El municipio de Coripe, en la provincia de Sevilla, ha recreado este Domingo de Resurrección al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en su tradicional y polémica quema del Judas, una costumbre con más de un siglo de historia en la que se lincha simbólicamente a un personaje público cuya conducta se considera reprobable.
La figura, un muñeco rubio, con traje oscuro y corbata roja, fue colgado de un árbol, tiroteado y quemado ante los vecinos, como parte de esta representación ritual que forma parte del folclore local de la provincia de Sevilla.
Una tradición controvertida en la Semana Santa de Andalucía
La identidad del personaje elegido cada año para ser el "Judas" se mantiene en secreto hasta su llegada al lugar de la quema, y este año fue confeccionado por las madres del alumnado de segundo de ESO del CEIP Iripo.
Esta celebración de la Semana Santa andaluza ha estado rodeada de polémica en ediciones anteriores, con figuras como Ana Julia Quezada, condenada por el asesinato del niño Gabriel Cruz, o Carles Puigdemont, expresidente de la Generalitat, como protagonistas de anteriores quemas. En ambos casos, el acto fue objeto de denuncias por parte del Movimiento contra la Intolerancia, que fueron archivadas por la Fiscalía.
En 2023, el personaje elegido fue Koldo García, exasesor del exministro José Luis Ábalos, implicado en una investigación por presunta corrupción en la compra de mascarillas durante la pandemia.
La elección de Donald Trump, presidente de Estados Unidos, como Judas 2024 responde al criterio de representar a figuras polémicas a nivel nacional o internacional. Aunque se trata de una tradición cultural local, cada año reabre el debate sobre los límites del folclore, la libertad de expresión y el respeto a los derechos individuales.