La Aemet declaró sobre las seis de la tarde el aviso amarillo para la Campiña sevillana. Llegaba justo después de una tromba de granizo que pilló al Cerro y a San Benito en las calles del centro de Sevilla, y cuando aún quedaban varias decisiones por tomarse. El día parecía negro.
Pero, en realidad, ese aviso para toda la comarca -en la delimitación que hace Aemet- aunque incluye a casi toda la provincia, lo cierto es que el riesgo era para Osuna o la Puebla de Cazalla. Es decir, que en Sevilla capital, parecía que podría haber pasado lo peor.

En esas horas de la tarde, La Candelaria, San Esteban, Dulce Nombre y Los Estudiantes decidieron evitar la estación de penitencia. A diferencia de lo que ocurrió el pasado año, las hermandades de la noche sí tenían buen pronóstico.
San Benito decidió continuar su paso por Catedral y salir hacia los Caños de Carmona. Si bien el Cerro parecía que se refugiaría en Catedral, planeó finalmente volver en la noche a su templo, a partir de las 20 horas.
Santa Cruz, además, se sumaba a las que sí salían, y Los Javieres hacía lo propio con un tiempo de retraso, recortando el recorrido.
Para olvidar, un abucheo del público a las puertas del templo de San Esteban cuando se anunció que no saldría. Y para no olvidar, que los Estudiantes decidiera no salir después de la mojada que cayó a sus nazarenos cuando iban llegado a la Universidad, pero que fueron saliendo bajo el sol. Una imagen de prudencia de la Corporación, que habrá dolido pero que se realizaba entiendo que el riesgo de lluvia hasta las ocho de la tarde era demasiado alto.
Anuncio de dos regresos en Miércoles y Jueves Santo
Asimismo, el Consejo realizaba dos anuncios para las hermandades refugiadas. San Pablo volverá en la mañana del Miércoles Santo desde las 8 de la mañana hasta las 12 del mediodía, sin música, desde el santuario de Los Gitanos. A la misma hora del Jueves Santo lo hará San Gonzalo, pero en su caso con acompañamiento musical.