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Un monumento para que el cardenal Amigo se quede en Sevilla eternamente

La asociación Amigos del Cardenal, que aún no está constituida, encarga al imaginero que facturó la famosa Virgen del Confinamiento un monumento de más de dos metros para homenajear al arzobispo

El imaginero sevillano Juan Manuel Martín, trabajando en su estudio.
El imaginero sevillano Juan Manuel Martín, trabajando en su estudio. MAURI BUHIGAS
21 de julio de 2024 a las 20:45h

La idea de que el cardenal Carlos Amigo Vallejo, a la sazón arzobispo de Sevilla entre 1982 y 2009, tuviera su monumento en el corazón mismo de la ciudad, entre la Catedral y el Palacio Arzobispal, surgió al poco de fallecer, en la primavera de 2022. Fue un grupo de amigos personales de él quienes encargaron aquel verano una estatua que se midiera con la que el mismísimo papa Juan Pablo II, ya santo, tiene en la Plaza del Triunfo.

Sin embargo, el cambio político del alcalde Espadas (PSOE) al alcalde Sanz (PP) “lo ha retrasado todo” porque ha habido que volver a presentar el proyecto en el Ayuntamiento hispalense, para que conceda el permiso, según explica Marina Jiménez, una de las integrantes de la asociación Amigos del Cardenal a la que solo le resta registrarse, pero “a la que no le falta entusiasmo porque creemos que es lo mínimo que se merece don Carlos”.

Corrobora esto su compañero Óscar Galanes, de la Hermandad de La Sed, donde el arzobispo vallisoletano que había madurado su prólogo pastoral en Tánger y aterrizó en Sevilla el año del Mundial de Fútbol terminaría dejando tanta huella. Y no solo allí, sino en tantas instituciones religiosas e incluso civiles de una ciudad que al cabo terminaría recordándolo como el cardenal español que más posibilidad tuvo de ocupar la Silla de San Pedro. “Ha sido una persona tan grande y tan humilde al mismo tiempo que, desde su marcha, empezamos a pensar en un modo de recodarlo para siempre”, explica Marina, quien lo conoció en las Juventudes de Santa Genoveva “y nos marcó para siempre”. 

La estatua se la encargaron al escultor e imaginero sevillano Juan Manuel Martín, de Los Palacios y Villafranca, que había ganado celebridad por la factura  de su Virgen del Confinamiento, una talla elaborada durante tantos directos en las redes sociales que acabó aglutinando a miles de seguidores en todo el mundo por sus maneras y sus explicaciones. La Virgen del Confinamiento, aunque tuvo pretendientes en casi todos los continentes, acabó finalmente en el Santuario de María Auxiliadora de los Salesianos de Jerez de la Frontera.

El propio Martín era “muy amigo” del cardenal, según testimonio propio: “Sobre todo últimamente, cada vez que venía a un acto por aquí cerca, me llamaba el hermano Pablo para que tomáramos café”. “En realidad”, añade, “ellos ponían el café y esperaban a que yo les llevara los roscos que hacía madre, que en paz descanse”. Precisamente el rostro de su madre inspiró la faz de la Virgen del Confinamiento. “La asociación Amigos del Cardenal, que está conformada por una decena de personas, vino a mí con muchísima ilusión porque algunos de ellos sabían ya de mi relación con el señor cardenal”, recuerda Martín, que no tardó en realizar un boceto que lleva en su taller casi dos años “porque los trámites de la asociación y del permiso municipal tardan como todas las cosas de palacio”, explica Óscar Galanes. 

El boceto de la estatua que el imaginero palaciego tiene pensada para el cardenal Amigo.
El boceto de la estatua que el imaginero palaciego tiene pensada para el cardenal Amigo. MAURI BUHIGAS

En el pequeño boceto de barro, Amigo Vallejo va vestido de cardenal, “que es como lo recuerda la gente en Sevilla”, dice Martín, “y la estatua final medirá unos 210 centímetros de altura más la base, que de eso se encargará el propio Ayuntamiento”. La idea lleva cosechando apoyos desde 2022 en numerosas instituciones de la capital y de la provincia, sobre todo entre hermandades y cofradías para las que la figura de Don Carlos fue verdaderamente providencial. “Pero ahora hace falta que terminemos los trámites de nuestra asociación y que las hermandades y otra gente anónima que está dispuesta a colaborar en la financiación termine de ver que el proyecto va en firme”, señala Galanes. 

