En el imaginario de El Principito, el baobab era un árbol gigante que crecía en poco tiempo y era capaz de destruir su pequeño planeta. A la sevillana Sonia Scot, de 48 años, le encanta la obra del francés Antoine de Saint-Exupéry y decidió bautizar a su negocio con el nombre de esta especie africana. Así, en 2005 fundó Baobab, una empresa familiar con huella en las provincias de Sevilla, Cádiz y Huelva que se abre paso como librería-juguetería. “Es una iniciativa personal, tuve una niña, vi que me faltaban cosas y por eso fui buscando y se me ocurrió montarla”, expresa la gerente.
La de Jerez es una de las once tiendas repletas de juegos educativos que promueven el aprendizaje jugando. En 2019 abrió en la calle María Antonia Jesús Tirado donde ha estado un año, hasta este lunes, cuando se inauguró en la calle Porvera, 19. Un traslado al centro en el que ha estado implicada Rosa María Bellido. La cordobesa de 35 años afincada en Jerez se sumó a este proyecto a principios de octubre. “Yo nunca había trabajado en librerías infantiles, pero sí con cosas relacionadas con niños, en academias de idiomas, pero surgió la oportunidad”, dice la que ha estado encargada de “la mudanza exprés, todavía nos quedan cosas por colocar”.
En las estanterías del nuevo local un sinfín de juegos didácticos de cualquier tipo y libros infantiles y juveniles reposan a la espera de ser parte del ocio de los pequeños. “Nuestro lema es aprender jugando, sin que sea un texto o algo que ellos consideren más escolar, normalmente los niños que necesitan más atención en el colegio no quieren que les des un cuadernillo”, explica Sonia desde la tienda de Mairena del Aljarafe donde trabaja.
La idea es que los niños “se diviertan pero que aprendan a la misma vez, que es importante”, comenta Rosa con entusiasmo. Juegos de memoria, de atención, de ingenio, de manualidades, de conceptos, números y letras, para el baño o puzles. La tienda ofrece una amplia variedad que llevan por bandera aportar su granito de arena para fomentar el desarrollo de los niños. Sonia pone de ejemplo el mítico parchís, “con un juego que parece tan simple aprendemos a contar, a esperar, a prestar atención”.
Ella está convencida de que estos artículos son algo más que un pasatiempo y sirven de apoyo para sus futuros estudios. “Si jugamos a un juego de atención, cuando estén en clase durante una hora entera pues podrán prestarla, tendrán más capacidad en el colegio”, expresa la que también fomenta opciones para aquellos niños “que no se acuerdan de nada, así poco a poco, después cuando leen algo, sí que lo retienen”.
Todos los juguetes y libros de Baobab están clasificados por edades, desde 0 a 16 años. Según el momento vital en el que se encuentren los pequeños se recomendará uno u otro artículo. “Asesoramos al cliente, nos dicen una edad y nosotros vamos a la sección que conocemos y elegimos, también preguntando para qué es y que es lo que quieren potenciar en el niño”, explica la dueña de la empresa andaluza.
En la tienda jerezana, Rosa es la encargada de esta labor, “me parece un trabajo muy bonito poder ayudar a los padres a educar a sus hijos y a enseñarles el amor por la lectura”, dice encantada la que lleva toda la mañana merodeando por los rincones del local sin parar.
Cada día, a Baobab se acercan multitud de padres y abuelos en busca de regalos que además de diversión les despierten la curiosidad, les llenen de conocimientos o fortalezcan sus habilidades cognitivas. “Vienen buscando juegos que ya los han visto a los amiguitos de sus hijos o a sus primos”, sostiene Rosa que también recomienda libros de tela, álbumes ilustrados, libros para reconocer emociones, o de adivinanzas y trabalenguas.
La oferta de esta juguetería-librería se nutre de las novedades que diversos fabricantes del mundo presentan en la feria internacional del juguete celebrada en la ciudad alemana de Nuremberg. “Voy allí todos los años, es la más importante del mundo, y selecciono qué ponemos en el catálogo y que es lo que vamos trayendo”, relata Sonia que, como madre de tres hijos, es fiel a este tipo de entretenimiento.
La sevillana destaca dos juegos creados por la empresa valenciana Cayro con los que se lo pasa en grande con sus pequeños. Uno de ellos es Quizzers, con preguntas realizadas por profesores españoles, que “es como si fuera un trivial”. Según explica, se puede jugar a través de una Tablet o un móvil y cada participante lleva asignado un avatar según su edad, desde primaria a adultos. “De esta manera, si juego con mis hijos, ni se aburre la pequeña porque no sepa responder, ni yo porque me lo sepa todo, es muy bueno para jugar en familia donde hay niños de diferentes edades”, comenta Sonia, que también resalta el juego de memoria Memorizzers en el que “tienes que ver una tarjeta y después te hacen una pregunta sobre ella, pero dependiendo de la edad será más fácil o complicada”.
Baobab apuesta por un tipo de ocio diferente que está en auge, sobre todo por la pandemia. De momento, de cara a las fechas navideñas, las previsiones son buenas, “vamos en línea con el año pasado”, cuenta la gerente. Además, la crisis ha supuesto un cambio significativo para este negocio. Antes, sus puertas no se cerraban hasta las 20:30 horas, sin embargo, las restricciones redujeron el horario hasta las 18:00 y, hace unas semanas la Junta anunció que las jugueterías sí podían permanecer hasta las 20:00 horas.
Pese a ello, “hemos decidido que vamos a seguir utilizando ese horario, hasta las 18:00 horas, ahora y después de la pandemia. Hemos visto que el cliente nos ha seguido apoyando y lo ha entendido, por eso vamos a aprovechar esta oportunidad para que también nuestras familias disfruten de nosotros y nosotros de ellos”. Sonia defiende la implantación de un horario europeo y considera que es momento de que el comercio español lo intente. “Tener conciliación familiar, ¿no la queremos siempre?, vamos a intentarlo”.