Sevilla ha vivido historia este viernes sobre el histórico Puente de Triana. El lugar que conecta las dos orillas de la ciudad ha sido testigo de un nuevo récord con un producto que además es muy sevillano. Los que hayan podido acudir habrán formado parte del record que confirma el serranito más grande del mundo. El notario ha dado fe de los 158,7 metros de este bocadillo.
La imagen ha sido más que pintoresca. Desde el mismo notario midiendo centímetro a centímetro y comprobando el contenido del serranito para que no pudiera ser confundido con un piripi a un sacerdote bendiciendo esta creación ante la mirada de César Cadaval.
Al frente de esta iniciativa estaba José Luis Cabeza, dueño de Mesones del Serranito, un establecimiento que abrió las puertas de su primer local hace 40 años. José Luis está viviendo el día con mucha ilusión y muchos nervios. En palabras a lavozdelsur.es asegura que "es un día especial" como siempre lo es "estar en Sevilla y en el Puente de Triana rodeado de buenos amigos".
Este empresario no para de atender a medios de comunicación mientras el puente se llena de gente. Desde las 10 de la mañana empezó la jornada con este tradicional bocadillo como protagonista. No obstante se extenderá hasta bien entrada la tarde gracias a una barra solidaria y a actuaciones musicales en el Muelle de la Sal.
"Los sevillanos están colaborando y no se cabe. Pido que vengan porque es una causa solidaria, más allá del récord", decía a primera hora de la mañana con la voz nerviosa. Este reto ya se intentó el pasado día del Corpus, pero la lluvia lo evitó. Ahora, con un día donde se vuelven a rozar los 40 grados, José Luis está pudiendo cumplir su objetivo.
En cualquier caso, si alguien no puede ir, José Luis Cabeza, a sus 72 años, da la clave para hacer un buen serranito. "El secreto es ponerle corazón y alma. El producto (pan, lomo, tomate, pimiento y jamón) tiene que ser bueno. Llevamos 40 años y cada día intentamos mejorar", explica. Hay quien incluye también la tortilla. José Luis lo ha hecho recientemente. "La estamos incorporando porque da más jugosidad. Además no la cobramos y mi mujer se enfada porque dice que el huevo ha subido".
El récord, de momento, se va a quedar en 150 metros, pero no es descartable que en un futuro esto se amplíe. "Hemos dejado 12 metros de barandilla en el puente por sí algún día nos da la locura", sentencia.