Dos de las obras más importantes de Murillo volvieron a Sevilla, a su lugar de origen, hace seis años, en 2016. Esto fue gracias al Centro Velázquez, vinculado a la Fundación Focus Abengoa, quien aseguró que estos cuadros "llegaban para quedarse". Desgraciadamente, la historia ha vuelto a dar un profundo giro de guión, y los intereses económicos de los grandes grupos empresariales se ponen por delante de los intereses patrimoniales y artísticos.
San Pedro Penitente (1675) y Santa Catalina (1650) pertenecen al patrimonio de Abengoa, y la crisis interna que vive la compañía puede provocar que pierda estos bienes, que ya casi parecían de Sevilla. San Pedro Penitente, como parte del patrimonio de la compañía, ha sido incluida en el concurso de acreedores, y todo apunta a que el Banco Santander le ha puesto el ojo para conmutar parte de lo que le adeuda la multinacional tecnológica y de paso aumentar su ya más que apreciable colección de arte.
La fundación también pretende vender el óleo Santa Catalina, que ha ofertado por 900.000. Este es uno de los dos cuadros del Centro Velázquez del Hospital de los Venerables que los nuevos responsables de la fundación, desde hace unos años desvinculada de Abengoa pero que ha sufrido las consecuencias de la quiebra, pretenden vender por no ser estratégicos para la institución, tal como ya adelantó ABC de Sevilla. El objetivo es equilibrar cuentas y aportar recursos a la entidad.
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