vender el proyecto, pero en este caso es distinto porque nosotros somos estudiantes de Comunicación Audiovisual y tenemos que entregar aún el TFG —trabajo de fin de grado— y este proyecto va a ser ese trabajo. Además, la buena acogida que ha tenido el corto nos ha influido mucho para seguir haciendo cosas y seguir por la misma línea de defender el interés por el flamenco.
R. Vamos a empezar el rodaje justo un año después del anterior. Hemos rodado un teaser en Zahara de los Atunes, de ahí ya ha surgido el guion y enseguida empezamos con la preproducción. Sabemos que es ambicioso y que no suele ser lo habitual, pero al final la cosa es moverse y tampoco queríamos parar de hacer cosas.
En este tipo de proyectos trabajan muchas personas y más si es un largometraje. De hecho, ya tengo en mente otro proyecto y estamos trabajando sobre ello. Aunque, de momento, lo importante es seguir este hilo, con esta disciplina, que al final es lo que prevalece.
R. Mi abuelo era cantaor y yo me acuerdo de estar con mi padre escuchándolo, en casa o en el coche. Ese vínculo lo tengo desde pequeña. Con tres años empiezo a bailar y lo dejo a los 18 cuando empecé en la universidad. Te vienes a vivir sola, te independizas y se hace complicado. De todos modos, con esto he unido dos pasiones: por un lado, la audiovisual y, por otra, el flamenco. Ha salido en esta línea y quiero seguir tirando de ella.

R. Es complejo porque dentro de una misma historia. Me gusta jugar con el espectador, sembrar detalles que pueden pasar desapercibidos, pero que cobran sentido al final de la obra. Cada personaje tiene sus subtramas y es importante saber enlazarlas. Me gusta que los personajes tengan un inicio y un final completamente distintos y siempre cerrados.
R. Exacto. Hay una frase muy buena que dice que con las inundaciones del Sacromonte la gente tuvo que hacer de su identidad su supervivencia. Nosotros partimos de que a través del flamenco se puede contar esa historia, no solo como banda sonora, sino como elemento narrativo. El flamenco es el personaje que lleva a los demás a que puedan realizar lo que están planeando.
R. Es un recorrido por tierra flamenca. Nosotros podríamos haber partido hacia Almería, pero pasar por Jerez, Huelva y Algeciras nos da mucho juego. Los personajes atraviesan Andalucía recogiendo refugiados, y el lenguaje flamenco va evolucionando con ellos.
R. Porque es una época muy conflictiva. Nosotros partimos de las inundaciones del Río Darro en enero de 1963, que provocó que el desalojo de muchas familias del Sacromonte por el hundimiento de cuevas y desprendimiento de terreras.
R. Lo hacemos, precisamente, para montar la trama. En el 1963 ya estaba toda la autarquía y nosotros venimos de poner a una mujer jornalera que cogía aceituna, que le decía a su marido que le estaba pegando y se lo decía cantando en una soleá.
Para nosotros situarlo ahí nos da mucho más juego y creo que puede contar bien. Tiene una mayor riqueza a la hora de contar, porque pasan más cosas todavía. Ten en cuenta también que el marido de ella es marroquí.
R. Es cuando termina de romper todo. Ponemos a un personaje marroquí que ya ha vivido ese machismo en su cultura. De hecho, hablando con el actor marroquí, él mismo nos dijo de darle ese enfoque.
Él ha vivido todo ese machismo en su cultura y, cuando llega a España y se queda, quiere evitar eso a toda costa. Tanto es así que ella es la que lleva la voz cantante de la relación y él quien asume los trabajos de casa porque se dedica a la artesanía. Ella es quien trabaja fuera y, además, de noche.

R. Para nada. Ha sido todo financiación privada. Han sido empresas de Pedrera, pases por pueblos con Rachí, merchandising, ahorros... Autoproducción completamente. Esto se entrega como TFG, y todo este movimiento nos ha permitido condensar en un año lo que en la industria audiovisual son tres años de trabajo.
R. Empezamos el 6 de marzo en Alcalá de Guadaíra y me gustaría finalizar en noviembre de este año. Según el plan de rodaje, terminamos el 14 de abril.
R. Porque significa lirio en árabe. Siempre hemos estado vinculados a los lirios, y hay una secuencia en la que, en vez de llover agua, llueven lirios morados. Es una flor que simboliza la inmortalidad, el luto y el matrimonio. Me pareció clave para el significado de la historia.