La directora y productora Pilar Távora ha presentado su impactante documental Gran Redada Gitana, un proyecto que busca sacar a la luz uno de los episodios más oscuros y desconocidos de la historia de España: la persecución y esclavización del pueblo gitano en el siglo XVIII. A través de este trabajo, Távora no solo revela un hecho histórico ignorado en los libros de texto, sino que también reivindica la lucha y la resistencia del pueblo gitano a lo largo de los siglos.
Pilar Távora explica que, a pesar de la importancia de este suceso, muchos historiadores y académicos desconocen por completo la Gran Redada Gitana, también conocida como la Prisión General de Gitanos de 1749. "He hablado con estudiantes que acaban de terminar la carrera de Historia y no tienen ni idea de que esto ocurrió", comenta la directora sevillana.
Incluso profesores y escritores especializados en el siglo XVIII, como Raúl Quinto (ganador del Premio de Narrativa por su libro Martinetes de Rey Sombra), han admitido que este tema no aparece en los libros de texto.
El documental cuenta con la participación de expertos como Manuel Martínez, historiador de la Universidad de Almería, y se basa en investigaciones como las del historiador Antonio Gómez Alfaro, quien fue el primero en sacar a la luz este episodio a través de su libro La Gran Redada de Gitanos. "Fue él quien realmente documentó y difundió este hecho histórico", señala Távora.
¿Qué fue la Gran Redada Gitana?
La Gran Redada fue una operación organizada por el rey Fernando VI y su ministro, el marqués de la Ensenada, con el objetivo de exterminar a la población gitana en España. Bajo el pretexto de "limpiar" el país, se capturó a entre 10.000 y 12.000 gitanos (casi el 1% de la población gitana de la época) sin ningún tipo de juicio o acusación formal.
Los hombres fueron enviados a trabajar como esclavos en arsenales (como los de Cádiz y La Coruña) y minas (como las de Almadén), mientras que las mujeres y los niños fueron separados y encerrados en casas de misericordia y cárceles, donde la mayoría murió debido a las condiciones inhumanas. "Fue un exterminio biológico", afirma Távora. "Separaron a las familias, les quitaron todos sus bienes y los dejaron en la miseria más absoluta".
Este episodio, comparable a otros genocidios históricos, fue posible gracias a la complicidad de la Iglesia Católica, que respaldó la operación. Documentos firmados por el Papa Benedicto XIV y otros líderes religiosos respaldan esta colaboración entre el Estado y la Iglesia.
La importancia de recordar y educar
Távora insiste en la necesidad de incluir este capítulo en los libros de texto y en la educación formal. "Es un hecho histórico que debe conocerse como parte de la historia de España", afirma. Además, explica que la situación actual del pueblo gitano está directamente relacionada con estos hechos: "Cuando les quitaron todo, los dejaron en la miseria. Luego vinieron leyes como la de Vagos y Maleantes, que les impedían levantarse".
A pesar de los avances, como la Constitución Española de 1978 y la eliminación de leyes antigitanas, Távora reconoce que aún queda mucho por hacer. "Se están dando pasos, pero son lentos. La integración del pueblo gitano es una carrera de fondo que requiere esfuerzo de ambas partes", señala.
Como mujer gitana en el mundo del cine, Pilar Távora ha enfrentado dobles desafíos. Sin embargo, ella prefiere no definir su carrera por su etnia o género. "Nunca me he presentado como 'directora gitana' o 'feminista'. Simplemente soy una directora de cine", afirma. No obstante, reconoce que su trayectoria ha sido un acto de resistencia: "Tuve que crear mi propia productora, arriesgar mis casas y mi dinero para poder hacer lo que quería".
Távora destaca que las mujeres en el cine aún enfrentan grandes obstáculos, ya que representan solo el 7-8% de las directoras en España. "Si no hubiera arriesgado tanto, no habría logrado nada", concluye.
Gran Redada Gitana no solo es un documental, sino un llamado a la memoria y la justicia. Pilar Távora espera que este trabajo contribuya a visibilizar la historia del pueblo gitano y a promover un diálogo necesario sobre su integración y reconocimiento en la sociedad actual. "Es hora de que esta historia se conozca y se entienda", afirma. "Solo así podremos construir un futuro más justo".
