Con mucho miedo y antes de que llegue la hora más temida varios centenares de vecinos de Coria del Río se han concentrado este lunes para exigir soluciones contra el virus del Nilo, una enfermedad transmitida por mosquitos que afecta a más de trece municipios en la provincia de Sevilla. "No más muertes, vacunas ya" ha sido el lema más repetido en esta nueva protesta convocada por la Plataforma de Lucha contra el Virus del Nilo, a la que también han acudido representantes de la política municipal para reclamar ayuda al resto de administraciones.
En total son tres los muertos que acumula la provincia de Sevilla este año por dicho virus, aunque en los mentideros de los pueblos afectados se asegura que son más, pero no se contabilizan de forma oficial. "Cuando vas al médico te mandan paracetamol", aseguran varios asistentes a la protesta celebrada este lunes.
María José es una de las vecinas de Coria del Río que ha superado la enfermedad. "Lo he pasado hace 15 días, pero no me ha cogido fuerte", asegura. Pese a ello, narra que ha estado cinco días en la cama con fiebres que han superado los 40 grados. Para reflejar su miedo, muestra un bote de repelente. Es lo habitual en todos estos municipios desde hace varios meses. A partir de la puesta de sol, coincidiendo con la bajada de las temperaturas, los vecinos se refugian en sus casas ante el miedo de las picaduras de los mosquitos. Y, pese a ello, reconocen que "no estamos tranquilos ni en casa".
"Me levanto mareada y en cuanto se va el sol no salgo a la calle", explica esta coriana tras reconocer que su casa, como la de tantos otros, está llena de mosquiteras. No hay nadie que no conozca a algún afectado. "Tengo una vecina que lleva tres semanas ingresada", señala.
A pesar de que Coria es uno de los municipios más afectados, la situación en La Puebla del Río es aún peor. Desde allí se ha movilizado María para acudir a la concentración. Lleva, como tantos otros, un cartel donde reivindica una vacuna. "Al llegar el anochecer toda la gente tiene las puertas cerradas", asegura. "Se ha convertido en un pueblo fantasma", añade.
En el acto liderado por Lucha contra el Virus del Nilo, la plataforma ha exigido medidas como el despliegue de aves insectívoras o la recuperación de productos para fumigar que han sido prohibidos. "Les están robando la infancia a los niños", aseguran por la imposibilidad de poder acudir a los parques cuando bajan las temperaturas ante el temor a los mosquitos. Además, la plataforma ha recomendado a todos los presentes que pidan analíticas para conocer si tienen o no el virus. "Nos engañan, no están contabilizando a todos", defienden.
Isabel, María y María Luisa también han acudido juntas a la manifestación. El miedo vuelve a ser la primera sensación que expresan cuando se les pregunta por cómo viven lo que está sucediendo. "Tengo un vecino ingresado que está fatal. Estoy como todo el mundo, asustada todo el día", narra Isabel. "Pedimos que investiguen para que haya una vacuna y medicamentos. Hay una chiquilla que se ha quedado parapléjica por una meningitis derivada de la picadura", denuncian.
A pocos metros están Antonia y Manuel junto a su nieto, un pequeño de 11 meses que da sus primeros pasos. Tanto el menor como Manuel han pasado unos días complicados tras contraer el virus y ver como sus pieles se llenaban de sarpullidos. "Nos sentimos abandonados por completo", critican a lavozdelsur.es. Hacer vida en la calle se ha convertido en un imposible para esta familia, al igual que para las demás. "Por la mañana en casa y por la tarde en casa. No puedes ir a otro sitio. Sólo salimos a comprar", afirman antes de enumerar la decena de métodos que utilizan para intentar minimizar las picaduras.
Un minuto de silencio ha dado paso a un fuerte aplauso de los vecinos que han lanzado un grito de auxilio y que seguirán protestando para que se haga realidad una vacuna que se encuentra en fase 3 y ya se ha probado en animales, pero que no parece rentable continuar con su investigación para los humanos a pesar de que en las cercanías del Guadalquivir ya acumulan cuatro años donde el miedo es el protagonista de los veranos.