La sensación de exceso en Sevilla respecto a los pisos en la plataforma Airbnb tiene muchas cifras detrás que explican qué está ocurriendo. La ordenanza para limitar las viviendas turísticas en los barrios más saturados impedirá nuevas altas en el futuro, aunque difícilmente logrará que bajen las cifras en el corto plazo.
El asunto está más que estudiado: se gana más con el alquiler a turistas por día, por lo que la vivienda se saca del mercado tradicional, provocando que la oferta de vivienda para los vecinos bajes y, por lo tanto, por eso de la ley de oferta y demanda, se encarezca. Y lo hace en toda la ciudad, no solo en las zonas donde hay más alquiler vacacional, ya que si de ahí son 'expulsados' los vecinos, van a otros barrios, y al aumentar la demanda, más precio. Esto, de forma resumida. Pero, ¿qué está pasando en Sevilla?
La ciudad cuenta con 7.158 viviendas registradas en la principal plataforma (no la única) de alquiler vacacional, que vendrían a generar alrededor de 133 millones de euros anuales. De ellas, el 84% corresponde a pisos enteros, mientras que el restante o son ofertas de apartahoteles o de compartir piso por unos días, alquilando habitaciones, y hasta cuarto (28 casos).
Según la web insideairbnb.com, que registra estos datos, de media, los pisos de Sevilla están alquilados 98 noches al año. O sea, buena parte de los fines de semana y festivos. La media del precio por noche de los alojamientos de Airbnb en Sevilla es 190 euros, lo que genera, de media, 14.565 euros de beneficio, si se le restan impuestos y otros gastos.
¿Cuál es el comportamiento de los visitantes? Alrededor del 90% de los alquileres en Airbnb en Sevilla son para máximo dos noches. Raro es que sea de tres noches, y a partir de ahí, números casi imperceptibles.
Luego está el concepto de anfitrión. Teóricamente, son los propietarios de los pisos que alquilan la habitación. Solo uno de cada cuatro anfitriones en Sevilla gestiona solo un piso (1.830), mientras que 5.328 pisos están en algún tipo de conexión con otras viviendas.
El caso más claro es el de 'Nacho', que gestiona 161 viviendas, según insideairbnb, pero que, al consultar la página este viernes 26 de abril, muestra hasta 197 anuncios en los que participa. Explica, eso sí, que es un anfitrión profesional, no se hace pasar por un propietario. En su biografía, explica que Hola me llamo "soy de Sevilla. Me apasiona el deporte, sobre todo el fútbol y el pádel, al cual entreno. También me encanta viajar y conocer nuevos sitios, pero sobre todo lo que mas me gusta es mi ciudad, Sevilla".
"Me encantaría que pudieseis descubrir todos los maravillosos lugares. Mi finalidad es la de hacer posible una estancia cómoda y placentera para disfrutar al máximo de vuestra visita", añade en su perfil, que es público y que está subido también a internet en inglés. Esther no le va tan a la zaga, con 92 pisos: Juan, 60; María Elena, 49; Mariano, 43... Y así, tan solo hay que hacer las cuentas. Oficialmente, para Airbnb es como si vivieras ahí y alquilaras una propiedad tuya, porque se muestran como anfitriones, no como 'coanfitriones', que son personas ya dadas de alta previamente y que se llevan su parte por ayudar al propietario. Es una especie de contrato de agencia intermediado por Airbnb, aunque en sus términos legales la plataforma insiste en que en ningún caso ellos quedan involucrados en nada, y que cualquier contrato entre anfitrión y coanfitrión es privado entre las partes.
¿Cuánto ganan los coanfitriones en Sevilla, otra de las figuras que pueden encontrarse en Airbnb? Si uno hace la operación de ofrecer un propio piso, la plataforma le muestra la opción de contratar con vendedores que pueden ejercer con tarifas que suelen escalar hasta el 20%. Se comprometen, a cambio, a hablar con los clientes, hacer fotos más atractivas, abrir a los turistas -por esto, suelen cobrar más-, a estar pendientes de quién entra, quién sale, o incluso gestionar la limpieza. Uno de los coanfitriones más populares trabaja por un 15% más IVA y oficialmente rezan una veintena de personas a las que ayudan. Se dan a conocer como profesionales con años de experiencia.
Esta es la realidad de Airbnb en Sevilla: para muchísimos propietarios de pisos, y para intermediarios profesionalizados, un gran negocio de alrededor de 130 millones de euros al año, si se multiplica el número de viviendas por la media de noches que éstas se alquilan por el precio medio de cada noche.