El centro de Sevilla ya coge forma para lo que se viene. Y lo hace con las ganas bien arriba, por aquello de que el pasado año acabó pasado por agua y no hubo un solo día normal en toda la Semana Santa. Este año, por ahora, aunque es pronto, los expertos prevén un escenario en el que raro sería que toda la semana completa fuera sin paraguas.
Pero la ciudad ya ha tomado forma. La rampa del Salvador ya se ha instalado, otro más de esos momentos tan cofrades de la ciudad.

Las sillas en la plaza de San Francisco están ya al caer, con la estructura montada. Ya hay que dar rodeos para cruzar algunos puntos del centro, que anticipan la bulla de cada año.
Pero también viene este año con obras. La plaza Nueva sigue en pleno proceso de remodelación, así que será algo fastidioso para mucha gente en el paso hacia las procesiones.


Asimismo, se ha tomado una medida como poco llamativa: para evitar males mayores, en el paso del tranvía por avenida de la Constitución se está poniendo alquitrán. Es una medida para un tiempo hasta afrontar más remodelaciones.
Retrasos por el bloqueo
Decisiones estas donde el calendario y las necesidades del corto plazo han mandado. El acuerdo de programa entre PP y Vox ha permitido un presupuesto que vendrá, teóricamente, a dar estabilidad a lo que resta de mandato de José Luis Sanz.


El Ayuntamiento, obviamente, no habría querido tener la plaza Nueva con obras para estas fechas. De hecho, así lo aseguró cuando dio a conocer el proyecto. Pero los retrasos son inevitables y no todo puede estar finiquitado.
En cualquier caso, ahora la mirada está puesta en esta Semana Santa y en que Sevilla ha tomado forma para protagonizar su semana más apasionada.