El Ayuntamiento de Sevilla ha puesto en marcha la comisión de veladores, un organismo para lograr una ordenanza que recoja cómo se puede beber en la calle delante de los bares, toda una tradición de la ciudad, y poner coto a los abusos de algunos hosteleros de los que es consciente el gobierno local.
Las razones por las que ganó las elecciones municipales José Luis Sanz son complejas y tienen que ver con asuntos de calado. Hizo campaña, por ejemplo, con la limpieza. Pero no gustó y fue debatido en Sevilla que el anterior gobierno municipal del PSOE sancionara el consumo de alcohol frente a los establecimientos del centro en Semana Santa, o que obligase a cerrar durante la Madrugá, para evitar el consumo de alcohol, relacionado, decía el ejecutivo, con las temidas 'carreritas'.
Por todo eso, el Ayuntamiento de Sevilla, una vez sacadas adelante las ordenanzas fiscales, y ya sin prisas para el presupuesto municipal porque sabe que no llega al 1 de enero con cuentas nuevas, ha sacado del cajón una regulación esperada por muchos sevillanos, la de los veladores.
Y trae novedades. En general, se va a permitir una hora más de terraza y de apertura a los establecimientos, incluyendo aquellos que se encuentran en Zonas Acústicamente Saturadas. En Sevilla, la calle Betis, la Enramadilla, plaza de Armas, Reina Mercedes, la Alfalfa o el Arenal, entre otras.
Y habrá cuatro horas al día, según informa Diario de Sevilla, en las que se podrá beber de pie en la puerta del establecimiento: de doce del medio día a dos de la tarde, y de ocho a diez de la noche. Es decir, por el día, antes de la hora de las comidas; y por la noche, antes de la hora de las cenas. Es una norma para hacer 'previa' al almuerzo. Lo cierto es que esta dinámica es una realidad de bares como El Tremendo, donde parte de su encanto está en la convivencia que se genera con esas cervezas.
Sanz, después de Semana Santa, ya en la vorágine de la 'previa' a la noche electoral, se reunió con hosteleros de toda la vida, de estos locales señeros, y se hizo la foto con la cerveza en plena calle. Era una declaración de intenciones, como se suele decir.
Eso sí, una de cal y otra de arena. Porque no todo son alegrías para los hosteleros. Habrá limitaciones de tamaño de las sombrillas, de color, sobre las sillas... todo para que el centro tenga cierta uniformidad y conserve su estilo, y para que al recoger las mesas de los veladores no se convierta el proceso en un concierto de cacharrería.
Además, se va a poner freno a las imágenes de terrazas sobre muros de iglesias, que son cada vez más evidentes en el centro de la ciudad y que el alcalde confiesa que le preocupa. O que bares sancionados, como un establecimiento en la plaza del Pan, sigan incumpliendo normas a pesar de haber sido sancionados. A la segunda, se le podrá retirar la licencia de veladores.
Y hasta para los grupos de personas de pie habrá limitaciones, más allá de las horarias. Solo aquellos establecimientos con un espacio suficiente de acera podrán permitir a los clientes beber así. Es decir, se le da cariño al sector y a la sevillanía que encierra el cerveceo. Pero sin abusar. Ese es el espíritu, viene a decir el gobierno local, de una norma que se pretende aprobar en febrero.
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