El PSOE ha mandado un mensaje este jueves al gobierno local de Sevilla que tiene amplias lecturas políticas. Para entender lo ocurrido en el pleno celebrado en el Salón Colón hay que ofrecer algo de contexto. Como se sabe, Emasesa es la empresa pública del agua de Sevilla y varias localidades alrededor del área metropolitana, y casi todo el poder recae sobre quien ostente la Alcaldía de Sevilla, pues el alcalde es el máximo representante de la empresa que da servicio a numerosos municipios.
A la vuelta del verano, con la reanudación del curso político, y con la gran emergencia de la sequía, el PP lanzó una propuesta de subir las tasas a los hogares del 30% del recibo. Algo más para quienes más consuman o para empresas, algo menos para familias con menos recursos y consumo. Finalmente, los ayuntamientos (mayoría) del PSOE que se surten de agua de Emasesa negociaron con Sanz que la subida fuera de la mitad y aplicada en un periodo de dos años. El alcalde sevillano aceptó en un consejo de administración donde la representación del PSOE de la capital decidió abstenerse, para tener tiempo de estudiar bien la propuesta.
Este jueves, por moción urgente, el PP pretendía aprobar esa subida pactada con los socialistas en los municipios de la provincia. Sin embargo, la oposición en pleno (PSOE, con Vox y Podemos-IU) ha votado contra la tramitación urgente de esta revisión. Esto ha provocado que el PSOE logre paralizar en Sevilla capital -donde está el poder de Emasea- una subida que finalmente, salvo sorpresón mayúsculo, se aprobará igualmente. ¿Por qué ese interés del grupo socialista de Antonio Muñoz para aplazar la medida?
Juan de la Rosa, el concejal de Urbanismo y quien ha presentado la moción urgente, ha lamentado la situación. Visiblemente mosqueado, repetía en su turno de palabra: "Estos son los tiempos del PSOE". Ahora, explicó, hay que esperar al pleno de diciembre para sacar adelante la subida. Y tendrá que llamar, dijo, a los alcaldes y alcaldesas de Alcalá de Guadaíra, La Rinconada, Camas, Coria o Mairena del Aljarafe para salir del atolladero.
Quizás, este contratiempo provoque prisas en la última semana del año para aplicar la subida. Pero la lectura política va más allá. La más importante, es que el PSOE ha marcado territorio a Sanz. Es sabido que el popular preferirá acordar los presupuestos municipales con el PSOE porque no se plantea introducir a Vox en el gobierno local a cambio de que Sevilla no esté todo 2024 con presupuestos prorrogados, los del gobierno anterior.
El PSOE, en los pasillos, comentó que no le parecía procedente que los grupos políticos tuvieran apenas unas horas para estudiar el escrito presentado por el gobierno local respecto a la subida del agua. No es que esté en el aire, porque el PSOE, aunque solo sea por las previsiones de los ayuntamientos socialistas adscritos a Emasesa, en principio no va a impedir que el Ayuntamiento de Sevilla suba el precio del agua.
Otra lectura es algo más compleja. Y es que Emasesa y Aljarafesa están estudiando la posibilidad de una fusión. El poder del PP en Emasesa es evidente y todo apunta a que mantendría esa supremacía en una eventual unión de empresas públicas del agua. Pero los socialistas del Ayuntamiento de Sevilla han querido retirar la alfombra al gobierno local.
Emasesa, justifican tanto socialistas en la provincia como el PP de la capital, necesita esa subida de las tasas. Porque 2024 será un año de restricciones si las lluvias no llegan. Y para detener un poco el golpe, también de cara a los próximos años, habrá que realizar inversiones que van desde evitar pérdidas de agua hasta darle un segundo uso a las aguas sucias para riego de parques o baldeo, tras un tratamiento, evitando así usar agua limpia en todos los municipios. Además, no hay que olvidar que la empresa de aguas lleva más de una década sin revisar las tarifas.
Hay opción a un pleno extraordinario, de esos que se convocan con un solo punto en el orden del día, de los que duran 10 minutos, para que no se eche el tiempo encima en la subida del recibo del agua. Pero Sanz ya sabe que el PSOE no está por la labor de facilitarle nada. Especialmente, los presupuestos municipales. Ya hubo acuerdo entre PP y PSOE sobre las ordenanzas fiscales, pero el tiempo dirá si se ampliará a las cuentas, la norma de más trascendencia en el funcionamiento de los ayuntamientos.