“Para mí va a ser un reto, pero también una enorme responsabilidad”, dice el escultor, que a sus 44 años está a punto de cumplir tres décadas de trabajo intenso desde que acabara Artes y Oficios en Sevilla y se terminara de formar de la mano de Dubé de Luque. “Ya nos hemos reunido con responsables del Arzobispado y del Consistorio y todos han recibido la idea con entusiasmo”, asegura el escultor, que no descarta organizar directos a través de sus redes sociales cuando definitivamente emprenda el proceso de elaboración del monumento cardenalicio. 

El cardenal que iba para médico

Amigo Vallejo, primo del psiquiatra Juan Antonio Vallejo-Nágera, abandonó sus estudios de Medicina en la Universidad de Valladolid e ingresó en el noviciado de la Orden de Hermanos Menores en 1954. Hace ahora de aquello 70 años y, desde esa perspectiva, puede decirse que abandonó su vocación de curar los cuerpos para sanar las almas.

A los estudios teológicos que contribuyeron a su orden sacerdotal, sumó estudios de Filosofía en Roma, y de psicología, de educación especial y hasta de teatro. Y todo ese bagaje cultural se le notó siempre en su capacidad para hechizar a su audiencia, hasta el punto de que jamás dejó de ser reclamado como predicador o ponente, hasta poco antes de su fallecimiento. Fue arzobispo de Tánger desde 1973 y no tardó en formar parte activa de la delegación de la Santa Sede en el Seminario de diálogo Islamo-Cristiano.

Cuando una década después había sustituido en el cargo a Bueno Monreal en Sevilla,  fue la Hermandad de Los Negritos la primera que lo nombró hermano mayor. Hasta en dos ocasiones tuvo como huésped en el palacio arzobispal a Juan Pablo II, quien lo renovó en varias ocasiones en su cargo como miembro de la Pontificia Comisión para América Latina.

En 1995 ofició el matrimonio entre la infanta Elena y Jaime de Marichalar. En 2003, cuando se había manifestado a favor –tan proféticamente- de que las mujeres participaran activamente como nazarenas en la Semana Santa sevillana, fue nombrado cardenal, y en 2009 renunció a su cargo como arzobispo de Sevilla. En 2013 fue nombrado gran prior de la Lugartenencia de España Occidental de la Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén.   

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Martín, en su taller.   MAURI BUHIGAS

Profeta en tantas tierras

“Tener la posibilidad de entrar en Sevilla de la mano del cardenal Amigo sería un orgullo muy grande”, dice el escultor palaciego en su propio taller, la que fue casa de su abuela que lleva tres décadas inundándose de inusitadas herramientas, tallas, santos, bustos, vírgenes, cruces, cuadros, reconocimientos y fotos históricas -como la que tiene con el papa Benedicto XVI entregándole una réplica de la Patrona de su pueblo, la Virgen de las Nieves, precisamente Coronada el año pasado-, no solo porque su actividad sea incesante incluso a nivel internacional, sino porque a su tarea de escultor e imaginero ha ido sumando la de restaurador e incluso la de pintor, especialmente de carteles anunciadores de fiestas de toda la comarca. Cada Cuaresma, además, abre un paréntesis para enseñar a hacer palmas del Domingo de Ramos y hasta para organizar un taller de pasitos para escolares…

Acaba de entregar un Sagrado Corazón para Costa de Marfil y una réplica del sevillano Cristo de la Sentencia para Lima, otra del Jesús de la Candelaria de Guatemala para una iglesia de Los Ángeles (EEUU) y hasta una Virgen con la advocación de Luz de Esperanza que va a ser, en la ciudad colombiana de Mérida, la Patrona de los niños oncológicos. “Tengo lista de espera de más de dos años para trabajos que me encargan y que acepto con esa condición”, explica.

En este sentido, esperan un Cristo Yacente suyo en Palermo y dos pinturas: una de la Santa Faz de Cristo con destino a la India y una Virgen de Guadalupe en México. Aquí en España, aunque el mayor número de encargos es de Andalucía –la tarde en que lo visitamos llegaba el Señor del Amor y Pasión de El Palmar de Troya para restaurarlo-, tiene pendiente de terminar una Virgen del Rocío que irá a Valencia, una Sagrada Familia con destino a Canarias y hasta unas carretas para simpecados que le han encargado en Móstoles. “Cualquier día puedo echar aquí diez o doce horas tranquilamente”, asegura mientras se afana en los quince centímetros cuadrados que ha delimitado para la restauración de una antiquísima pintura… 

El último encargo, del que prefiere no dar muchos detalles todavía, es “una escultura de nuestra Princesa para la Casa Real”. “Pero nuestro Cardenal va antes”, bromea, esperanzado en fijarse en el boceto cuanto antes. “Luego, en el monumento definitivo seguro que cambian cosas, pero lo importante es partir de un boceto que a la asociación le ha parecido magnífico”. 

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Álvaro Romero Bernal.

Álvaro Romero

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