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A eso de las diez de la mañana, en Los Alambres, el espacio municipal del Tiro de Línea, Jesús Caldero y Pablo Lozano, de las hermandades de Santa Genoveva y de la Hermandad del Rocío Sevilla Sur, tienen ante sí montones de cajas preparadas para recibir donaciones. En los últimos días, las hermandades sevillanas están organizándose para mandar lo que necesiten en Valencia, lugar de una catástrofe histórica. En la sociedad sevillana actual, buena parte de la organización ciudadana pasa por las cofradías. En tiempos en que apenas saludamos a algún vecino mientras esperamos el ascensor, el sentido de comunidad reside aún en los barrios, en el asociacionismo y, en gran medida, en las hermandades.
Ambos echan la mañana para recepcionar, en este espacio cedido por el Ayuntamiento, las muchas ganas de Sevilla de ayudar, en concreto, la del distrito Sur. "Estamos recibiendo material de enfermería, que es muy importante, porque sabemos que con el barro y demás se pueden generar infecciones. Hacen falta mascarillas, guantes y demás". Productos de higiene, pero también palas y materiales de limpieza, o para bebés y ancianos o dependientes, señala Jesús. Pablo recuerda que están acostumbrados a estas actividades en ambas hermandades a las que pertenecen del Tiro de Línea. Cada semana, reparten comida, productos o montan campamentos para niños pequeños. "Hay experiencia" para actividades como esta, así que han sabido cómo moverse en estos días para iniciar la recogida. Aquí aglutinan la ayuda también de otras hermandades del distrito Sur, La Paz, El Sol, el Juncal o la reicentemente creada Bendición y Esperanza, ubicada en el Polígono Sur. Estarán cada día de lunes a jueves, de 9 a 13:30 horas y de 16 a 19:30 horas recogiendo solidaridad. En la mañana, reciben una llamada de que van a recepcionar 1.000 kilos del Milagrito, el producto de limpieza, por lo que derivan directamente a la central, ubicada en San Pablo.
Muy cerca, a unos 20 minutos, en el espacio también municipal de El Esqueleto, la diseñadora Eva Martín, organizadora de la Fashion Week de Sevilla que saltó a la fama por su participación en el programa Gipsy King, selecciona ropa junto a un grupo de mujeres del Polígono Sur. Todo, porque a Rocío Acosta "le dio un chispazo". Fue su idea dejar las cosas que había que hacer para priorizar. Así lo expresa Martín: "Aunque las Tres Mil sea un barrio marginal y se conozca por otras muchas cosas, las Tres Mil Viviendas son solidarias. Todos los vecinos están trayendo de todo".
La habitación está repleta y no paran de hablar por teléfono, avisar, entrar y salir. Hay una furgoneta a punto de salir para Valencia. Bolsas y bolsas con ropa para bebés, mayores... Todo, pensando en tantas familias que lo han perdido todo. "El caso es que llegue. Y el miércoles iré, con mis tratamientos, artrosis, fibromialgia... Yo no puedo limpiar, pero quiero ayudar moralmente porque mucha gente está destrozada psicológicamente". El miércoles se montará en un coche con Manuel Jiménez, conocido tiktoker de vídeos de humor que también se ha involucrado. Eva se enfrentará a mucho dolor. "Yo soy una persona muy susecptible, pero sacaré la fuerza de donde sea. Tenemos que dejar el corazón aquí y llegar con la mente fría para escuchar y dar cariño. La gente está muy mal, necesita desahogarse".
En el grupo, cuando ven una donación de ropa de bebé, de biberones, a veces tienen que tragarse las lágrimas, porque se vienen a la gente tantas historias de pequeños que están sin casa o sin familia. "Es muy duro", señala Eva. Rocío no irá, porque no puede, pero tiene a gente cercana que también se marcha a Valencia. Pero no por eso quiso dejar de ayudar. "Parecía que estabas viendo la película de Lo Imposible". Y no podría quedarse sentada. "Muchas personas se están organizando por familias para traer ropa o comida". Luego, la traen al Esqueleto.
Frente al parque de bomberos de la avenida de La Paz, un poco más adelante del espacio donde recogen y clasifican ropa, se encuentra un grupo arremolinado alrededor de una furgoneta repleta de agua. José y Felipe han llegado desde Badajoz hasta Sevilla. Ambos trabajan en un rastro. Felipe, a través de TikTok, conoce a gente que se dedica a lo mismo. Y como José había contado en su cuenta de Facebook que tenía la furgoneta y quería ponerla a disposición para ir a Valencia, acabaron encontrando el camino hacia el Polígono Sur, a través de una amiga común de Canarias. Salieron de Extremadura de madrugada y en Sevilla les esperaban gente como Enrique o Manuel.
Enrique es en TikTok @enrique.boxeo. Normalmente, sube vídeos entrenando. Pero ahora está centrado en movilizarse en favor de Valencia. En la mañana de este lunes llenaban la furgoneta de José, la tercera que mandan ya. Habla en directo para sus seguidores. "Estamos pidiendo agua, mascarilla, guantes, porque hay mucho que desinfectar, lejía, palas, medicamentos... Poniendo el granito de arena la gente de pie de calle que no tiene, que no es gente pudiente. El Gobierno no está haciendo nada". Lo que les mueve es que amigos que han conocido en sus redes enseñan vídeos de la dificultad de la decisión. "Un amigo que te abre el frigorífico y te enseña que le queda una botella de agua, que no tiene nada". Cada uno ayuda con lo que puede. Decenas de personas se van parando en el supermercado, cargan el coche o una simple bolsa con comida o mascarillas, y la entregan en la furgoneta. Los que no están físicamente, donan también por TikTok.
Felipe y José mencionan a los negocios que están en el otro lado de la acera y que han realizado donaciones. Alimentación Chari, Supermercado Ramón... "Se está volcando la sociedad civil, cada uno con lo que puede", señala Felipe. "Queremos hacer las cosas de la mejor manera posible". Supieron de la movilización en las Tres Mil y que se estaban planteando alquilar la furgoneta. José señala que nunca había estado en Sevilla, y por consiguiente, tampoco con las Tres Mil, de las que tanto habrá oído hablar en la tele en los últimos tiempos. "Esto es la solidaridad de la gente humilde". Solidaridad incluso para poner en peligro su furgoneta, que es su medio de trabajo. Prevé hacer tantos viajes como haga falta para seguir acarreando productos básicos. Calcula estar así toda la semana, en carretera. "Si la furgoneta revienta, pues el que pierdo soy yo, pero me da igual, me buscaré la vida para comprarme otra".
Entre tanto, hay más iniciativa, como por ejemplo de la Iglesia Evangélica de Las Vegas, o de la propia hermandad del Polígono Sur. Prácticamente, todo asociacionismo se está movilizando para que una de las zonas más pobres de Europa marque de nuevo la diferencia. Son las verdaderas Tres Mil Viviendas, mucho más de lo que se refleja en titulares negativos.
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