Ir al contenido

"Hay quien nace con estrella, y otra que nace estrellada". Lo dice Rosa. Y tan solo contando algunos detalles sobre su vida, uno entiende qué es la mala suerte. De esas cosas que cuando uno no sabe adónde mirar, acaba mirando arriba, por si hay alguien que ofrezca explicaciones ante la desgracia.

Rosa se crio en una "casa cuna". Es decir, sin padres. En San Juan de la Salle, avenida de Llanes. De aquello hace ya muchos años. Tiene 46 y dos hijos de 16 y 15 años. Trabaja en la ayuda a domicilio para el Ayuntamiento de Sevilla  a través de una subcontrata.

Su vida siempre ha sido difícil. Fue víctima de violencia de género y explica que la animaron a denunciar. Lo hizo y acabó con sus dos hijos, por entonces pequeños, en un albergue. Cuando llevaba seis meses, "los mismos que me dijeron que denunciara a mi pareja, me dijeron que si me quedaba unos meses más, me iban a quitar a mis hijos" por vivir en ese albergue.

Las condiciones eran difíciles. El pequeño de los dos quedó muy tocado emocionalmente, explica Rosa. "Veía cosas que no tenía que ver al salir de allí, como gente pinchándose. Muchas veces se iba al colegio sin desayunar porque allí no lo había". Una vida complicada de la que pudo escapar.

ROSA DESAHUCIO PAJARITOS SEVILLA 1
Rosa, en una imagen para este reportaje de lavozdelsur.es.  MAURI BUHIGAS

Acabó en una vivienda en la zona de Sevilla llamada Tres Barrios, pero "había unos narcos" y tuvo que salir corriendo. Muy cerca encontró otra casa, la de una amiga, que se la alquiló. Allí ha estado ocho años. Pero el 23 de abril será desahuciada.

'Pobres contra pobres'

Rosa pasa por dificultades económicas, porque le han diagnosticado un cáncer de útero. Así que ahora apenas llega a unos 400 euros mensuales por estar de baja. Es prácticamente lo que cuesta el alquiler. "Yo quiero pagar, y entiendo al propietario".

Ha estado en juicio con él. La abogada de oficio -que pide que no aparezca su nombre en el artículo- explica a lavozdelsur.es que hubo un proceso por cantidades adeudadas, y que un informe elaborado por los servicios sociales recoge la situación de especial vulnerabilidad de Rosa. "Pero el propietario ha alegado también que es una persona vulnerable, algo que ha acreditado". "En esos casos en que la persona desahuciada y el propietario son vulnerables, decide el juez". 

Por eso, no se aplica legalmente esa norma que habla de impedir desahucios de personas con hijos menores de edad. "No es lo mismo que en otros procedimientos". Rosa explica que era amiga de la pareja del propietario, pero ésta falleció y él no tiene otra vivienda más que la de sus suegros. 

"Veo en la tele cuando hablan de inquilinos okupas, pero tienen que entender que hay casos y casos, que no todos somos iguales", dice la afectada. "Nadie nos escucha, siempre nos señalan como si hiciéramos algo malo. Me pongo en la parte de los dos. Para mí lo fácil va a ser darle una patada a una puerta, pero eso no está bien hecho. La casa es suya, no echo la culpa al propietario, pero si seguimos así, ¿cómo vamos a acabar?".

"Mi temor son mis hijos"

Emocionalmente, el hijo de 15 años es el que más está sufriendo la situación. Rosa lo dice con mucha pena. Ya lo pasó mal, por ejemplo, en la pandemia, cuando hubo que tomar videoclases. Pero si algo le marcó fue aquellos meses en el albergue. "Habla de quitarse vida", cuenta Rosa. Un informe de su centro educativo recoge la situación en la que los hijos se encuentran.

Del chico de 15 años, el informe dice: "Triste y apático", "abandono del aula", "se tumba sobre la mesa", "dice comentarios inapropiados", "no participa en clase", "actitud desafiante". Pero también en dos ocasiones ha sufrido "crisis de ansiedad, manifestando que está muy preocupado por su situación en casa y el inminente desahucio".

"He empezado a sangrar y la médica me dice que tengo que estar relajada para curarme. ¿Cómo voy a estarlo así?"

El mayor, en cambio, muestra "buena conducta", "motivado" con acabar la Secundaria, aunque "controla más las emociones que su hermano, en los últimos meses se le ve más nervioso y preocupado. Cuando se le pregunta por qué se encuentra así, refiere que le angustia no saber dónde van a ir". El propio informe habla de que Rosa es una madre "presente", que está "preocupada por sus hijos" debido al desahucio.

Rosa en mente reclamar ese alquiler social. Acumula años de solicitudes y no lo logra. "El temor es mis hijos", insiste. Con el cáncer que sufre, de hecho, "he empezado a sangrar y la médica me dice que tengo que estar relajada para curarme. ¿Cómo voy a estarlo así?". Su sueño es que "antes de irme de este mudo, con lo que han vivido mis hijos, que cuando no esté puedan decir que su madre luchó para tener una casa, aunque no sea suya". 

ROSA DESAHUCIO PAJARITOS SEVILLA 3
Un retrato de Rosa.  MAURI BUHIGAS

Un alquiler municipal, "porque los hay", pero "no sé por qué desde 2013 echando los papeles no tengo punto en el baremo del Ayuntamiento. No tengo derecho. No pido que me la regalen, quiero pagar". En este tiempo, explica que está recibiendo ayuda del concejal Ismael Sánchez, de IU, para hacer llegar el asunto al gobierno local.

Con sus exiguos 400 euros mensuales hasta que no se reincorpore a trabajar, lo tiene difícil en el llamado mercado libre. No puede meterse en una habitación de piso compartido teniendo dos hijos para una sola cama. 

Ahora, espera ayuda para su difícil situación, mientras aún queda algo más de un mes hasta que se produzca el desahucio. Uno más. Cada uno por sus razones. A veces son alquileres especulativos. Otras, nuevos proyectos en el inmueble. Otras veces, son los bancos los que ejecutan. Detrás, miles de historias. Y un problema, el de vivienda, que no hace más que acrecentarse en Sevilla.

Sobre el autor

pablo fernandez quintanilla 0002 4 1000x574 (1)

Pablo Fdez. Quintanilla

Ver biografía

Lo más leído

Ahora en portada