Un pleno muy español
El de Sevilla no ha sido un pleno ordinario fuera de la tónica del resto de ayuntamientos y comunidades autonómicas de España. Igual que en la sesión del Parlamento de Andalucía ha habido un amplio contenido sobre política nacional, en Sevilla también se ha hablado mucho de la amnistía. Y no ha sido el PP. Los concejales Gonzalo García Polavieja y Fernando Rodríguez Galisteo, de Vox, han hablado de golpe de Estado de Pedro Sánchez. Ha sido el primero de ellos quien más claramente se ha referido con esos términos a la investidura de Pedro Sánchez.
Como consecuencia, tanto el PSOE como los dos concejales de Podemos-IU han rechazado durante buena parte de la sesión participar de cualquier moción presentada por el partido ultraderechista. Incluso, han pedido a Álvaro Pimentel, presidente del pleno, que retirase las referencias a ese 'golpe de estado' de la transcripción de la sesión. Esa discreción corresponde a presidentes de cámaras pero no puede hacerlo el presidente del pleno en Sevilla, ha explicado Pimentel tras consultar con el secretario.
Desde Vox, han recordado que Felipe Sicilia, diputado andaluz del PSOE, en términos similares. Y que ellos, en Vox, reciben insultos constantemente. Nada ha podido pacificar la sesión tras ese rifirrafe. A partir de ahí, cualquier movimiento de cada parte tenía lectura nacional, del orden de pedir a Sanz que no pactase nada con quien pactaba con terroristas en el Congreso, o pedir desde la izquierda alejarse de un Vox que habla de golpes de estado. Y todo, en una moción, por ejemplo, que iba sobre un club deportivo en Nervión que no tiene pistas. Y que finalmente hizo que votaran juntos favorablemente PSOE y Vox.
También tuvo aire nacional otra polémica reciente que sí afectó directamente a Sevilla. Una moción del propio PP pedía que el pleno rechazase la cancelación del vuelo Madrid-Sevilla que planearía el Gobierno central, a tenor del acuerdo entre PSOE y Sumar para la investidura producida este jueves. En realidad, ese acuerdo, como decían PSOE y Podemos-IU, habla de vuelos donde haya alternativa inferior a dos horas y media y no conecten con un aeropuerto-hub. Es decir, que el propio acuerdo de Sumar-PSOE dice que las conexiones con Barajas no se suspenderán con la reforma que pretenden aprobar en el futuro. El gobierno local dice que ya esta medida está provocando cancelaciones, y que el sector da por hecho que se suspenderá el vuelo entre Madrid y Sevilla. La izquierda habló de bulo. El gobierno local dijo que si era un bulo y no se iba a eliminar, por qué no votaban igualmente contra eliminar el vuelo. El asunto, que no irá a más según se lee en el propio acuerdo, tuvo más de aires nacionales que de polémica en Sevilla.
En otro orden, el pleno ha aprobado la concesión de una calle a Juan José Asenjo. El alcalde, directamente, ha sido quien ha defendido su propuesta, en virtud de su labor social, la apuesta que realizó durante su tiempo en la Archidiócesis de Sevilla por implementar los estudios de Teología o la defensa del patrimonio.
Y ha salido adelante la propuesta con el apoyo de Vox y PSOE, mientras que solo Podemos e IU han votado en contra, recortando que fue Asenjo quien inmatriculó La Giralda, "patrimonio de los sevillanos, privatizando el patio de Los Naranjos para cobrar ahora entrada a los turistas".
Asimismo, el pleno ha aprobado unánimemnte instar a la Junta de Andalucía para la construcción del centro de salud del Cerro del Águila. El PSOE, que ha presentado la moción, ha recordado que la Junta tiene terrenos cedidos gratuitamente desde 2018. Desde 2018, el único avance, denuncian los socialistas, ha sido colocar un cartel de que se construirá.
Tras este pleno, tocará pensar en la ronda de negociaciones que comienzan la semana próxima, según informó el Ayuntamiento, para recabar apoyos para los presupuestos. Los próximos plenos tendrán ese aire a cuentas públicas. Pero quedará el asunto del agua pendiente. Y que, quizás, forme parte de esa negociación de una forma u otra.