Terremoto político en Sevilla: ¿por qué ahora la entrada de Vox en el Ayuntamiento con el PP?

Cristina Peláez indica que hay negociaciones pero falta aún firmar el acuerdo. Fuentes del PP autonómico niegan que haya siquiera negociaciones, aunque todo apunta a que efectivamente sí se producirá el acuerdo PP-Vox

José Luis Sanz, alcalde de Sevilla, que apunta a un acuerdo con Vox que su partido aún niega.
José Luis Sanz, alcalde de Sevilla, que apunta a un acuerdo con Vox que su partido aún niega. MAURI BUHIGAS

Una mañana de absoluta locura en Sevilla. La ciudad amanecía con un avance en la prensa local de que Vox y PP llevaban tiempo negociando para que se produjera la entrada en el gobierno municipal, y que se hará efectivo después de las elecciones europeas. Así lo avanzaba Diario de Sevilla, algo que posteriormente ha venido a confirmar la portavoz municipal de Vox, Cristina Peláez.

Efectivamente, se han producido varias negociaciones, el acuerdo está muy encarrilado, "en buena dirección", y aunque no entraba en detalles, Peláez informaba de que aún no había firma. Y un mensaje ante el PP: Vox no se deja condicionar por procesos electorales. Es decir, nada de que del asunto no se pueda informar hasta las europeas de dentro de un mes, como así ha acabado sucediendo tras acabar en prensa este lunes.

El asunto es una bomba política, un terremoto. Porque además el PP andaluz lo ha negado. "Ni la dirección nacional del PP, ni la dirección autonómica del PP de Andalucía, ni el PP de Sevilla, ni el gobierno del Ayuntamiento de Sevilla han mantenido ninguna reunión con Vox. No existe ningún pacto y no existe ningún texto de un acuerdo que no existe". Es tajante: "El Ayuntamiento de Sevilla tiene un gobierno que aporta seguridad y que trabaja por el interés general".

Esto ha cogido a contrapié a todos. Algunos hablan de conversaciones en el seno del PP local o directamente del Ayuntamiento, pero también está la posibilidad de que sea una negociación impulsada y dirigida por el PP nacional. En estos momentos, aún hay muchas preguntas sin responder.

El acuerdo va a romper con todos los esquemas planteados en la ciudad. Es un giro respecto a los últimos 11 meses de Alcaldía de José Luis Sanz. Porque este asunto viene de atrás.

En septiembre de 2023, Cristina Peláez ya dijo en una entrevista que tenían un pacto oculto desde mayo para entrar en el gobierno local tras el verano. La causa esgrimida por el PP, que se venían elecciones generales. Por eso, el gobierno local arrancó sin Vox. Llegó septiembre y no hubo nada más. Peláez dio a conocer aquel acuerdo y reclamaba al alcalde que lo cumpliera. Éste respondió que no era cierto. Y lo que hasta entonces había sido una relación cordial en el pleno municipal pasó a veto de Vox completo.

Desde entonces, ha tenido más acuerdos importantes el PP con el PSOE que con Vox. Ordenanzas municipales y reuniones incluso para el presupuesto municipal de 2024. Las ordenanzas fiscales se aprobaron en 2023, aunque el presupuesto municipal fue demasiado y no hubo acuerdo PP-PSOE. Desde febrero, el gobierno local anunció que echaría el año 2024 definitivamente con los presupuestos de 2023 prorrogados.

En esos meses de acercamiento entre PP y PSOE, al menos para asuntos importantes, Vox en el pleno ha votado que no a todo. Sin acuerdos para arreglos de barrios, por ejemplo. Y palabras gruesas. Peláez llegó a decirle al alcalde que traicionaba a Sevilla por pactar con el PSOE. Y muchos plenos de tensión entre concejales, malas palabras, enfados... Vox y PP se han llevado peor por los pasillos que con los concejales de IU y Podemos.

¿Por qué ahora, entonces, si todo apuntaba a que simplemente habría un presupuesto municipal prorrogado? No está claro, pero hay muchas lecturas. La primera es el enorme desgaste que estaba sufriendo el Ayuntamiento de Sevilla, con muchísimo trabajo cada semana para negociar uno por uno los arreglos al presupuesto para que el PP pudiera desplegar algo de su agenda, de sus promesas.

Por ejemplo, Sevilla, parece, no está mucho más limpia que hace un año. Fue el gran asunto de campaña del PP. Y lo peor es que hay fondos para sacar adelante propuestas, pero todo queda muy constreñido por trabajar bajo un presupuesto, el de 2023, que fue el último del gobierno socialista.

Esto es solo un ejemplo. Desde levantar la Plaza Nueva, construir bolsas de aparcamiento, mejoras en el tráfico, mejoras en colegios... Todo eso necesita que sea la oposición quien vaya diciendo sí. Y llegado el momento, se acabarían los síes, sobre todo en asuntos que colisionaran con la agenda de otros partidos. 

Vox es, ideológicamente, más cercano y compatible con el PP. Donde ha sido incompatible en Sevilla ha sido en lo personal desde que Sanz aspirase a no reeditar en la capital andaluza el acuerdo que sí se ha llevado a cabo en tantas ciudades y comunidades, el acuerdo PP-Vox.

Y para entender por qué ahora sí, con un año ya de trayectoria, hay que pensar en por qué se quería evitar esto: políticamente, al PP no le va a venir bien seguramente. Moreno ya consiguió gobernar sin la absoluta sin Vox en la anterior legislatura andaluza. Ahora, Moreno escuchará en cada sesión que existe un pacto en la capital de Andalucía, aquello que él mismo logró evitar.

Hay que entender también por qué Vox dijo que o entraban en el gobierno o que no contaran con ellos para nada desde la oposición en el pleno. Precisamente, la experiencia andaluza: sentir que se colabora, que el PP promete y luego tarda en cumplir o incumple, y que además no deja réditos. Ni se despliega la agenda de Vox, ni a futuro ayuda a crecer estar fuera del gobierno. Entonces, ¿para qué apoyar al PP, ser su muleta, si luego ni siquiera puede confiar en que efectivamente se cumplan los acuerdos?

Si esto se lleva a cabo, el PP tendría que sacrificar cosas. Por ejemplo, que miembros del gobierno municipal se marchen a ser concejales rasos para hacer sitio a Vox. Si no, el gobierno se ampliaría enormemente en delegaciones.

No se ha hablado de números, pero parece difícil que Vox renuncie a, como poco, una tenencia de alcaldía y a un par de delegaciones. Dependerá también del peso real de cada una.

Otra pregunta es hasta dónde llegará el acuerdo PP-Vox. Si políticas sobre violencia de género, cooperación internacional o movilidad cambiarán radicalmente. Son asuntos que Vox ya ha dicho en ocasiones que no les gustan, no al menos cómo se desarrollan.

Y hay que ver algo más: ¿se llevará a cabo? Todo apunta a que sí, a pesar de que el PP esté en estos momentos negando no ya el acuerdo, sino el mero hecho de que haya habido negociaciones. El miedo, parece, es contarlo antes de las europeas. Pero alguien lo ha hecho llegar a la prensa. 

Sobre el autor:

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Pablo Fdez. Quintanilla

Licenciado en Periodismo y Máster en Comunicación Institucional y Política por la Universidad de Sevilla. Comencé mi trayectoria periodística en cabeceras de Grupo Joly y he trabajado como responsable de contenidos y redes sociales en un departamento de marketing antes de volver a la prensa digital en lavozdelsur.es.

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