Una situación de caos total y absoluto en Santa Justa. Miles de pasajeros se acumulan desde primera hora de la mañana en el recinto de la estación principal de Sevilla, muy lejos de la normalidad de la que se venía hablando. Más allá de que la red no funciona bien, y de las evacuaciones de trenes que se quedaron tirados cuando llegó el gran apagón, un día más tarde las compañías no están ofreciendo información ni facilidades.
La Policía Nacional se ha desplegado en el hall principal, donde se acumulaban numerosos pasajeros a la espera de información, haciendo colas hacia los mostradores, o pendientes de las pantallas. Más de una veintena de agentes han tenido que tomar las riendas y organizar colas, controlar una de las entradas laterales por si se diera una necesidad puntual (permitir que la cruce por ejemplo alguien con movilidad reducida, por ejemplo) y ayudar a que los trabajadores den respuesta a los viajeros.


Muchos de ellos llevan ya 24 horas tirados tras el gran apagón total de las doce y media de la mañana del lunes. Hay testimonios de todo tipo, pero prima lo siguiente: buscarse la vida. Porque no había otra. Y Santa Justa es un espacio complicado porque es estación AVE, pero también de las recién llegadas compañías low cost que realizan largos trayectos. A eso se unen muchos pasajeros de Media Distancia y Cercanías que utilizan esta estación para sus viajes diarios.


Historias en los andenes
Uno de los afectados se llama Santi, que vino a Sevilla con su pareja procedente de Barcelona para ver la final de la Copa del Rey celebrada el sábado. Curiosamente, aunque venga de Barcelona, "soy del Real Madrid, así que imagínate el fin de semana", medio bromea.

Su tren estaba previsto para las cuatro y media de la tarde del lunes. "Después del caos, con todo anulado, nos fuimos a buscar hotel". Dice, quizás redondeado hacia arriba, que buscó a pie "unos 30" hasta que dio con un hostal. "Muchos no tenían habitaciones, y las que les quedaban estaban a 300 euros. No sé si es lo normal o se aprovechaban", explica a lavozdelsur.es. Finalmente, encontró un hostal en funcionamiento.
Pudo hacer el día acudiendo a un Mercadona, el que está al lado de la estación y que estaba "arrasado, pudimos comprar algo de agua y unas tortillas precocinadas, lo poco que pudimos pillar. Para la cena ya encontramos una pizzería que estaba abierta, aunque fue complicado porque no se podía pagar con datáfonos en muchos sitios".
Tiene previsto, parece, coger un AVE por la tarde. "Les pongo un 2 por ponerles alguna nota. No estamos informados, no sabemos casi nada", explicaba a eso de las 11:30 de la mañana. En la siguiente hora, Renfe iba comunicando que saldrían ya algunos AVE, aunque la mañana fue de apenas algunos trenes o un Media Distancia que arrancaba destino Granada.

"Hemos dormido en la oficina de un tutor de prácticas"
Adrián es un chico procedente de Madrid al que se le ha cruzado el mal trago de un día para olvidar en Sevilla. Son seis estudiantes de la UNED de unos 23 años que llegaron a Sevilla a primera hora y tenían previsto volver al final de la tarde tras realizar una jornada de prácticas académicas.
Fueron horas viviendo una situación excepcional, en busca de soluciones como fuera. Preguntaron por coches de alquiler, por ejemplo, y nada. "Teníamos el tren a las siete. Nos llegó un mensaje de Ouigo de que nos devolvían el dinero", lamentaba.

Fue toda la responsabilidad que tomó la compañía: suspender servicios devolviendo el dinero, lamenta. "El profesor de prácticas nos ofreció su oficina para dormir, aunque fuera en el suelo con cartones, fue muy majo", celebra al menos.

Llegaron a comprar otro billete de la compañía low cost, pero se ha visto sin soluciones y sin salidas. "No sabemos qué hacer", lamenta, más allá de esperar. Aunque lo peor ya ha pasado, que fueron esas horas en que no tenían cobertura y no sabían nada de sus familias. "Estábamos nerviosos, y estamos mentalmente muy cansados, pero al menos ya nos lo tomamos a gracia". La actitud cuenta a estas horas. Mucha paciencia.