La intrahistoria de la exhumación de Gonzalo Queipo de Llano, su esposa Genoveva Martí y del segundo de Queipo, Francisco Bohórquez, ha sido revelada este domingo en una crónica más de un año después publicada por el periódico ABC.
El medio sevillano revela, entre otros muchos detalles, que los cadáveres de los tres exhumados fueron trasladados al crematorio de Alcalá de Guadaíra, donde fueron incinerados.
Fue la decisión de las familias para cumplir con la orden del Gobierno en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica, que obligaba a que Queipo y Bohórquez, por sus responsabilidades en la Guerra Civil, no se mantuvieran enterrados en un espacio como es la Basílica de la Macarena a modo de homenaje público.
Una vez exhumados los restos, no sin sobresaltos por la dificultad que supuso acceder a ellos, fueron trasladados en coche fúnebre hasta la vecina localidad de Alcalá de Guadaíra, en un momento ya lejos de las cámaras. Con la cremación, se daba oficialmente por finalizada la exhumación. El Gobierno exigió saber el lugar en el que acabarían los restos, pero al ser incinerados, la orden no añadía que debía conocerse el tratamiento posterior de las cenizas, por lo que legalmente desde ese momento el Gobierno no podía intervenir.
La crónica de ABC, tanto en la revelación de estos nuevos datos como en ser los primeros en dar a conocer la exhumación aquella noche de noviembre de 2022, explica también que el ministro Félix Bolaños no sabía que la orden dada por el Gobierno se iba a cumplir aquella noche, y que se mantuvo despierto siguiendo la información.
Si bien la exhumación contó con fedatario público, y si bien no hubo desencuentros mayores más allá de la presencia de la memorialista Paqui Maqueda, tampoco hubo presencia policial encargada por el Gobierno Central para vigilar el acto, que se produjo, salvo algunas cámaras muy contadas, de forma discreta.
Además, la crónica que firma el director del periódico sevillano revela que el hermano mayor de la Macarena preparó todo para que no se cruzaran las familias de Bohórquez y de Queipo-Martí, al no llevarse bien entre ellos, aunque finalmente sí coincidieron.