El pasado mes de febrero, la web para recoger firmas change.org amanecía uno de sus días con una petición: recabar apoyos para salvar el Cine Cervantes, una sala histórica del centro de Sevilla. Varias semanas después son 5.000 firmas las que han manifestado su rechazo al cierre.
Y lo cierto es que esos apoyos no van a ser en vano porque lo que empezó como una iniciativa a la desesperada de una plataforma casi improvisada llamada Cervantes es Cine está cerca de cristalizar en un acuerdo por el que Sevilla no asista al cierre definitivo de otros de sus lugares emblemáticos.
"El cierre del cine Cervantes supone perder la única sala del centro de Sevilla, un espacio que no es multicines y no está en un centro comercial. Una situación que los cinéfilos y amantes de la cultura no pueden ignorar", señalaba el comunicado de la plataforma para concienciar a los vecinos.
Tras Cervantes es Cine hay muchas personas, pero sus dos principales impulsores son dos trabajadores de la cultura: Marta Maldonado — periodista — y Rafael Jurado — escritor —, quienes se definen como "trabajadores de la cultura y personas cercanas al patrimonio al casco histórico". Ambos se vieron con la obligación moral de no quedarse con los brazos cruzados y, aunque la recogida de firmas comenzó en febrero, la idea surgió en octubre.
Fue durante esos meses cuando la empresa gestora del cine, Unión Cine Ciudad, anunció su cierre. En la fachada del edificio se observa la inactividad a consecuencia de la pandemia. El anuncio de Parásitos (2019) en un pequeño cartel es de las pocas referencias cinematográficas que se pueden ver. Dicha empresa había aprobado el desmantelamiento y el fin de la actividad.
"Empezamos a comentarlo de forma interna Rafael Jurado y yo para ver si podíamos hacer algo", cuenta Maldonado a lavozdelsur.es. Lo cierto es que los primeros apoyos no fueron, ni mucho menos, irrelevantes. Personas como Alberto Rodríguez o Paz Vega mostraron el apoyo a la iniciativa antes de que fuera pública.
No obstante, los propios impulsores de la iniciativa reconocen que no esperaban la acogida. "Deseábamos el apoyo pero nos sorprendió por la rapidez con la que se movió y extendió por Sevilla. Es fácil pedir que no lo cierren, pero es más complicado dar el apoyo expreso y gastar tiempo en firmar", comenta Marta Maldonado. Ahora, incluso, se está organizando una cooperativa a raíz de esto.
La realidad es que ni siquiera el dueño del edificio, Segismundo Hernández Gómez, que a su vez forma parte de Unión Cine, quería el cierre de esta emblemática sala. En una entrevista concedida en noviembre a ABC de Sevilla manifestaba su deseo de encontrar una solución para la reapertura. Aunque con el paso de los días las opciones fueron diluéndose.
El próximo mes de octubre, el Cine Cervantes cumplirá 150 años. Fecha que esta plataforma tiene marcada en rojo en el calendario. "La tenemos muy en la cabeza", explican, de cara a que por entonces pueda funcionar con normalidad el 'nuevo' Cervantes.
Pocos días después de que se pusiera en marcha la iniciativa, el consejo de administración de Unión Cine Ciudad provocó un giro radical de los acontecimientos. Lo que era el cierre definitivo se tornó en trabajos para iniciar su reapertura. Un cambio de opinión que, en parte, ha sido provocado por el apoyo e interés mostrado por los ciudadanos.
En todos ellos ha participado Cervantes es Cine. La plataforma se ha reunido con el Ayuntamiento de Sevilla y con la propiedad "para cerrar de qué manera articular la reapertura, cómo se abre y cuándo", afirman los responsables de que la iniciativa se pusiera en marcha.
Lo que tienen claro desde la plataforma es que el Cine Cervantes no puede convertirse en una sala comercial al uso. "La idea es que tenga viabilidad y como cine comercial no lo es. Queremos darle una programación diferente acorde con la singularidad que tiene el edificio. Y que sea de forma conjunta con la ciudadanía, para que pueda participar", expresa Maldonado.
Fue el 18 de octubre de 1873 cuando este inmueble cercano a La Alameda abrió por primera vez sus puertas como Teatro Cervantes con un estilo modernista y regionalista y con la representación de la comedia de Lope de Vega, La dama boba. Su singularidad provocó que hace unos años la Junta de Andalucía lo declarase Bien de Interés Cultural.
150 años después de su inauguración, el Cervantes ha estado más cerca que nunca de decir adiós para siempre. Sin embargo, el apoyo ciudadano ha dado la vuelta a una decisión que ya había sido tomada. En un año, la estampa puede ser muy distinta. "Me imagino una alfombra roja en la calle Amor de Dios", dice Maldonado.
No hay otro enclave en Andalucía con la historia de este. Reúne muchos factores para haber sido y seguir siendo un lugar de eclosión cultural, encuentro de la cultura y aficionados al cine. Esperamos que se puede seguir viendo cine y otras muchas cosas relacionadas con la cultura de la ciudad".