Seis cofradías en la calle, carreras y avalanchas en varios puntos de la ciudad y más de cien heridos. Todo durante la noche más especial del año en Sevilla. Ocurrió el 21 de abril del año 2000. Y todavía no se conoce la verdad de lo que pasó por las calles de la capital hispalense mientras El Silencio, el Gran Poder, La Macarena, La Esperanza de Triana y El Calvario realizaban sus estaciones de penitencia.
Cinco años después de aquello, el periodista (y último pregonero de la Semana Santa de Sevilla) Juan Miguel Vega (Sevilla, 1962) realizó una investigación periodística exhaustiva sobre lo ocurrido esa noche y, principalmente, acerca de las contradicciones y lagunas de las versiones oficiales. Un año después, en 2006, se lanzó con una novela para arrojar luz sobre lo ocurrido y, sobre todo, intentar entender lo que pasó. Ahora, un cuarto de siglo después, El Paseo ha reeditado La Madrugá (25 años después) con algunas novedades.
"Han pasado 25 años y la novela inicial la he transformado muchísimo. La he reescrito, prácticamente, para tratar de acomodarla al detalle de las investigaciones, al contexto de lo que ocurrió y también al contexto de la ciudad", afirma a lavozdelsur.es el autor de este libro. Una obra que nace para "establecer una hipótesis con todos los cabos sueltos". "25 años dan para reposar mucho la información que tienes y para reflexionar, porque es una novela que tiene mucho de ensayo sobre cómo aquel hecho del que se habló tanto tuvo una versión muy discutible y acabó en algo casi anecdótico al que la gente se refiere como carreritas", señala Juan Miguel Vega sobre la perspectiva que le ha dado este cuarto de siglo a la hora de revivir su propia novela.

Sabemos que hubo avalanchas en varios puntos de la ciudad al mismo tiempo que acabaron con cientos de personas atropelladas, pero no sabemos cómo se llegó hasta ahí. "Tuvimos un episodio que comprometió muchísimo la seguridad de la Semana Santa, eso de por sí ya es un hecho grave", señala Vega. Sin embargo, esto no es lo único preocupante. "También se me antoja grave que nunca se aclarase qué fue lo que lo provocó".
Hay varias hipótesis. Una de las que acaparó los focos en los primeros instantes fue la de un toxicómano en la calle Javier Lasso de la Vega, muy cerca del inicio de la Carrera Oficial, con un cuchillo de grandes dimensiones. Este hecho existió e, incluso, el protagonista fue detenido y trascendieron sus fotos. Pero no pudo provocar todos los incidentes porque las carreras y las avalanchas, según narraron las radios, sucedieron en varios puntos del Casco Histórico distantes entre sí al mismo tiempo. "Efectivamente hubo un hombre con un cuchillo, pero rápidamente la Policía descartó que fuera el detonante de todo lo que ocurrió", apunta Juan Miguel Vega.
Una de las hipótesis en las que más se trabajó fue que aquello hubiera surgido de un juego de rol. "Estaba muy de moda por la película Nadie conoce a nadie. Aquello se investigó, hubo una denuncia anónima que recibió la Policía pero no hubo resultados", añade el autor de la novela.

Sin grandes avances con las hipótesis oficiales, lo que sí pudo constatar Vega en su investigación eran las contradicciones de las versiones de las autoridades. Una de ellas hace referencia a la dirección de la carrera, un detalle que puede ser anecdótico pero que deja claro el desconocimiento sobre lo ocurrido. Mientras la Policía en su informe explica que las carreras fueron desde la Campana hacia diferentes direcciones, el delegado de la Madrugá en el Consejo, Manuel Rivera, y algunos testimonios periodísticos sostuvieron que todo ocurrió al revés: desde distintos puntos de la ciudad hacia la Campana.
Mientras tanto, una tercera hipótesis surgía, aunque de soslayo. La teoría de que fueron trabajadores municipales organizados (en concreto, de la Policía Local) existió y existe. "Es tan creíble como cualquier otra", asegura Vega, quien en la reedición de su libro amplía el reportaje Los Agujeros negros de la Madrugá para ofrecer algunos detalles sobre esta hipótesis.
"Hace unos días hablaba con un responsable de la Policía de la época, al que pregunté por qué no se había investigado esa teoría de la que tanto se habló. Para mi sorpresa, este señor me dijo que era la primera noticia que tenía de esa hipótesis, algo que me extrañó notablemente".
Carreras que se repitieron en 2017
Si 25 años después aún no se conoce la verdad, todo hace indicar que nunca se sabrá. No obstante, Vega afirma que "nunca se puede descartar. A mí me gustaría que saliera. Si estuvo organizado tuvo que haber gente que lo sepa. Si se decidirán o no a contarlo es la duda que nos queda". Años más tarde, en 2017, las carreras volvieron a protagonizar la gran noche de Sevilla, pero con amplias diferencias. "Fue mucho más centralizado y focalizada en un punto determinado que se extendió. La diferencia con el 2000 es que es a la misma hora en puntos muy distantes entre sí y a la vez muy numerosos".
El director de Canal Sur Radio tiene claro que el objetivo de esta obra es "recordar algo que probablemente sea incómodo de recordar para muchos, pero también necesario. Y luego reflexionar sobre el papel de los periodistas porque creo que no hicimos nuestro trabajo en esta historia y sobre la facilidad con la que nuestra sociedad acepta la versión oficial porque probablemente la gente no quiere complicarse la vida".

La Madrugá del 2000 fue un antes y un después en la Semana Santa de Sevilla, la más importante de Andalucía y posiblemente de España. Surgieron debates como la seguridad de la Carrera Oficial, aunque de momento sigue en el mismo lugar. "Se puso sobre la mesa de manera inmediata, nada más conocer el informe con las conclusiones de la investigación. Se concluyó que era insegura y que había que quitar sillas", recuerda Vega, "como si fuera la propia Semana Santa o la propia Carrera Oficial la que hubiera originado el problema". La seguridad ha aumentado y actualmente hay medidas que no existían como la 'ley seca' -este año se moderará- o el encendido de las luces al paso de cualquier cofradía. "En muchas personas queda una cierta inquietud".