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Un retrato de Elio Antonio de Nebrija, en una imagen publicada por la universidad que lleva su nombre.
Un retrato de Elio Antonio de Nebrija, en una imagen publicada por la universidad que lleva su nombre.

Lebrija ha visto nacer a personajes de todo tipo. Deportistas, artistas de diversas disciplinas... Lebrijanos ilustres son Juan Peña, conocido artísticamente por su localidad como 'El Lebrijano', o su sobrino Dorantes, o el director de cine Benito Zambrano. Futbolistas actualmente en Primera División como Isaac Romero, o que lo fueron, como Juan Cala. Pero dentro de todo ese bagaje cultural, destaca, por su importancia histórica, Elio Antonio de Nebrija. ¿Quién fue y por qué hay una universidad con su nombre en Madrid, y por qué ahora han inaugurado un centro de interpretación sobre su figura en su ciudad?

Elio Antonio de Nebrija nació en 1444 y vivió toda su infancia en la localidad. Vino al mundo en la calle de los Mesones. El contexto histórico se relaciona con el descubrimiento de América en 1492 o el final de la Reconquista, pero también por la corriente humanista surgida en toda Europa que ponía fin al Medievo y dotaba al conocimiento de un abordaje más científico para entenderlo todo.

Tras cierta oscuridad -nunca fue tal del todo-, la Edad Media daba paso a la Edad Moderna, donde proliferaban la investigación y una visión del mundo mucho más profunda, objetivada, en busca de una consolidación del conocimiento. Un fenómeno que se dio con el surgimiento de nuevas universidades y escuelas, gracias también a la invención de la imprenta, y una vuelta a los autores clásicos. Nebrija fue, así, un renacentista.

Antonio de Nebrija pasó por la Universidad de Salamanca y por el Real Colegio de España en Bolonia, antes de recalar en Alcalá de Henares. Eran tres grandes centros del conocimiento en aquella España previo al Siglo de Oro. Por eso, se le considera un adelantado a su tiempo y a las tendencias mayoritarias, por entonces basadas en que la primera sede del conocimiento estaba en la iglesia. De hecho, vivió un proceso por herejías del que le libró el Cardenal Cisneros. Se rebeló como intelectual contra el falso conocimiento, los saberes preestablecidos, para apostar por el rigor. Si bien no fue un filósofo en el sentido actual de la palabra, sí se aplicó a sí mismo muchos de los valores que defenderían tiempo después, durante la Ilustración.

Su gran obra fue la Gramática de la lengua castellana, presentada poco antes del descubrimiento de América, en 1492, año también de la expulsión de Granada. La importancia de este libro está en que fue clave para el desarrollo del castellano, aún por entonces un idioma 'menor' y vulgar frente al latín. Esta obra sentó las bases para la expansión del idioma en América. De Nebrija destacó su rigor científico, objetivador de la realidad. Por eso desarrolló paralelamente obras como un diccionario y un vocabulario.

Por todo ello, puede visitarse ya su centro de interpretación en Lebrija, inaugurado tras importantes inversiones en todo el país para celebrar su quinto centenario en 2022.

Sobre el autor

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Pablo Fdez. Quintanilla

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