Emasesa, la empresa municipal del agua de Sevilla, que surte además a varios ayuntamientos del área metropolitana, ha reducido significativamente las primeras pretensiones de una subida abrupta del recibo mensual, al estilo del que sí se ha aprobado en Málaga. Finalmente, el 'tarifazo' que el propio Ayuntamiento de Sevilla defendió, de un aumento del 30%, se ha quedado en 'subidita'.
El delegado de Urbanismo del gobierno local de Sevilla, Juan de la Rosa, ha explicado en una rueda de prensa este lunes que la subida más importante será a la industria y alojamientos, ya sean pisos turísticos u hoteles. En ese caso, habrá un 'tarifazo' del 22% el primer año (2024) y del 18% (2025), en base ambas cifras a 2023.
Pero la clave está en los hogares. Sanz proponía una subida del 30% y será del 15%, es decir, la mitad. Será en los citados dos años, entre 2024 y 2025, un 7,5% cada año. Porque ambas subidas se calculan basándose en la tarifa actual: si en 2023 alguien pagó 100 euros, en 2024 pagará 7,5 euros más, y al realizarse la subida de un 7,5% en 2025 en base a los precios actuales, habrá que imputar otros 7,5 euros a la tarifa: por tanto, 115. Esa es la subida más habitual prevista para la mayoría de hogares, la que se calcula en base al número de personas por vivienda. Si dos personas gastan menos de 90 litros por persona y día, solo se aplicará ese 15%. Si se consume más, será del 18%.
Si bien José Luis Sanz tenía la última palabra, ha funcionado la negociación del PSOE desde cuatro ayuntamientos que forman parte del consejo de Emasesa: Camas, La Rinconada, Alcalá de Guadaíra y Dos Hermanas. Se habló de una subida menos pronunciada, y que afectase más a quienes más derrochasen, y que afectase más a empresas privadas. Así ha sido. Porque Sanz, además, necesita el apoyo del PSOE en el pleno a través de la abstención, en vista de la soledad a la que Vox está sometiendo al ejecutivo local, exigiendo que la ultraderecha entre por primera vez en el gobierno desde el franquismo.
La subida del agua tiene razones claras: más de 10 años sin actualizarse, en un contexto cambiante. Ahora hay inflación, lo que eleva mayores costes para la empresa pública, que además debe afrontar una gran reforma de sus infraestructuras. Esas inversiones son necesarias para mejorar la eficiencia del servicio ante el otro gran problema: la sequía.
Desde la empresa pública han querido tranquilizar a la ciudadanía con un mensaje: queda agua para un año incluso aunque no llueva hasta entonces. El problema, entonces es ese, que queda solo agua para un año. Por ahora, no hay avisos en el corto plazo de restricciones de agua en la capital. Aunque todo apunta a ello si no cambia la situación. Teniendo en cuenta que otoño suele ser una estación lluviosa y, sin embargo, se afronta el puente del Pilar con temperaturas cercanas a los 40 grados, parece inevitable que comiencen los cortes. Hasta para eso hacen falta mejores infraestructuras. Porque a menos agua en los pantanos, peor calidad. O, incluso, mayor necesidad de movilizar recursos para la depuración. Además, el cambio climático obliga a evitar inundaciones con el aumento de los tanques de tormentas.
En paralelo a la subida del precio del agua, Emasesa ha lanzado otro mensaje: de 8.000 domicilios, pasarán a bonificarse los recibos en 10.000, en tramos que van, según los recursos de la familia, del 25% al 100% del recibo.
El otro problema, la basura
El PSOE local de Sevilla ha advertido de otro problema para la ciudadanía: el aumento de la tasa de basura. Si bien Emasesa y los ayuntamientos sevillanos, encabezados por los de la capital, ya advertían hace tiempo de la necesidad de subir el precio del agua, la oposición ha denunciado que Sanz esconde una subida de la tasa de la basura.
"En un contexto inflacionista como el actual, que el recibo del agua se encarezca por las necesarias inversiones en infraestructuras por la sequía está justificado, pero la sequía no tiene nada que ver con la tasa de basura y, por tanto, exigimos que se anule la subida prevista en las Ordenanzas Fiscales de 2024, donde se mantiene que esta subirá tanto como el agua", explicaba la vocal del PSOE de la capital en el consejo de Emasesa.
El problema es que la ordenanza fiscal de Sevilla relaciona el precio del agua con el de la basura a través de un coeficiente. Es decir, la basura subirá en la misma proporción que el agua. Desde el PSOE piden que se revisen esos multiplicadores para corregir la subida del agua.
Los socialistas ya advierten a Sanz de que necesitará negociar con ellos para que se apruebe la subida del agua a través de su abstención, pero queda por ver si también negociarán para que Sanz no recaude más en recogida de residuos gracias a esa subida de Emasesa. "El sr. Sanz está obligado a buscar el respaldo y el consenso con los grupos de la oposición política si aspira a que salgan adelante en el Pleno municipal", han remachado en un comunicado.
La cuestión es si tendrá poder en el pleno la oposición para paralizar una subida que ya han aprobado los regidores socialistas del área metropolitana. Con esa baza cuenta Sanz, que impediría a esos alcaldes aplicar ese aumento de la tarifa. La negociación apunta favorable al alcalde de Sevilla.